Pasadena (California).- El Desfile de las Rosas 2026 será testigo de un emotivo homenaje a la vida, representado por la carroza de Done Vida, cuyo tema este año es Treasure Every Moment Together («Atesoremos cada momento juntos»).
A través de una impactante representación visual en forma de isla tropical inspirada en el sudeste asiático, esta carroza busca transmitir un mensaje profundo: la vida es un tesoro, y la donación de órganos es el mayor regalo que se puede ofrecer.
Tres majestuosos cálaos bicornis –aves de relevancia ecológica crucial– se posan sobre la estructura, acompañados por mariposas monarca, símbolos universales de transformación y renacimiento.
En el centro de la carroza se alza un gran baúl del tesoro del que emergen 29 retratos florales en forma de medallones dorados, representando a personas que donaron vida. De estos, seis o siete son hispanos, reflejo de una comunidad profundamente conectada con esta causa. Al frente de la carroza, dos canoas tradicionales transportan a 12 receptores de órganos, personas que han recibido una segunda oportunidad gracias a donantes.

A su alrededor caminan cuatro donantes en vida, héroes que ofrecieron parte de su cuerpo para salvar a otros sin haber fallecido.
Uno de los testimonios más poderosos es el de Christian Gómez, un joven de 17 años que ha recibido dos trasplantes de hígado. Diagnosticado desde bebé con atresia biliar, una enfermedad que impide el flujo adecuado de la bilis, Christian recibió a los 9 meses de edad parte del hígado de su madre, María Gómez, en un acto de amor incondicional.
Gracias a ese trasplante, su salud mejoró notablemente y por años vivió una infancia activa y feliz. Sin embargo, como era un trasplante parcial, su cuerpo eventualmente necesitó un segundo, que llegó el 2 de mayo de 2025, gracias a un donante fallecido que dijo «sí» a la donación.
Hoy, Christian celebra la vida por tercera vez, y su historia resalta la importancia de registrarse como donante.

El relato de María Gómez también resuena con fuerza. Ella no sabía que podía ser donante en vida hasta que se informó a raíz de la enfermedad de su hijo. Poder ofrecerle parte de su hígado fue, en sus palabras, «una sensación que no se puede explicar».
Su historia refleja cómo el desconocimiento limita opciones que podrían salvar vidas y cómo la información oportuna puede cambiarlo todo.
«La gente al donar le está dando la oportunidad a otra persona para vivir», destaca María Gómez. «A veces están enfermos, [pero] ocupan el tejido, ocupan las córneas, a veces ocupan otros tejidos del cuerpo. Es como dándoles la oportunidad de seguir viviendo y luchando».
Dentro de las canoas de la carroza también se encuentran otras personas hispanas con historias impactantes. Una mexicana que recibió un trasplante de corazón y pulmones, una mexicoamericana con un trasplante de corazón y Christian forman parte del grupo.

Además, entre los donantes en vida destaca una mujer hispana del sur de California que se inspiró al ver un episodio sobre donación de órganos en la serie Grey’s Anatomy. Decidió donar un riñón a un desconocido, y hoy goza de plena salud. También hay una joven que ha donado dos veces en vida: un riñón y un lóbulo de su hígado, testimonio vivo de que la donación en vida es posible y segura.
Esta carroza, además de ser una obra de arte floral, es una plataforma para crear conciencia. En palabras de sus organizadores, busca llegar especialmente a la comunidad hispana, una de las más afectadas por enfermedades que conllevan la necesidad de trasplantes, como las del hígado, riñones o corazón.
Tania Llavaneras, portavoz de Done Vida, destaca que los hispanos tienen cinco veces más probabilidades de sufrir enfermedades renales o cardíacas que otras poblaciones. Es por ello que la donación de órganos es un tema que debe enfatizarse entre esta comunidad.
«Es tan crucial que nuestras familias se eduquen, que tengan esa conversación sobre la donación», destaca Llavarenas.

En un entorno donde las decisiones pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, esta carroza invita a reflexionar y, sobre todo, a tener la conversación en familia sobre la donación.
«¿Qué deseo que pase con mi cuerpo cuando ya no esté? ¿Estoy dispuesto a dar vida a otros? Registrarse como donante —y marcar el punto rosado en la licencia— es una manera clara de dejar esa decisión tomada y dar paz a los seres queridos», enfatiza Llavarenas.
La carroza Treasure Every Moment Together no solo desfilará por las calles de Pasadena, sino que desfilará también por los corazones de miles que la verán y se sentirán inspirados a informarse, registrarse y, tal vez, convertirse en héroes de vida.
Para registrarse como donante, se puede visitar OneLegacy.org/register, si se reside en California, o RegisterMe.org en otros estados.
Este artículo fue elaborado con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial y revisado por un editor de Hispanos Press.







































































