San Salvador (AFP) – Una lujosa mansión en las montañas de San Salvador con gimnasio, capilla, sala de cine y cancha de fútbol, fue incautada este viernes al expresidente Elías Antonio Saca por autoridades indignadas por ese «monumento» a la corrupción en el país centroamericano.
Una enorme puerta de unos 10 metros de alto de madera fina y con vitrales, es la entrada a la suntuosa mansión que asombra a sus visitantes, en una exclusiva zona residencial con guardias privados en las faldas del volcán de San Salvador, en la periferia oeste de la capital.
Rodeada de terrenos cultivados de café y árboles de pino, la mansión que ha sido valuada en unos ocho millones de dólares, fue incautada este viernes por la Fiscalía al expresidente salvadoreño de 53 años.
«Esta mansión la denominamos como el monumento a la corrupción en El Salvador. Es un palacete con lujos que por lo menos su servidor nunca los había visto», declaró a periodistas el fiscal general Douglas Meléndez.
En la cochera estaban estacionados cinco automóviles de lujo propiedad del expresidente, y que también le fueron incautados.
La opulenta residencia está vacía, y en una de las primeras habitaciones quedó abandonada una caja fuerte, sin nada en su interior.
Saca, que gobernó El Salvador entre 2004 y 2009, afronta junto a seis de sus colaboradores un juicio por el desvío de 301 millones de dólares durante su mandato.
El exmandatario y tres de sus colaboradores aceptaron la culpa por los delitos de peculado y lavado de dinero y activos a cambio de un juicio abreviado, para reducir a 10 años la pena de prisión a la que está expuesto.
Además de la mansión, la Fiscalía incautó 35 residencias propiedad de Saca y su grupo familiar en todo el país, 46 vehículos, 11 locales comerciales, tres haciendas, seis sociedades comerciales de comunicación conformadas por 16 estaciones de radio y poco más de un millón de dólares encontrados en instituciones financieras.
– Capilla y cancha de fútbol –
En el vestíbulo de la casa, dos escalinatas con piso de mármol, pasamanos de hierro forjado y madera, dirigían a otro nivel en donde habían no menos de diez habitaciones para huéspedes dotadas de lujosos detalles: candelabros, pisos de fina cerámica o alfombrados, aire acondicionado y jacuzzi.
El centro de la mansión era dominado por un enorme salón con chimenea, bar y grandes ventanales que daban una privilegiada vista panorámica a la ciudad de San Salvador.
Franqueando una piscina dotada de jacuzzi había varios salones utilizados por la familia del expresidente Saca, como gimnasio, sala de juegos, sala de masajes, sala de belleza, bar, cuarto de música, y una sala de cine con paredes acústicas.
Frente al jardín principal, el expresidente Saca mandó a construir una capilla privada, donde aún permanece una estampa pintada en azulejos del papa Juan Pablo II.
«Es sorprendente el lujo en esta propiedad, parece la mansión de un emir, se nota que no tuvieron miseria en gastar el dinero de los ciudadanos, indigna», comentó a la AFP el jefe de la Unidad de Investigación de Delitos Financieros, Jorge Cortez, quien junto al fiscal general mostró a la prensa las instalaciones de la mansión.
Frente a la casa, resguardada por un gran portón de hierro y altos muros de ladrillo y concreto, se encuentra otra propiedad en la que el expresidente mandó a construir una cancha fútbol provista de iluminación, así como un salón para ejercicios y baile.
A un costado de la cancha figura una sala de «Placas y trofeos», con algunas preseas que Saca acumuló durante su gestión presidencial.
«No voy a descansar hasta lograr que estas instalaciones vuelvan a manos del pueblo, porque se hicieron con dinero de todos los salvadoreños», dijo en tono indignado el fiscal general.