Río de Janeiro (AFP) – Poetas, actores, músicos y bailarines callejeros de Rio de Janeiro buscan revertir una reciente decisión judicial que les prohibió actuar en los vagones del metro por perjudicar el «sosiego» de los pasajeros y transmitir mensajes «ideológicos».

«Fue una decisión arbitraria, sin oír a los artistas», dijo a la AFP Edson Ramos, representante de la asociación de Artistas Metroviarios, que reúne unos 80 artistas que se presentan en el metro y las barcas de Rio.

El Tribunal de Justicia de Rio de Janeiro (TJRJ) declaró inconstitucional esta semana un tramo de la ley que desde el año pasado regula la actividad de los artistas callejeros en el transporte, aunque siguen autorizados a presentarse dentro de las estaciones, según la corte.

La acción ante la justicia fue promovida en 2018 por el senador Flavio Bolsonaro -hijo del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro- cuando era legislador regional en la Asamblea de Rio.

– Discurso «ideológico» –

«Cabe a cada uno escoger, de acuerdo con sus valores y convicciones, a qué tipo de arte asistir y en qué momento», escribió el juez Heleno Pereira Nunes, cuya decisión fue apoyada por la mayoría del tribunal.

Los pasajeros pueden «simplemente pretender ejercer su derecho al sosiego, lo que no es posible cuando se está expuesto a griteríos y ruidos estridentes de aparatos musicales», añadió.

Además, «bajo pretexto de divulgar su ‘arte’, diversos grupos practican adoctrinamiento político e ideológico, constriñendo a los usuarios que no comulgan con tal o cual ideología», prosiguió el magistrado.

Algunos artistas siguieron presentando sus números esta semana en los vagones, burlando a los agentes de seguridad en las estaciones.

La empresa privada MetroRio, que administra el metro carioca, afirmó en un comunicado enviado a la AFP que cumplirá la decisión judicial.

«En los principales metros del mundo, las presentaciones dentro de los trenes están prohibidas para evitar accidentes, problemas en la operación y dificultades de accesibilidad», afirmó la empresa, que prometió ampliar el programa «Palco Carioca», mediante el cual artistas registrados pueden presentarse en escenarios montados en tres estaciones de toda la ciudad.

– Arte «para todos» –

En actos, reuniones internas y con representantes políticos, los artistas intentan organizarse para que la medida sea revertida por alguno de los tribunales superiores federales en Brasilia.

Todos los artistas consultados por la AFP concuerdan en la importancia de regular la actividad, pero reclaman ser oídos en ese proceso.

Para Cláudia Barbot, actriz y miembro del colectivo de artistas negros Confraría do Impossível, la presentación en el metro es tanto una forma de subsistencia como una de las únicas posibilidades de acceso a la cultura para muchos habitantes de la periferia carioca.

«El arte callejero sirve para mostrar que el arte es para todo el mundo, que alcanza a personas que no necesariamente llegan por sí mismas hasta el arte», defiende.

Dener Rangel Alves, un joven cantante que vive en la favela Rocinha, asegura que no impone sus espectáculos a ningún pasajero.

«Cuando entro a un vagón, pido que si a alguien le incomoda que cante levante la mano, y si esto ocurre cambio educadamente de vagón», asegura.

«No estamos ahí sólo para pasar el sombrero, sino para contribuir de forma positiva. A veces las personas están cansadas del trabajo, preocupadas con sus problemas. Hoy un pasajero me dijo que la música que toqué le alivió el alma», añadió.

Barbot, que el miércoles participó en una protesta de una cincuentena de personas, sostiene que el fallo judicial es una forma de «perseguir principalmente el arte realizado por personas negras».

«La mayor parte de los poetas y bailarines que realizan performances teatrales dentro de los vagones son negros. Traen un arte que coloca en la cara de la sociedad cosas en las que ésta no quiere pensar tanto», y eso incomoda, afirma.