Madrid (España).- El escritor ecuatoriano Édgar Allan García ha sido galardonado con el Premio Iberoamericano Cervantes Chico 2025, un reconocimiento que lo consagra como una figura esencial en la literatura infantil y juvenil de habla hispana.
Este prestigioso galardón, otorgado por el Ayuntamiento de Alcalá de Henares en colaboración con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), premia la trayectoria de autores que han contribuido significativamente a la promoción de la lectura entre niños y jóvenes.
Con este reconocimiento, García se convierte en el tercer ecuatoriano en recibir esta distinción, después de Edna Iturralde en 2020 y María Fernanda Heredia en 2023, reafirmando así la relevancia internacional de las letras ecuatorianas.
Nacido en Guayaquil, Édgar Allan García ha construido una obra sólida y coherente, caracterizada por una narrativa envolvente, un enfoque sensible hacia la infancia y un compromiso sostenido con la formación de nuevos lectores.
Entre sus títulos más reconocidos se encuentran «Rebululú», «Patatús», «Cazadores de sueños», «Leyendas del Ecuador» y «Palabrujas». Estos libros, que han recorrido aulas, bibliotecas y ferias del libro, no solo entretienen, sino que también forman, despiertan la imaginación y fomentan la reflexión en lectores jóvenes de todo el continente.
El Cervantes Chico es un premio que año tras año reconoce a figuras destacadas en la creación literaria infantil y juvenil. Desde 2019, la categoría «Iberoamericana» permite resaltar la obra de autores fuera de España con impacto en el universo lector iberoamericano.
La edición 2025 del jurado estuvo presidida por Dolores López Bautista, concejal de Educación y Universidad de Alcalá de Henares, y contó con la participación de influyentes personalidades del ámbito cultural, educativo y literario de España e Iberoamérica.
Entre ellos destaca el escritor Pedro Mañas, ganador del Cervantes Chico 2023; Begoña Oro, ganadora en 2024; y representantes de instituciones como el Ministerio de Cultura de España, la Comunidad de Madrid, la Universidad de Alcalá y la OEI.
Además de su vasta producción literaria, Édgar Allan García ha sido merecedor de múltiples premios a lo largo de su carrera. A nivel nacional, ha obtenido en varias ocasiones el Premio de Literatura Infantil Darío Guevara Mayorga, así como el Premio Nacional de Narrativa Ismael Pérez Pazmiño y la Bienal de Poesía de Cuenca. Internacionalmente, ha sido distinguido con el Premio Pablo Neruda en poesía y el Premio Plural en cuento.
Su obra ha trascendido el ámbito editorial al ser incluida en planes de lectura del sistema educativo ecuatoriano, consolidando su influencia entre generaciones de lectores.
La elección de García para este premio no solo reconoce su trabajo personal, sino que también destaca el papel creciente de Ecuador en el panorama literario regional.
La literatura infantil y juvenil ha ganado visibilidad en el país gracias al esfuerzo de autores que, como García, se dedican a tejer relatos con raíces culturales profundas y lenguajes accesibles, fomentando valores, identidad y creatividad.
Este reconocimiento internacional llega en un momento clave, donde la lectura enfrenta el desafío de competir con múltiples estímulos digitales. En este contexto, la figura de escritores comprometidos como Édgar Allan García cobra aún más relevancia, al recordar que la palabra escrita sigue siendo una herramienta poderosa para imaginar otros mundos y construir pensamiento crítico desde la infancia.
La ceremonia oficial de entrega del premio se realizará en Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes, en un evento que reúne a educadores, escritores, promotores culturales y representantes de instituciones literarias. Será una oportunidad no solo para celebrar el talento de García, sino también para visibilizar el impacto social de la literatura infantil como vehículo de transformación y ciudadanía.
Con este nuevo lauro, Ecuador consolida su lugar en el mapa literario iberoamericano y proyecta a sus autores como referentes de calidad, compromiso y creatividad. La trayectoria de Édgar Allan García es ejemplo de cómo la literatura puede trascender fronteras geográficas y culturales, sembrando el amor por los libros en las nuevas generaciones.