Roma (Italia).- Los pequeños productores agrícolas son importantes productores mundiales de alimentos.

Sin embargo, a menudo tienen dificultades para cumplir las normas internacionales sobre comercio y otros requisitos conexos relacionados con la sanidad vegetal.

Acortar la distancia entre las pequeñas explotaciones y el mercado mundial es ahora más importante que nunca.

A través de los programas de cooperación Sur‑Sur y triangular, se reúne a productores, exportadores y expertos técnicos para que compartan su valioso saber hacer y trabajen juntos con el fin de reforzar la producción agrícola.

La salud de las plantas y su protección son una esfera fundamental de estos conocimientos especializados, que sin embargo suele pasarse por alto.

Unas medidas fitosanitarias sólidas y actualizadas son fundamentales para regular y prevenir la introducción y propagación de plagas en las plantas y productos vegetales.

La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) es un tratado multilateral cuyo objetivo es proteger las plantas previniendo la introducción y propagación de plagas, y su Secretaría, ubicada en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), trabaja para garantizar que todos los países tengan la capacidad necesaria para aplicar medidas fitosanitarias, facilitando así el comercio de productos agrícolas.

Un proyecto de cooperación Sur-Sur entre China y la FAO está colocando a los agricultores en el centro de este proceso.

El aseguramiento de que los productos agrícolas cumplan las normas fitosanitarias establecidas necesarias para el comercio internacional ofrece a los agricultores la oportunidad de obtener ingresos adicionales.

El proyecto de cooperación Sur-Sur llevó a expertos chinos hasta Camboya y Sri Lanka para compartir nuevas tecnologías y productos relacionados con la sanidad vegetal y las mejores prácticas para su utilización.

A continuación se presentan un par de ejemplos de cómo la cooperación Sur-Sur está ayudando a los agricultores a cumplir las medidas fitosanitarias y garantizar la sanidad vegetal.

La lucha contra la fusariosis del banano en Camboya

Durante decenios, los agricultores de Camboya han venido luchando contra el marchitamiento por Fusarium del banano (o fusariosis del banano),una enfermedad devastadora que afecta a su segundo mayor producto agrícola de exportación, según la Organización Mundial del Comercio.

El Fusarium del banano es un hongo que se encuentra en la tierra y que hace que las hojas inferiores de la planta de banano se marchiten y amarilleen. A medida que la enfermedad avanza, se incrementa el número de hojas que se vuelven amarillas y mueren, dejando tras su caída un “manto” de hojas secas.

La propagación de esta enfermedad afecta gravemente a la producción y las exportaciones de banano en las zonas tropicales del sudeste asiático, incluida Camboya.

Para combatir el Fusarium del banano, la Secretaría de la CIPF llevó a cabo un proyecto con la ayuda de expertos de China, destinado a mejorar todo el sistema fitosanitario de Camboya. El proyecto comenzó en 2019 con una evaluación de la capacidad fitosanitaria, que ayudó a determinar las deficiencias existentes en el sistema fitosanitario.

Esta información se utilizó posteriormente para organizar cursos de formación sobre técnicas y tecnologías fitosanitarias aplicables en la gestión integrada de plagas para combatir la enfermedad.

Quince funcionarios seleccionados de la Organización Nacional de Protección Fitosanitaria de Camboya adquirieron conocimientos sobre vigilancia, detección precoz y técnicas de identificación en laboratorio, así como técnicas de gestión integrada de plagas.

Conocieron también el procedimiento para detectar y poner en cuarentena el Fusarium del banano en el momento de entrada de bananos importados.

Gracias a esta formación, los agricultores detectaron la enfermedad en una fase más temprana, lo que les permitió adoptar medidas de control antes de que pudiera propagarse y causar daños importantes.

Estas nuevas tecnologías demostraron cómo la vigilancia y la gestión eficaces de plagas podían contener el Fusarium del banano y evitar su propagación.

Prevención y control de la mosca de la fruta en Sri Lanka

A través del proyecto de cooperación Sur-Sur llevado a cabo en Sri Lanka, expertos en sanidad vegetal chinos ofrecieron cursos de formación y demostraciones de campo sobre seguimiento de trampas, diagnósticos morfológicos y moleculares, tratamientos térmicos y de irradiación y técnicas de gestión integrada de plagas para controlar la mosca de la fruta, una plaga generalizada en las plantaciones de mango de Sri Lanka.

Los participantes, pertenecientes al Servicio Nacional de Cuarentena Vegetal, aprendieron a colocar y controlar trampas para moscas de la fruta en un huerto.

Desde entonces, han avanzado hacia la aplicación de mejores técnicas de gestión de plagas de la mosca de la fruta y el perfeccionamiento de las normas fitosanitarias del país, ya que la anticuada legislación nacional en materia de protección de plantas estaba perjudicando el volumen de exportaciones.

El país seguía apoyándose en una ordenanza de 1981, desfasada en relación con las normas internacionales actuales. Ahora, con un enfoque centrado específicamente en potenciar las capacidades fitosanitarias, el proyecto de cooperación Sur-Sur ha ayudado a Sri Lanka a mejorar significativamente su comercio internacional y transfronterizo.

Con estos nuevos métodos de vigilancia de plagas, técnicas de diagnóstico, tratamientos fitosanitarios y gestión integrada y ecológica de plagas, la capacidad de prevención y control de la mosca de la fruta en Sri Lanka ha mejorado considerablemente.

La cooperación Sur-Sur constituye un marco para la difusión de conocimientos y experiencias entre los países en desarrollo.

El proyecto de cooperación Sur-Sur entre China y la FAO, llevado a cabo junto con la Secretaría de la CIPF, demostró cómo el fortalecimiento de la capacidad fitosanitaria hizo posible un comercio más seguro y fluido tanto en Camboya como en Sri Lanka. 

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