Madrid (España).- El Instituto Cervantes ha vivido una jornada cargada de simbolismo con la incorporación del legado de Joan Manuel Serrat a su emblemática Caja de las Letras. En un acto celebrado este jueves, el cantautor catalán ha depositado una serie de objetos que encapsulan su trayectoria artística y su profundo vínculo con la cultura hispánica.
Entre los elementos entregados se encuentra la partitura original de Mediterráneo, una de sus canciones más icónicas, además de una copia de su primer disco publicado en 1965, con temas como La mort de l’avi y Una guitarra. Este gesto convierte a Serrat en uno de los grandes nombres de la música en sumarse a este homenaje institucional a las letras y las artes.
Acompañado por su esposa, Candela Tiffón, y por autoridades como Luis García Montero, director del Cervantes, y Susana Sumelzo, Secretaria de Estado para Iberoamérica y el Caribe, Serrat compartió con los asistentes su visión sobre la vida y el arte.
«Cada día que me despierto me siento estupendamente», expresó, subrayando la gratitud con la que vive esta etapa de su vida. Con humor y emoción, confesó que nunca pensó en dejar una herencia artística: «¿Qué más puedo hacer entonces que ir deshaciéndome en vida de las cosas que yo quiero, como son las que traigo aquí?», bromeó.
El contenido del legado va mucho más allá de simples objetos. La caja número 1276 del Instituto Cervantes resguarda ya no solo la partitura de Mediterráneo, con anotaciones y tachaduras manuscritas, sino también un libro de Miguel Hernández con notas personales, la máquina de escribir con la que compuso sus primeras canciones y aquel primer disco en catalán que, según bromeó, «se está desintegrando, pero ahora estará cuidado en condiciones».
Cada pieza refleja su viaje creativo, desde la intimidad de la escritura hasta el escenario.
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, elogió la dimensión poética y cultural del cantautor.
«El noi del Poble-sec supo crear un mundo propio en diálogo con la canción catalana… nos ha enseñado a vivir con versos en la boca», afirmó. También destacó la importancia de su vínculo con poetas como Machado, Alberti y Miguel Hernández, a quienes Serrat musicalizó y acercó al gran público. Ese espíritu literario, que atraviesa toda su obra, fue uno de los motivos principales por los que el Cervantes lo ha acogido entre los legados más ilustres de su Caja de las Letras.
El acto también coincidió con la entrega del Premio Antonio de Sancha, otorgado por la Asociación de Editores de Madrid, un reconocimiento a su papel como figura cultural de referencia.
Manuel González, presidente de la asociación, subrayó que Serrat “ha conseguido pasar a la posteridad y hacer historia siendo un referente cívico, político y moral”. Por su parte, el homenajeado agradeció el reconocimiento con modestia, y aunque afirmó que “todos los premios han sido muy agradecidos”, no dudó en añadir que en algunos casos “podían haber caído en mejores manos”.
En la conversación que mantuvo posteriormente con el periodista Diego Manrique, Serrat ofreció a sus seguidores una chispa de esperanza sobre su futuro artístico. Afirmó que, aunque no tiene una decisión firme, no descarta volver a los escenarios.
“Me sigue gustando trabajar y quiero advertir una cosa: puedo volver en cualquier momento”, dijo entre aplausos. No obstante, fue realista sobre el esfuerzo que implica y la necesidad de un contexto más favorable, tanto personal como global.
También dejó entrever la posibilidad de un nuevo álbum, aunque con ciertas condiciones. En sus palabras, el mundo debe primero ofrecerle “una tregua con esta distopía” y, en segundo lugar, busca una forma más directa y justa de compartir sus canciones, al margen de las plataformas actuales que, según él, benefician más a los intermediarios que a los creadores.
Joan Manuel Serrat, nacido en Barcelona en 1943, inició su carrera en plena dictadura franquista con el movimiento de la nova cançó catalana, defendiendo la lengua y la cultura propias desde la música.
Ha musicalizado a los grandes poetas del ámbito hispano y catalán, como Antonio Machado, Federico García Lorca, Pablo Neruda o Mario Benedetti. Obras como Mediterráneo, Cada loco con su tema o Mi niñez se han convertido en clásicos del repertorio iberoamericano.
Serrat ha sido, y sigue siendo, un faro cultural que trasciende generaciones. Ha recibido el doctor honoris causa de varias universidades y ha sido galardonado con prestigiosas distinciones como la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo o el Grammy Latino a la Persona del Año.
Su última gira, El vicio de cantar, cerrada en diciembre de 2022 en Barcelona, dejó una huella imborrable en quienes crecieron y vivieron al compás de su música.
El legado que ahora custodia la Caja de las Letras no solo preserva su memoria artística, sino también el espíritu de un hombre que supo fundir poesía, compromiso y melodía en una sola voz. Una voz que, como él mismo advierte, podría volver a sonar en cualquier momento.