Irvine (California).- A medida que las olas de calor se intensifican en California, investigadores de la Universidad de California en Irvine han desarrollado una nueva herramienta de inteligencia artificial capaz de monitorear en tiempo real cómo afecta el calor extremo a las comunidades más vulnerables del estado. 

Este avance, publicado en la revista «Weather, Climate, and Society» y financiado por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF), marca un hito en la forma en que se diseña la respuesta ante emergencias climáticas desde una perspectiva de equidad social y sanitaria.

El estudio, liderado por expertos en comunicación en salud del Joe C. Wen School of Population & Public Health de UC Irvine, se enfocó en cómo los residentes de California hablan sobre el calor en redes sociales, especialmente en X (antes Twitter). 

Al analizar más de 7.000 publicaciones relacionadas con el calor, los científicos no solo captaron las emociones y experiencias de la población, sino que también las cruzaron con datos de salud pública y mapas geoespaciales para identificar patrones de vulnerabilidad.

Uno de los hallazgos más importantes es que la exposición al calor no afecta por igual a todos los californianos. Las diferencias en infraestructura, geografía y condiciones socioeconómicas generan un mosaico desigual de acceso al enfriamiento. 

UC Irvine crea sistema con IA para monitorear la desigualdad ante olas de calor en California
Un innovador estudio analiza publicaciones en redes sociales para detectar en tiempo real las zonas más vulnerables al calor extremo.

Por ejemplo, se estima que cerca del 20 % de los hogares en el condado de Los Ángeles no cuentan con aire acondicionado, mientras que en el vecino condado de Riverside la cifra es inferior al 7 %. 

Esta disparidad se explica por el diseño histórico de las viviendas: en zonas costeras como Los Ángeles, muchas casas fueron construidas sin considerar la necesidad de sistemas de refrigeración, una decisión que hoy deja a muchas personas, especialmente en vecindarios de bajos ingresos, expuestas a temperaturas potencialmente mortales.

Para comprender mejor esta desigualdad, el equipo de UC Irvine integró el Índice Healthy Places (HPI, por sus siglas en inglés), una herramienta que evalúa 23 indicadores sociales y económicos, con los datos obtenidos de las redes sociales. Así, lograron establecer una conexión entre lo que la gente expresa en línea y las condiciones de salud y recursos de sus comunidades.

Los resultados revelaron una clara tendencia: en las áreas con bajo puntaje en el HPI —donde predominan menores ingresos, infraestructura deficiente y limitado acceso a servicios de salud— los usuarios publicaban mensajes con tonos negativos, quejas y advertencias sobre el calor. 

Por el contrario, en zonas con alto HPI, los mensajes reflejaban estrategias de afrontamiento, alivio o satisfacción al bajar la temperatura. Esta diferencia demuestra cómo la experiencia del calor extremo varía según el contexto social y económico.

La profesora Suellen Hopfer, autora principal del estudio, señaló que el calor extremo es una amenaza para la salud pública frecuentemente subestimada. Hopfer dice que al usar herramientas de equidad en salud junto con el seguimiento de redes sociales, se pueden identificar mejor las áreas que necesitan atención urgente y recursos. 

Esto mejora la efectividad de las intervenciones tanto del gobierno como de la comunidad.

Gracias al uso de aprendizaje automático, los investigadores también pudieron desarrollar un modelo predictivo que, al analizar conversaciones digitales y datos geográficos, puede alertar en tiempo real sobre comunidades en riesgo. Esta tecnología permitiría a agencias de salud pública, departamentos de bomberos y organizaciones sin fines de lucro implementar campañas específicas, distribuir recursos como centros de enfriamiento o alertas de emergencia, y diseñar políticas basadas en evidencia.

El equipo multidisciplinario incluyó a estudiantes de doctorado de salud pública, informática y ciencia de datos de UC Irvine, además de colaboradores de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). 

Este artículo fue elaborado con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial y revisado por un editor de Hispanos Press.