Oslo (Noruega). La opositora venezolana María Corina Machado fue galardonada este miércoles con el Premio Nobel de la Paz por su incansable defensa de los derechos democráticos en Venezuela y su compromiso con una transición pacífica del autoritarismo a la democracia.
Sin embargo, su ausencia marcó profundamente la ceremonia celebrada en el Ayuntamiento de Oslo, Noruega. Debido a una década de prohibición de salida del país y amenazas directas del régimen de Nicolás Maduro, Machado no pudo asistir. En su lugar, su hija Ana Corina Sosa Machado recibió el galardón y leyó un emotivo discurso preparado por su madre.
La decisión del Comité Noruego del Nobel resaltó la valentía civil de Machado, calificándola como una figura excepcional en América Latina. Durante la ceremonia, a la que asistieron cerca de 1.000 personas, incluyendo a los reyes de Noruega, se rindió homenaje a su liderazgo en un proceso de movilización ciudadana sin precedentes.
Este proceso culminó en la victoria de la oposición en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, una victoria luego desconocida por el régimen venezolano.
Machado, de 58 años, lleva más de un año en la clandestinidad tras haber sido inhabilitada para postularse a la presidencia, a pesar de haber obtenido un apoyo masivo en las primarias de 2023.
En un mensaje de audio difundido por el Instituto Nobel, aseguró que se encuentra a salvo y «en camino a Oslo», pero su llegada no coincidió con la ceremonia. Se esperaba que se reuniera más tarde con su familia, a la que no ha visto en casi dos años, incluyendo sus hijos y su madre.

Durante el evento, se proyectó una imagen de Machado en el escenario, simbolizando tanto su presencia como la de la democracia silenciada en Venezuela. La ceremonia incluyó una presentación de la pianista venezolana Gabriela Montero, quien interpretó «Mi Querencia» de Simón Díaz, una pieza solicitada por la propia galardonada y que evocó la memoria y la esperanza de millones de venezolanos.
En su discurso leído por su hija, Machado relató con detalles la lucha del pueblo venezolano, desde el colapso institucional bajo el régimen chavista hasta los momentos de resistencia civil más significativos. Denunció los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado venezolano, incluidos actos de tortura, represión y esclavitud sexual documentados por organismos internacionales.
Asimismo, enfatizó el valor de la democracia como el único camino hacia una paz verdadera y duradera. Machado recordó que el pueblo venezolano ha resistido durante casi tres décadas una dictadura militarizada, enfrentando censura, pobreza, exilio y represión.
«Solo cuando las personas pueden elegir a sus líderes y expresarse sin temor puede arraigar la paz», señaló el presidente del Comité Nobel, Jørgen Watne Frydnes, al explicar por qué la lucha de Machado cumple los tres criterios establecidos por Alfred Nobel para este premio.
En una parte conmovedora del discurso, se recordó cómo, contra toda probabilidad, Machado lideró unas primarias ciudadanas que reactivaron la esperanza de millones. Posteriormente, pese a su inhabilitación, apoyó a Edmundo González Urrutia como candidato unitario, quien resultó vencedor en las elecciones presidenciales con un 67 % de los votos, según los resultados independientes documentados y publicados digitalmente por el movimiento opositor.
A pesar de esta victoria, el régimen desconoció los resultados y lanzó una ola de represión sin precedentes, con más de 2.500 personas detenidas arbitrariamente. Machado ha permanecido en la clandestinidad desde entonces, y ha continuado coordinando redes de resistencia civil y desobediencia pacífica desde lugares no revelados.
Al recibir el premio, Ana Corina Sosa Machado dijo que este reconocimiento no era solo para su madre, sino «para todos los venezolanos que han arriesgado sus vidas por un país libre». La ceremonia concluyó con un llamado del Comité Nobel al régimen de Maduro para que respete la voluntad del pueblo y permita una transición democrática inmediata.
Con este premio, María Corina Machado se une al reducido grupo de mujeres laureadas con el Nobel de la Paz: solo 19 en toda la historia del galardón. Su historia no solo destaca como un triunfo personal, sino como un símbolo del valor colectivo de una nación que, a pesar de la opresión, se niega a rendirse.
Este artículo fue elaborado con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial y revisado por un editor de Hispanos Press.




































































