Montevideo (AFP) – El gobierno del presidente electo Luis Lacalle Pou se instalará el domingo dejando en claro que Uruguay se distanciará de Venezuela, Cuba y Nicaragua por considerar que no son «democracias plenas».
Ninguno de los mandatarios de esos países fue convidado a la ceremonia de investidura del centroderechista Lacalle Pou tras 15 años en los que Uruguay fue gobernado por los presidentes izquierdistas Tabaré Vázquez y José «Pepe» Mujica.
«Decidimos no invitar a los presidentes de Venezuela, Cuba y Nicaragua», confirmó Lacalle Pou en una entrevista con CNN difundida el domingo.
No obstante, aclaró que los embajadores en Uruguay de esos países, sí fueron convidados.
La decisión es «un posicionamiento (…) sobre todo con respecto a Venezuela y su régimen, un régimen violador de los derechos humanos», agregó el líder de 46 años.
Días antes, ya había dicho que no estaba dispuesto a que «el dictador Nicolás Maduro» asistiera a los actos en los que recibirá del presidente saliente Tabaré Vázquez los atributos del mando.
Su canciller designado, Ernesto Talvi, considera que Venezuela, Cuba y Nicaragua «no son democracias plenas».
La medida es un golpe al tablero de relaciones internacionales mantenidas por Uruguay bajo los gobiernos del izquierdista Frente Amplio (FA) desde 2005.
«En América del Sur no hay ninguna democracia plena, salvo Uruguay», dijo el canciller saliente Rodolfo Nin Novoa.
«Ni Brasil, ni Argentina, ni Chile, ni Perú, ni Ecuador, ni Paraguay, ni Colombia son democracias plenas», afirmó.
«Si ese es el argumento, están teniendo un error de apreciación», puntualizó y advirtió que la medida tendría «consecuencias».
– Ideologías y cortes –
Que el gobierno de Bolivia instalado tras la renuncia del presidente izquierdista Evo Morales no integre esa lista negra es para muchos un indicador del peso ideológico de la medida.
Pero Talvi señaló que si bien Bolivia «tuvo un quiebre institucional», ya convocó a «elecciones libres con la participación de todos los partidos y «observación internacional».
«Si este fuera el caso de los otros países también hubieran sido invitados», diferenció.
Para el politólogo Wilson Fernández Luzuriaga, experto en relaciones internacionales de la Universidad de la República, la decisión puede avalarse si se considera que Uruguay comparte con estos países espacios donde existen cláusulas democráticas.
Sin embargo, apunta que «la máxima de la política exterior uruguaya es la no injerencia», la cual «debería respetarse» en una asunción de gobierno.
Ignacio Bartesaghi, director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica, cree que la decisión de Lacalle Pou es la manera de avisar que «Uruguay cambiará abruptamente» su postura respecto a Maduro.
En su entrevista con la CNN, Lacalle Pou confirmó que Uruguay dejará el Mecanismo de Montevideo, creado junto con México para buscar una salida a la crisis venezolana. Añadió que tiene «sintonía» con el Grupo de Lima; y se mostró cerca de reconocer al líder parlamentario Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela.
Lacalle Pou ratificó además su apoyo a la reelección al frente de la Organización de Estados Americanos de Luis Almagro, quien fue canciller del presidente José Mujica (2010-2015). Almagro es uno de los mas ostensibles enemigos de Maduro y una figura hoy reprobada por buena parte de la izquierda uruguaya.
«Hay una razón macropolítica de reposicionamiento del país a los ojos del mundo», observa el analista internacional Nicolás Albertoni, investigador en la Universidad del Sur de California.
– Relaciones comerciales –
Nin Novoa advirtió que al nuevo gobierno «le debería preocupar» que su decisión afecte el comercio con los países excluidos. Pero los expertos sostienen que las relaciones diplomáticas y comerciales van muchas veces por carriles diferentes.
«Las relaciones internacionales son cada vez más pragmáticas», señala Bartesaghi. «Estados Unidos sigue comprando petróleo desde Venezuela, o Paraguay comercia cada vez más con China sin tener relaciones diplomáticas», ilustra.
Por eso, para los analistas, la nueva postura diplomática de Uruguay no tendrá mayores efectos a menos que reaccionen los gobiernos afectados.
«No imagino impactos de consideración», dice Bartesaghi. «El comercio con Venezuela es muy bajo, lo mismo que con Nicaragua. Si bien con Cuba existe un flujo de exportaciones considerable, se trata de bienes que son de primera necesidad para Cuba y que no pueden dejar de adquirirse».