Ciudad de Guatemala (Guatemala).- El legado literario de Miguel Ángel Asturias, uno de los pilares de la literatura hispanoamericana y premio Nobel de Literatura en 1967, ha sido depositado oficialmente en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes.

La ceremonia, cargada de simbolismo y memoria, tuvo lugar en Ciudad de Guatemala como parte de la inauguración del festival literario Centroamérica Cuenta 2025, que este año rinde homenaje al célebre autor guatemalteco.

En representación de la familia, fue su hijo, Miguel Ángel Asturias Amado, quien entregó un conjunto de documentos de valor incalculable que serán trasladados y custodiados en la sede del Cervantes en Madrid, concretamente en la caja número 1273.

Este acto representa no solo un tributo a la figura de Asturias, considerado el padre del “boom” latinoamericano, sino también una afirmación del compromiso del Instituto Cervantes con la conservación y difusión del patrimonio literario en español.

El legado incluye manuscritos, primeras ediciones de sus obras y documentos personales, algunos con más de cien años de antigüedad, que permiten adentrarse en la vida y la evolución intelectual de un autor cuya obra traspasa las fronteras del tiempo y la geografía.

Entre los objetos destacados figura un borrador mecanografiado de El señor presidente, una de las obras más emblemáticas de la literatura política del siglo XX. Escrita entre 1920 y 1933, pero publicada en 1946, esta novela convirtió a Asturias en una referencia central de la llamada «novela del dictador».

Inspirada en el régimen de Manuel Estrada Cabrera, la obra desentraña los mecanismos de poder de las dictaduras latinoamericanas, sumándose a una tradición literaria en la que también figuran Tirano Banderas de Valle-Inclán, Yo el Supremo de Roa Bastos, El otoño del patriarca de García Márquez o La fiesta del Chivo de Vargas Llosa.

La entrega también incluye una edición original de Leyendas de Guatemala, publicada en España en 1930, y una de sus singulares “fantomimas”, dedicada a Federico García Lorca, de la que solo se editaron 200 ejemplares en 1940.

Estos libros permiten entender el sincretismo literario que caracterizó a Asturias, donde convergen lo mítico, lo indígena y lo surrealista, elementos que definieron su estilo y su visión del mundo.

Otro de los documentos de alto valor simbólico es una hoja firmada y sellada por el propio Asturias durante el breve período en que ejerció como abogado. Aunque no se relaciona directamente con su faceta de escritor, este escrito, fechado hace cien años, ofrece una ventana a la formación y primeras inquietudes de un joven que aún no imaginaba el impacto de su palabra en la literatura universal.

Asimismo, el legado incluye una edición de los Anales de los Xahil, antiguos textos indígenas que Asturias tradujo del francés al español, reafirmando su interés por las raíces mayas de Guatemala. Esta obra fue clave en su acercamiento a la cosmovisión indígena, uno de los ejes temáticos que marcaron tanto su narrativa como su poesía.

Además, se ha depositado una tarjeta de presentación de Asturias como corresponsal en Francia del periódico El Imparcial, así como un dibujo original del autor, en el que plasmaba personajes, ideas o escenas, elementos que probablemente nutrieron sus procesos creativos.

En el acto de entrega estuvieron presentes destacadas figuras del ámbito cultural y político, como el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, y los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, testigos de un momento histórico para la literatura iberoamericana.

Raquel Caleya, directora de Cultura del Instituto Cervantes, fue la encargada de recibir el legado, destacando que la “estatura intelectual y moral” de Asturias lo convierte en “símbolo de una América profunda, compleja y viva”. En sus palabras, el mestizaje y la memoria histórica que se entrelazan en la obra de Asturias reflejan la esencia de toda Iberoamérica.

La directora también subrayó que el Instituto Cervantes tiene como prioridad preservar y difundir su legado, como lo demuestra la Ruta Cervantes dedicada a su figura en París.

En esa línea, Caleya afirmó que Asturias “no solo escribió sobre Guatemala, escribió desde Guatemala para el mundo”, mostrando que sus raíces y el contexto cultural que lo formaron fueron esenciales para generar una literatura con resonancia global.

Miguel Ángel Asturias, nacido en 1899 y fallecido en 1974 en Madrid, dedicó su vida a explorar la identidad latinoamericana desde una mirada profundamente humanista. Su obra poética y narrativa, con títulos como Hombres de maíz, Mulata de tal o El espejo de Lida Sal, refleja su compromiso con las culturas originarias y su constante diálogo con los movimientos literarios más innovadores de su época.

La incorporación de su legado a la Caja de las Letras no solo honra su memoria, sino que asegura la conservación de piezas clave para comprender la evolución de la literatura en español. Este gesto simbólico refuerza el vínculo entre Guatemala y España, y reafirma el papel del Instituto Cervantes como custodio de la herencia literaria hispánica.