Madrid (España).- La lengua española ha incorporado 2.000 nuevas palabras en la última década, un fenómeno que ahora ha sido analizado y documentado en el libro Las 2000 nuevas palabras del español, presentado en el Instituto Cervantes por su autora, la filóloga Gelsys María García. 

El acto contó con la presencia del director académico del Instituto, Álvaro García Santa-Cecilia, y con la participación de Rebeca Gutiérrez-Rivilla, jefa de la Unidad de Hispanismo, quien acompañó a la autora en un coloquio que ofreció claves sobre cómo evoluciona el idioma en sintonía con la sociedad.

Este compendio recoge las incorporaciones que han pasado a formar parte del diccionario oficial de la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) entre 2013 y 2023. No solo se trata de un listado de vocablos, sino de una investigación lingüística que examina el contexto social, cultural y tecnológico detrás de cada término. 

Según explicó la autora, el proyecto surgió como respuesta a las inquietudes de sus estudiantes, que cuestionaban los criterios utilizados para aceptar ciertas palabras y descartar otras.

Uno de los ejemplos más llamativos que García menciona en su intervención es la aceptación tardía de la expresión annus horribilis, utilizada por la reina Isabel II en 1992 y popularizada desde entonces. 

«Pensé que ya no tenía sentido cuando se aceptó en 2019, pero no sabía lo que venía con la pandemia de 2020», comentó la autora con humor, destacando la imprevisibilidad del lenguaje y su estrecha relación con los acontecimientos históricos.

El libro está organizado en secciones que abarcan desde la gramática hasta la dialectología, y ofrece un análisis detallado de los sectores que más han influido en la renovación léxica. Uno de los más destacados es el ámbito biomédico, con más de 300 nuevas entradas relacionadas con enfermedades, medicamentos y conceptos científicos. 

García resalta la curiosidad de que, mientras «paracetamol» ya figuraba en el diccionario, «ibuprofeno» no fue incluido hasta esta última década, un retraso que ilustra la evolución y actualización constante del vocabulario técnico.

La gastronomía también ha sido un terreno fértil para nuevas incorporaciones. Palabras como «panetone», «táper» y «Cola Cao» ya forman parte del diccionario, al igual que términos más recientes pero populares como «umami» o «superalimento». Este fenómeno evidencia cómo la globalización y los cambios en los hábitos de consumo impactan directamente en la lengua.

La tecnología no se queda atrás, aunque también muestra la rapidez con la que algunas palabras nacen y mueren. La autora señala la presencia de términos ya en desuso como «discman», junto con otros plenamente actuales como «criptomoneda» o «bitcóin», que reflejan una nueva era digital. 

Uno de los casos más singulares es la incorporación del verbo «tuitear», que fue aceptado por la RAE pese a que la red social que le dio origen ya ha cambiado de nombre y concepto, ahora conocida como X. Este detalle no pasó desapercibido en la presentación, subrayando la resistencia y al mismo tiempo la flexibilidad de los académicos frente a las nuevas tecnologías.

Otro eje temático importante del libro es la influencia del spanglish y los anglicismos, reflejada en términos como «balconing», «meme» o «jáquer», así como en usos importados como el verbo «aplicar» para referirse a la solicitud de empleo. Según la autora, este fenómeno ilustra una transformación profunda en la manera de hablar, especialmente entre los jóvenes, y evidencia la permeabilidad del español frente a otras lenguas.

El feminismo y la sensibilidad de género también han dejado huella en esta etapa reciente del diccionario. La inclusión de palabras como «obispa», «faraona», «machirulo» y «micromachismo» representa, según García, una corrección histórica de sexismos lingüísticos que antes pasaban inadvertidos. 

La autora destaca que el diccionario ya no solo es un reflejo del uso, sino también un instrumento de cambio que responde a las demandas de una sociedad más inclusiva.

Para Rebeca Gutiérrez-Rivilla, este libro es más que un catálogo de palabras; es un retrato social. 

«Este trabajo narra lo que está pasando en las sociedades hispanohablantes de hoy a través de una explicación dinámica, que sirve como hilo conductor hasta llegar donde se imponen las palabras», afirmó. 

En efecto, la obra de Gelsys María García no solo ofrece una mirada filológica, sino también sociológica, al mostrar cómo el idioma absorbe las tensiones, avances y realidades del mundo contemporáneo.

Con Las 2000 nuevas palabras del español, el idioma demuestra una vez más su capacidad para adaptarse a los tiempos, manteniéndose vivo, cambiante y profundamente conectado con quienes lo hablan. El libro se presenta así como una herramienta imprescindible para estudiantes, docentes, periodistas y cualquier amante del español que quiera entender cómo y por qué hablamos como lo hacemos hoy.