María Chaidez vive con sus pequeñas mascotas Chico y Nina, a quienes considera una gran compañía. Se encarga de cuidarlos e incluso que reciban su bendición anual de Pascua

“Uno piensa que las bendiciones es también para que ellos tengan más salud, vivan mejor, no se enfermen tanto.”, dijo Chaidez, quien vive en un complejo de apartamentos para personas de la tercera edad en el Este de Los Ángeles. “Porque mientras ellos estén sanos, uno está bien».

Cientos de animales como Chico y Nina colmaron este sábado la Plaza Olvera de Los Ángeles para recibir la bendición tradicional de Pascua. El Arzobispo de la Arquidiócesis de Los Ángeles, José Gómez estuvo a cargo de echar el agua bendita a todas las mascotas asistentes.

“Esta ceremonia la celebramos cada Sábado Santo porque creemos que los animales se dieron cuenta de la resurrección de Jesucristo”, dijo Gómez.

Christina Mariscal Pasten, de la Asociación de Comerciantes de la Placita Olvera, señaló que la  tradición de bendecir a los animales nació hace varios siglos cuando los granjeros pedían la bendición para su ganado en busca de prosperidad para el año.

En la Placita Olvera se celebra desde hace 86 años como continuación de la costumbre de los primeros rancheros que poblaron el área y que recibían la bendición para sus animales.  Es un evento local que atrae a residentes y sus mascotas del área de Los Ángeles sino tambien de lugares tan distantes como Riverside y San Bernardino.

“Ahora es una tradición para nuestras mascotas que forman parte de nuestra familia”, dijo Mariscal Pasten. “Esta es una forma de demostrarles lo mucho que significan para nosotros en nuestra vida diaria”.

La mayoría de las mascotas fueron gatos y perros vestidos elegantemente para recibir la bendición, con tuxedos, tutús de bailarina o incluso sombreros de charro. Pero también había animales exóticos como hurones, lagartos, serpientes e incluso una alpaca. Aquellos cuyas mascotas habían muerto pero aún querían que recibieran la bendición, llevaron sus retratos o cenizas.

Algunos llegaron en autos especiales diseñados para ellos, como  los pequeños Giorgio  y Penny, de Temécula, en el condado de Riverside. Su dueño, Sergio Prado, construyó una pequeña carriola para ellos en forma de autobús escolar en donde se leía “Distrito Escolar de la Pandillita”.

María Vásquez llevó su gatita Sol, una mascota que recogió de la calle y que ahora forma parte de la familia. Para ella, era la primera vez porque nunca había tenido una mascota.

“Es bonito porque nunca había mirado que trajeran a los animalitos a bendecir ni nada”, dijo Vásquez, residente en Echo Park. “Pero ahora ya tengo a mi animalito y ahora tengo por quien venir”, añadió Vásquez, quien desde ahora convertirá el evento como parte de sus tradiciones.