San Luis Potosí (México).— Resultado de una iniciativa ciudadana, en diciembre de 2006 fue fundado el Museo de Arte Sacro de Guadalcázar, un proyecto que busca preservar la rica historia de este pueblo potosino que conoció su esplendor gracias a la minería. 

El recinto museístico, ubicado a 80 kilómetros de la capital de San Luis Potosí, reabrirá sus puertas pronto. Esto ocurre tras una destacada labor de rehabilitación supervisada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), cuyo propósito es garantizar la conservación de su valioso patrimonio religioso y arquitectónico.

El museo ocupa dos salas históricas: el antiguo camarín y la capilla de la Virgen del Refugio, anexas a la Parroquia de San Pedro Apóstol. Este templo, de origen barroco, fue construido en el primer cuarto del siglo XVIII y, aunque ha sufrido modificaciones de estilo neoclásico en el siglo XIX, aún conserva su esencia colonial.

La restauradora-perito Luisa Cecilia Carreras Lomelí, del Centro INAH San Luis Potosí, destaca la relevancia de estas obras no solo en términos arquitectónicos, sino también como espacios para la transmisión del discurso iconográfico de los antiguos retablos barrocos.

Museo de Arte Sacro de Guadalcázar se renueva para preservar su legado barroco
El Centro INAH San Luis Potosí apoya la rehabilitación del Museo de Arte Sacro, San Pedro de Guadalcázar. Foto Israel Hernández.

Guadalcázar, enclavado en la zona del altiplano potosino, fue uno de los principales centros mineros de la Nueva España desde el siglo XVII hasta bien entrado el siglo XX. Su economía, basada inicialmente en la extracción de minerales para la Corona española, transitó posteriormente hacia la actividad agropecuaria.

Sin embargo, el legado cultural forjado durante los años de bonanza minera sigue vivo a través de numerosos bienes muebles, principalmente objetos religiosos del siglo XVIII como pinturas, esculturas, casullas bordadas y piezas de orfebrería.

La comunidad local, consciente del valor de este acervo, conformó un patronato que permitió fundar el museo como un espacio de resguardo y exhibición. La colección está compuesta en su mayor parte por elementos que formaban parte de los ocho retablos barrocos originales del templo, de los cuales solo uno permanece en su lugar original. Preservar este legado significa también conservar la memoria colectiva y la identidad visual del pueblo.

Previo a los trabajos de restauración, se llevó a cabo un proceso de documentación detallado que incluyó registros escritos, fotográficos y gráficos del estado del museo y de los objetos que alberga. Esta labor fue fundamental para planificar la intervención sin alterar los elementos originales de la edificación. Israel Hernández Méndez, restaurador a cargo y originario de Guadalcázar, explica que los trabajos incluyeron la eliminación de humedad en muros, reparación de grietas, corrección de filtraciones y restauración de elementos estructurales con técnicas y materiales tradicionales como cal, arena y piedra caliche.

Museo de Arte Sacro de Guadalcázar se renueva para preservar su legado barroco
El INAH apoya la rehabilitación del Museo de Arte Sacro de Guadalcázar, resguardante de un patrimonio cultural que es testigo del pasado de la comunidad. Foto Israel Hernández

Se realizaron calas estratigráficas y se eliminaron aplanados de cemento y yeso para revelar la fábrica original del edificio, compuesta por muros gruesos de piedra, techos abovedados de ladrillo y arcos de sillares. También se reemplazaron vidrios y luminarias para mejorar la funcionalidad del espacio sin comprometer su valor histórico.

En paralelo, el INAH supervisó la conservación de las obras más representativas del acervo. Entre ellas, destacan tres óleos pertenecientes a una serie dedicada a la Virgen María del pintor novohispano Francisco Martínez, activo entre 1717 y 1758. Las piezas intervenidas, de dimensiones destacadas, muestran escenas como La adoración de los reyes, La natividad del niño y La visitación, y fueron sometidas a procesos de limpieza y consolidación de su capa pictórica.

Además de las pinturas, once piezas de orfebrería recibieron tratamientos específicos, mientras que una serie de esculturas continúa en proceso de restauración. Se trata de dieciséis imágenes religiosas de bulto, encarnadas y policromadas, de las cuales catorce son del siglo XVIII y muestran rasgos asiáticos, lo que sugiere una conexión con el intercambio comercial entre la Nueva España y Filipinas.

Las dos restantes, del siglo XIX, representan a un Cristo crucificado y a una Virgen de la Soledad, ambas utilizadas en celebraciones litúrgicas.

Museo de Arte Sacro de Guadalcázar se renueva para preservar su legado barroco
Se intervienen bienes muebles de su acervo, como pinturas, esculturas, piezas de orfebrería y mobiliario. Foto Israel Hernández

El apoyo del INAH y de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México ha sido crucial para devolverle al museo su papel como guardián del patrimonio histórico y espiritual de Guadalcázar.

Más que un recinto expositivo, el Museo de Arte Sacro es un símbolo de la identidad local, al que los habitantes acudían incluso a rendir culto antes de su cierre temporal. Con su próxima reapertura, no solo se recupera un espacio físico, sino también un punto de encuentro entre pasado y presente.