Washington (DC).- Al sur de Venezuela y al oeste de Surinam, dos ríos desafían las reglas fundamentales de la hidrología, modificando la forma en que entendemos el flujo del agua en los sistemas fluviales.
Estos fenómenos, aparentemente contradictorios, ocurren en lugares remotos, pero tienen implicaciones significativas para el estudio de las cuencas hidrográficas más cruciales del continente sudamericano: el Amazonas y el Orinoco.
En el estado Amazonas de Venezuela, el río Casiquiare se separa del río Orinoco en lugar de unirse a él. A primera vista, parece que el Casiquiare es un afluente, pero en realidad es un distribuidor.
Este fenómeno insólito fue captado por el sensor OLI-2 del satélite Landsat 9 en marzo de 2025, revelando una bifurcación que contradice la lógica habitual del comportamiento fluvial. El Casiquiare, tras su desvío hacia el sur, no vuelve al Orinoco, sino que recorre cientos de kilómetros hasta desembocar en el río Negro, uno de los principales afluentes del Amazonas.
Este canal natural representa un caso peculiar de conexión entre dos extensas cuencas hidrográficas. La mayoría de los ríos que se bifurcan terminan reuniéndose nuevamente o desapareciendo, pero el Casiquiare persiste, actuando como un enlace navegable entre el Orinoco y el Amazonas.
De hecho, algunos científicos lo consideran una excepción hidrológica debido a su formación, influenciada por una topografía de bajo relieve y los volúmenes de agua elevados durante las crecidas estacionales.
Lo curioso es que, a pesar de que el agua del Orinoco debería dirigirse de forma natural hacia su propia desembocadura, aproximadamente una cuarta parte de su caudal es desviado por el Casiquiare hacia el sistema amazónico.
Esto contradice uno de los principios fundamentales de la hidrología: que toda el agua dentro de una cuenca debe fluir hacia un punto común, sin cruzar límites hacia otras cuencas. Sin embargo, en los mapas hidrológicos, la frontera entre las cuencas del Orinoco y del Amazonas atraviesa el Casiquiare. Los investigadores reconocen que esta situación «viola múltiples reglas de delimitación de cuencas», pero también admiten que no existe otra alternativa más precisa.
Una anomalía similar se presenta en Surinam, donde el río Wayombo, también captado por Landsat 9 en septiembre de 2023, muestra un comportamiento aún más versátil. Este río puede cambiar de dirección según factores naturales y humanos.
La sección superior del río, conocida como Boven Wayambo, se divide en dos posibles rutas: una hacia el oeste, uniéndose al río Nickerie, y otra hacia el este, conectando con el río Coppename. Ambos desembocan finalmente en el Océano Atlántico, pero el camino que toma el agua del Wayombo puede variar de un año a otro o incluso de una estación a otra.
Las decisiones humanas también juegan un papel. Una compuerta ubicada cerca de la unión con el Nickerie permite redirigir el agua hacia el oeste, lo cual es crucial para el cultivo de arroz en esa región. Si no se manipula esta infraestructura, el agua podría fluir naturalmente hacia el este, favorecida por la precipitación local y la leve inclinación del terreno.
Para estudiar estos casos extraordinarios, la misión SWOT (Surface Water and Ocean Topography), liderada por NASA y el CNES francés, se ha convertido en una herramienta esencial. Desde su lanzamiento en diciembre de 2022, SWOT mide la altura del agua en casi toda la superficie terrestre, ofreciendo una perspectiva sin precedentes sobre ríos, lagos y océanos.
Esta tecnología ayudará a los científicos a comprender mejor las dinámicas complejas de ríos como el Casiquiare y el Wayombo, cuyos comportamientos podrían anticipar nuevas formas de gestionar el agua en tiempos de cambio climático.
Estos dos casos no solo enriquecen el conocimiento hidrológico, sino que también plantean interrogantes sobre cómo redefinir las fronteras naturales. ¿Hasta qué punto nuestras categorizaciones fluviales reflejan la realidad? ¿Deberíamos reescribir las reglas que guían la cartografía hidrográfica?
Más allá de su rareza, estos ríos son recordatorios vivos de que la naturaleza siempre encuentra caminos que escapan a nuestras clasificaciones, y que la ciencia debe estar dispuesta a adaptarse.