Zhengzhou (República Popular China).- La riqueza cultural de México viaja al otro lado del mundo con la inauguración de la exhibición «Mayas: ceiba y cosmos», que abrió sus puertas el 29 de mayo de 2025 en el Museo Henan, ubicado en la ciudad de Zhengzhou, en la República Popular China.
Esta exposición internacional, organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, estará abierta al público hasta el próximo 8 de octubre, y forma parte de un circuito que incluirá también las provincias chinas de Hebei y Shanxi.
Con la colaboración de la empresa Beijing KYUN Exhibition LTD y del propio Museo Henan, la muestra cuenta con la participación de importantes instituciones museísticas mexicanas: el Museo Nacional de Antropología (Ciudad de México), el Museo Regional de Antropología Palacio Cantón (Yucatán), el Museo Regional Carlos Pellicer Cámara (Tabasco) y el Museo Amparo (Puebla).
El resultado es una exposición multidisciplinaria que revela la profundidad simbólica, religiosa y estética del mundo maya a través de una de sus representaciones más poderosas: la ceiba, árbol sagrado que articula la visión del cosmos entre cielo, tierra e inframundo.
La propuesta curatorial fue desarrollada por un equipo de expertos compuesto por el antropólogo Alejandro González Villarruel, la antropóloga social Natalia Gabayet González —también autora del libro «El tigre escondido»—, y el arqueólogo José Luis Rojas Martínez. Su planteamiento coloca a la ceiba como eje conceptual y visual de la muestra.
Este árbol mítico, presente en las culturas mayas desde tiempos antiguos hasta la actualidad, simboliza la estructura del universo: sus raíces conectan con el inframundo, su tronco con el plano terrenal y su copa con el cielo.
Bajo esta visión, la exhibición se estructura en cuatro ejes temáticos: «El cielo: entidades y movimientos», «La tierra: el mundo intermedio de los mayas», «El Xibalbá, espejo acuático de los mundos» y «El calendario: la marca ritual del tiempo». A través de estos núcleos, el visitante puede adentrarse en la complejidad del pensamiento maya, donde el tiempo no es lineal, la materia está impregnada de espiritualidad y el territorio se concibe como un espacio multidimensional.
El discurso museográfico propone una lectura que comienza con fuentes coloniales e históricas, continúa con interpretaciones arqueológicas y culmina con aportes etnográficos contemporáneos, estableciendo así un puente entre el pasado y el presente.
Aunque la representación del cosmos maya se basa en la verticalidad del árbol sagrado, la curaduría traslada ese modelo al plano horizontal, permitiendo una lectura visual accesible al público chino y creando una experiencia envolvente que trasciende las barreras culturales.
La exhibición reúne un total de 206 piezas provenientes de distintos acervos mexicanos, tanto públicos como privados.
Entre los objetos destacados se encuentran figurillas provenientes de la isla de Jaina (Campeche), incensarios de Palenque, vasos y platos policromados, braseros ceremoniales, rostros modelados con tocados y evidencias de deformación craneana, un trono tallado con glifos del sitio El Tortuguero y representaciones escultóricas de atlantes de Chichén Itzá.
También se incluyen réplicas de gran valor simbólico, como la máscara funeraria de Calakmul y un pectoral de jade.
Esta muestra no solo representa un esfuerzo logístico y museográfico notable, sino también una oportunidad invaluable para fortalecer el diálogo cultural entre México y China. A través de esta iniciativa, se reconoce la importancia de compartir el legado ancestral de los pueblos originarios de Mesoamérica, permitiendo que públicos internacionales se conecten con sus expresiones espirituales, artísticas y científicas.
Además de difundir la herencia maya, «Mayas: ceiba y cosmos» establece un precedente para futuras colaboraciones entre museos mexicanos y asiáticos, fomentando el intercambio de conocimientos y el aprecio mutuo entre dos civilizaciones milenarias.
La elección de China como destino inicial responde al creciente interés por el arte y la historia de Mesoamérica en el país asiático, así como a la voluntad de ambos gobiernos por consolidar vínculos culturales a largo plazo.
En una época marcada por la globalización y la necesidad de entendimiento intercultural, la exhibición ofrece una reflexión sobre cómo las antiguas cosmologías pueden inspirar nuevas formas de ver el mundo.
El universo maya, con su estructura compleja y simbólica, propone una visión holística que integra naturaleza, tiempo y espiritualidad, abriendo así una ventana a una comprensión más profunda de nuestra humanidad compartida.