Oslo (Noruega).- La activista y líder opositora venezolana María Corina Machado fue galardonada este 10 de octubre con el Premio Nobel de la Paz 2025, en un reconocimiento histórico a su incansable lucha por los derechos democráticos del pueblo venezolano y su firme compromiso con una transición pacífica y justa hacia la democracia.
La decisión del Comité Nobel Noruego marca un hito sin precedentes para Venezuela, otorgando por primera vez este prestigioso galardón a una figura del país sudamericano.
Machado ha sido una figura central y unificadora dentro del movimiento democrático venezolano, liderando una oposición que ha logrado trascender las profundas divisiones internas del pasado para unirse en una causa común: elecciones libres, respeto por el Estado de derecho y el retorno a un sistema de gobierno representativo.
En un momento en que la democracia enfrenta amenazas globales, el comité destacó el valor de esta unidad como un pilar esencial para defender la libertad.
Venezuela, una nación que alguna vez fue ejemplo de democracia en América Latina, ha atravesado décadas de decadencia política, económica y social bajo un régimen autoritario encabezado por Nicolás Maduro.
El país enfrenta una de las peores crisis humanitarias del hemisferio: más del 80 % de la población vive en pobreza extrema, millones han abandonado el país y el aparato estatal ha sido utilizado sistemáticamente para reprimir a la disidencia mediante persecución judicial, encarcelamientos y violaciones masivas a los derechos humanos.
En este contexto adverso, la trayectoria de María Corina Machado ha sido notable por su consistencia, valentía y determinación. Desde la fundación de la organización civil Súmate en 2002, dedicada a promover procesos electorales transparentes, hasta la creación del partido liberal Vente Venezuela en 2012, Machado ha defendido inquebrantablemente los principios democráticos.
Su lema, «boletas en lugar de balas», resume su enfoque: cambiar la historia del país sin recurrir a la violencia, sino mediante la movilización cívica, el voto y el activismo ciudadano.
Machado consolidó su liderazgo nacional al ganar por abrumadora mayoría las primarias de la oposición en 2023, presentándose como la gran esperanza para derrotar a Maduro en las elecciones presidenciales de 2024.
Sin embargo, fue inhabilitada por el régimen bajo acusaciones infundadas, lo que la llevó a respaldar a Edmundo González Urrutia como candidato de consenso. Esta decisión fortaleció aún más su imagen como líder comprometida con el bienestar del país por encima de los intereses personales.
Durante la campaña, Machado encabezó esfuerzos para entrenar a cientos de miles de voluntarios que actuaron como observadores electorales, incluso bajo amenazas de represión.
Tras la victoria de la oposición el 28 de julio de 2024, verificada por actas independientes recolectadas en todo el país, el régimen desconoció los resultados y se aferró al poder. En respuesta, Machado asumió un rol de liderazgo desde la clandestinidad, enfrentando amenazas de muerte, acusaciones de traición y persecución directa por parte del aparato estatal.
La comunidad internacional reaccionó de forma contundente al anuncio del Nobel. El expresidente de Argentina, Mauricio Macri, aseguró que pocas veces se había elegido tan bien a una persona para representar la paz.
El presidente electo Edmundo González Urrutia celebró la designación como un reconocimiento no solo a Machado, sino a la lucha de todo el pueblo venezolano. Por su parte, el expresidente colombiano Iván Duque subrayó que su liderazgo y coraje son un ejemplo para el mundo. Incluso el expresidente estadounidense Donald Trump expresó su respaldo a la causa democrática venezolana, reposteando el mensaje de Machado en su red social Truth.
El Comité Nobel elogió la resistencia de Machado frente a una dictadura que ha recurrido a la violencia estatal, la censura y la manipulación judicial para mantenerse en el poder. Subrayaron que su acción ha mantenido viva «la llama de la democracia en medio de la oscuridad», posicionándola como un símbolo global de la lucha no violenta contra el autoritarismo.
La galardonada, conocida también como la «Dama de Hierro» venezolana, ya había recibido en 2024 el Premio Sájarov del Parlamento Europeo, compartido con González Urrutia.
En su emotivo mensaje de aceptación, Machado dedicó el premio al pueblo de Venezuela, que ha resistido 26 años de represión, violencia y humillación.
«Este premio es tuyo. Es un reconocimiento a lo que hemos logrado juntos y un recordatorio de lo que aún falta», afirmó.
También llamó a una transición democrática inmediata y a no ceder en el esfuerzo por alcanzar una paz con libertad. «Venezuela será libre, y este logro propagará coraje y esperanza por todas las Américas», añadió, destacando el poder moral, espiritual y físico que ha sostenido la lucha ciudadana.
Pese a estar obligada a vivir en la clandestinidad, María Corina Machado continúa movilizando al país y exigiendo el reconocimiento de la voluntad popular expresada en las urnas. Su historia es un ejemplo poderoso de cómo la determinación cívica puede prevalecer ante regímenes represivos.
Su figura trasciende ahora las fronteras de Venezuela y se inscribe en la tradición del Nobel de la Paz como símbolo de esperanza y transformación pacífica.
El galardón recibido por María Corina Machado no solo celebra su liderazgo y sacrificio personal, sino que eleva la causa democrática venezolana al escenario internacional.
Este artículo fue elaborado con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial y revisado por un editor de Hispanos Press.








































































