San Luis Potosí (México).- Por primera vez en la historia de la paleontología mexicana, un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), junto con especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), ha logrado describir los hábitos alimentarios de un bebé de mamut colombino.

El ejemplar, hallado en el sitio paleontológico Rancho Carabanchel, cerca de El Cedral, San Luis Potosí, representa un hito en la investigación de fauna extinta del Pleistoceno tardío en el país.

El fósil estudiado corresponde a una cría de mamut que probablemente tenía alrededor de cinco meses al morir, aún en etapa de lactancia y comenzando la transición a una dieta vegetal. Esta conclusión se logró al analizar las relaciones de isótopos de carbono y oxígeno en el esmalte de un molar y en la dentina de su diente «de leche».

Los resultados revelaron una dieta mixta, conformada por plantas tipo C3 (arbustos y árboles) y C4 (pastos), lo que sugiere que el mamut bebé ya comenzaba a ingerir vegetación además de alimentarse con leche materna.

Este descubrimiento es especialmente significativo porque, aunque en México se han encontrado numerosos restos de mamuts, la vasta mayoría corresponde a ejemplares adultos. Hasta la fecha, solo existían reportes vagos de individuos juveniles, como los hallados en Tlaxcala y el Estado de México, sin embargo, no se había documentado con claridad la etapa ontogénica —o sea, el desarrollo biológico desde la concepción hasta la muerte— de un espécimen tan joven.

Científicos mexicanos revelan la dieta del primer bebé mamut estudiado en México 1
Molar del individuo joven estudiado en la colección de SLP. Foto Susana Rodríguez Franco

El ejemplar de Rancho Carabanchel, por tanto, se convierte en el primero del cual se tiene certeza sobre su edad aproximada y dieta, marcando un antes y un después en el estudio de esta especie en territorio mexicano.

El fósil fue recuperado en 2016, aunque su análisis y publicación en la revista especializada «Pal Z» se consolidó recientemente. Los restos corresponden a secciones de la parte inferior del cráneo, un fragmento de la mandíbula derecha y parte de su defensa.

El equipo multidisciplinario lo identificó como un mamut colombino, gracias a comparaciones con fósiles de referencia resguardados en el Laboratorio de Arqueozoología del INAH. El fechamiento por carbono 14, realizado a partir de una muestra de carbón recolectada del estrato donde se hallaron los restos, arrojó una antigüedad de 13.815 años.

El estudio se llevó a cabo en los laboratorios de Geoquímica Ambiental Molecular (LGA) y de Isótopos Estables (LIE) del Instituto de Geología de la UNAM. A través de espectroscopia infrarroja y espectrometría de masas, los investigadores pudieron medir los valores isotópicos en las muestras de esmalte y dentina.

Estos valores no solo indicaron el tipo de plantas que el animal consumía, sino también ofrecieron información sobre factores ambientales como temperatura, régimen de lluvias, latitud y altitud, elementos que se registran en los tejidos fósiles con notable precisión.

Uno de los elementos más reveladores fue la diferencia en los valores de carbono entre el esmalte dental y la dentina de la defensa. Mientras el primero mostró una dieta mixta C3/C4, el segundo se alineó con un patrón típico de animales que consumen exclusivamente plantas C3. Esta diferencia puede explicarse por el proceso de destete progresivo que el animal estaba atravesando al momento de morir, lo que coincide con la etapa estimada de cinco meses de edad.

Los responsables del hallazgo, entre ellos los científicos Víctor Adrián Pérez-Crespo, Gilberto Pérez Roldán, Joaquín Arroyo-Cabrales, Edith Cienfuegos-Alvarado y Francisco J. Otero, destacan la importancia del trabajo colaborativo y multidisciplinario, así como la relevancia de rescatar e investigar especímenes almacenados en colecciones paleontológicas mexicanas que hasta ahora han sido poco exploradas.

 Señalan que en instituciones como el Museo Paleontológico de Guadalajara y el INAH existen varios ejemplares de mamuts jóvenes que aún no han sido analizados, lo que podría abrir nuevas oportunidades para comprender mejor la historia natural del continente.

San Luis Potosí se reafirma como un punto clave para la paleontología mexicana. Además del reciente hallazgo en Rancho Carabanchel, la región ha sido prolífica en descubrimientos de mamuts adultos en zonas como las lagunas de las Cruces y Media Luna, y en Rancho La Amapola.

Sin embargo, esta es la primera vez que se puede determinar con precisión el estadio de desarrollo de un ejemplar tan joven, lo que permite a los científicos avanzar en el entendimiento de las dinámicas familiares, patrones migratorios y hábitos ecológicos de estos gigantes prehistóricos.

La investigación no solo enriquece el acervo científico nacional, sino que abre la puerta a futuras investigaciones sobre el desarrollo temprano de los mamuts y su interacción con el entorno. A través de un análisis detallado de tan solo 20 miligramos de muestra fósil, se logró acceder a un pasado remoto con una claridad sorprendente.

El estudio demuestra cómo la ciencia moderna puede revelar secretos milenarios enterrados bajo nuestros pies, y cómo la colaboración entre instituciones puede convertir hallazgos aislados en descubrimientos con trascendencia internacional.