San José (Costa Rica).- Costa Rica lanzó un ambicioso programa de agricultura sostenible que contará con una inversión conjunta de 140 millones de dólares.

De esta cifra, 20 millones provienen del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y los otros 120 millones fueron aprobados recientemente por el Banco Mundial. La iniciativa, liderada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), tiene una proyección de seis años y se espera que impacte directamente a 90.000 personas, especialmente pequeños y medianos productores.

El «Programa para una Agricultura Sostenible y Competitiva en Costa Rica» tiene como eje central la promoción de prácticas agrícolas que protejan el medio ambiente y, al mismo tiempo, mejoren la competitividad y la inclusión social.

Entre las principales líneas de acción destacan la producción sostenible de cultivos clave como el café y la caña de azúcar, así como el fortalecimiento del sector ganadero. Además, se modernizará la infraestructura para optimizar el uso del agua y se construirá un almacén frigorífico en el cantón central de Puntarenas, que beneficiará directamente a pescadores artesanales de la región Pacífico Central.

Una de las innovaciones que se incorporarán en este programa es la plataforma digital de trazabilidad, que permitirá a los productores generar información crítica para obtener certificaciones y acceder a mercados más exigentes y rentables. Esta herramienta no solo fortalecerá su competitividad, sino que también abrirá oportunidades para exportaciones con valor agregado, facilitando el ingreso a cadenas comerciales tanto locales como internacionales.

El programa también se enmarca en los compromisos de Costa Rica con la sostenibilidad ambiental. A través del enfoque de Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas (NAMAs), se brindará financiamiento y asistencia técnica para que los productores adopten prácticas agrícolas con menor emisión de gases de efecto invernadero.

Este enfoque es especialmente relevante, considerando que los sistemas agroalimentarios son responsables de un tercio de las emisiones globales que contribuyen al cambio climático.

Dentro del cultivo del café, el proyecto contempla la introducción de variedades resistentes a enfermedades, lo cual es esencial ante los desafíos climáticos que enfrentan actualmente las zonas productoras. Asimismo, se promoverá el uso de bioinsumos, como fertilizantes orgánicos y el control biológico de plagas, así como la siembra de árboles de sombra para conservar el suelo y mejorar la calidad del grano. 

Este paquete de prácticas sostenibles se complementará con mecanismos de pagos por servicios ambientales, mediante los cuales los agricultores recibirán compensación económica por la reducción de emisiones.

Otro eje prioritario será la eficiencia hídrica. Se modernizarán los sistemas de riego en zonas propensas a la escasez de agua o a inundaciones, mejorando la capacidad de almacenamiento, automatizando procesos que hoy se hacen manualmente y aplicando nuevas tecnologías que permiten usar solo el agua necesaria en cada cultivo.

Esta optimización no solo favorece la sostenibilidad, sino que también reduce los costos operativos para los productores.

El compromiso institucional también es parte integral del proyecto. Se modernizará la infraestructura digital del MAG para brindar un mejor servicio a los productores, facilitar la coordinación interinstitucional y avanzar en el registro digital de pequeños y medianos agricultores. La asistencia técnica se ofrecerá mediante extensiones digitales, ampliando la cobertura y mejorando la eficacia de las intervenciones públicas.

Desde el FIDA, su director país para Costa Rica, Enrique Hennings, subrayó el valor del proyecto como modelo integral de desarrollo rural.

«Generará mejores oportunidades para comercializar los productos, lo que permitirá a los productores y a sus familias lograr una mayor estabilidad económica», señaló. Además, el organismo aportará su experiencia en el trabajo con comunidades rurales, con un enfoque especial en la inclusión de mujeres y jóvenes.

Este programa también representa un hito institucional al ser el primero que se implementa bajo el modelo de “programa por resultados” en América Latina y el Caribe con apoyo del FIDA.

Esto significa que los desembolsos financieros estarán condicionados al cumplimiento de metas específicas en cada componente del proyecto, reforzando así la transparencia y la eficacia en el uso de los recursos.

El Ministro de Agricultura y Ganadería, Víctor Julio Carvajal Porras, destacó que esta inversión no solo es una muestra de apoyo financiero, sino una señal clara del compromiso del gobierno con un desarrollo agropecuario resiliente, inclusivo y sostenible.

«Porque no es solo decir que el sector agropecuario es importante, es demostrarlo con hechos y acciones», afirmó.

En un contexto global marcado por los retos del cambio climático y la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria, este programa coloca a Costa Rica en la vanguardia de la transformación agrícola sostenible. Con el respaldo técnico y financiero de organismos internacionales y una planificación centrada en resultados, el país da un paso firme hacia un modelo agroalimentario más justo, competitivo y respetuoso del entorno.