Santiago (Chile).- Durante la 244ª reunión de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos (AAS), se presentaron hallazgos revolucionarios sobre la formación de planetas en sistemas binarios, una investigación que podría cambiar nuestra comprensión de estos fenómenos celestes.

Los discos de gas y polvo que rodean a las jóvenes estrellas son conocidos por ser los «viveros» de planetas. No obstante, aún existen numerosas incógnitas acerca de qué factores permiten que estos discos perduren el tiempo suficiente para que la formación planetaria ocurra y qué provoca su desintegración prematura. 

Los sistemas binarios, donde dos estrellas orbitan entre sí, proporcionan un laboratorio natural para explorar estas preguntas debido a su abundancia en el universo.

En esta investigación, se utilizó el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en Chile y el espectrómetro NIRSPEC del telescopio Keck en Hawái para examinar detalladamente estos discos circunestelares. Se enfocaron en sistemas binarios con órbitas bien definidas para estudiar cómo las interacciones entre las estrellas y los discos afectan su evolución y capacidad para formar planetas.

ALMA, que es un proyecto internacional con participación de múltiples países, y el observatorio Keck, apoyado por importantes instituciones como la NASA y la Fundación W. M. Keck, son pilares fundamentales en esta investigación. Estas instalaciones no solo proporcionan herramientas de vanguardia para la astronomía, sino que también son ejemplos de cooperación internacional en la ciencia.

Un caso particularmente intrigante es el de las estrellas binarias casi gemelas DF Tau y FO Tau, que presentan características únicas en sus discos circunestelares. 

DF Tau, con sus discos desalineados y una estrella central girando rápidamente, muestra signos de interacciones magnéticas que podrían estar acelerando la dispersión del disco. Por otro lado, FO Tau presenta discos alineados con su órbita binaria y una rotación estelar más moderada, lo que sugiere diferentes mecanismos de interacción.

Estos descubrimientos no solo aportan información valiosa sobre la dinámica interna de los sistemas binarios, sino que también abren nuevas preguntas sobre cómo las condiciones iniciales en estos sistemas pueden influir en la posibilidad de que se formen planetas. La observación de subestructuras como anillos y espirales en los discos añade otra capa de complejidad a nuestro entendimiento de estos procesos.

Apoyada por fondos de la National Science Foundation y el Premio Keck PI Data de la NASA, esta investigación destaca cómo el apoyo continuado a la ciencia fundamental es crucial para avanzar en nuestro conocimiento del universo. Los resultados obtenidos no solo profundizan nuestra comprensión de los discos circunestelares, sino que también preparan el terreno para futuras investigaciones que podrían revelar aún más sobre los misterios de la formación planetaria.

Este estudio no solo es un testimonio del poder de la tecnología moderna en la astronomía, sino también un recordatorio del valor de la cooperación internacional y el respeto por los lugares sagrados de observación, como la cumbre de Maunakea en Hawái, que ha sido, y sigue siendo, de gran importancia cultural para la comunidad indígena local. 

A medida que avanzamos en la frontera del conocimiento astronómico, también debemos recordar nuestro deber de actuar como custodios responsables de los espacios que nos permiten mirar hacia las estrellas.