Santiago (AFP) – Los chilenos volvieron a sorprender y se inclinaron por candidatos jóvenes y que encarnan una nueva generación de políticos en las primarias presidenciales de la izquierda y la derecha, demostrando que buscan cambios al modelo pero de forma gradual y moderada, según analistas.

Contrario a lo que pronosticaban las encuestas, cayeron derrotados los candidatos chilenos más tradicionales de las coaliciones que compitieron en las primarias de este domingo, en las que se restaron los partidos políticos de la exConcertación, el conglomerado de centro izquierda que gobernó por 20 años Chile tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Con 35 años -la edad mínima para competir por la presidencia de Chile-, Gabriel Boric, diputado del joven partido político Convergencia Social, parte del izquierdista Frente Amplio, se impuso al comunista Daniel Jadue.

En la primaria de la derecha, en la que competían cuatro candidatos, ganó también el aspirante más joven: el independiente Sebastián Sichel, de 43 años, quien dejó atrás al histórico líder ultraconservador Joaquín Lavín, que buscaba su tercera candidatura y lideraba los sondeos del sector. Compitieron también los exministros del gobierno de Sebastián Piñera, Mario Desbordes e Ignacio Briones.

«Son candidaturas ambas que enfatizan una visión optimista respecto al futuro. Hay una crítica respecto al pasado y una visión alegre y positiva del futuro. Los que perdieron estaban en una visión más de pasado, defensiva, reivindicativa del pasado más que de futuro», dijo a la AFP Juan Pablo Luna, doctor en ciencias políticas y académico de la Universidad Católica de Chile.

Alcalde del popular barrio Recoleta, en el norte de Santiago, el comunista Jadue lideraba desde hace más de un año los sondeos de cara a la carrera presidencial de la izquierda para las elecciones del próximo 21 de noviembre. Pero Boric, egresado de la carrera de Derecho, le arrebató el triunfo por un 60,43% de los votos frente al 39,57%.

Sichel, por su parte, cosechó un 49,08% de los sufragios frente al 31% de Lavín, quien en las elecciones de 1999 le peleó la segunda vuelta al socialista Ricardo Lagos (2000-2006).

Cambio de ciclo –

«Es un cambio de ciclo, pensando en la caída poco a poco de los partidos políticos históricos chilenos y tradicionales que marcaron el espectro político del Chile de la transición a la democracia», dijo a la AFP Rodrigo Espinoza, coordinador académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, para explicar el triunfo de estos dos políticos jóvenes.

«La ciudadanía quiere cambios profundos, pero quiere que esos cambios sean por caminos democráticos a través del diálogo y la construcción de mayorías y eso lo representó mejor Boric», afirmó de su lado Pamela Figueroa, académica de la Universidad de Santiago.

En una jornada electoral que se dio el domingo en un ambiente muy tranquilo, sorprendió también la alta participación de los chilenos: 3.143.006 electores, la mayor convocatoria desde que se instauró el sistema de primarias legales en 2013, y que tiene lugar dos semanas después de la instalación de la Convención Constitucional que redactará una nueva Constitución de Chile.

La campaña en la primaria de la izquierda -en la que quedaron fuera los tradicionales como el Partido Socialista, el Partido Radical o el Partido por la Democracia (PPD)- se dio de guante blanco, aunque en la última semana Jadue endureció el tono frente a Boric, que se mostró en todo momento más dialogante.

Exlíder de las protestas estudiantiles de 2011, Boric tiene el desafío de convocar a los electores más de centro sin dejar de lado a la izquierda más radical que busca profundizar los cambios al modelo neoliberal que hizo crecer a Chile pero con grandes niveles de desigualdad social.

«Con lo que tenemos hoy no basta para ganar en noviembre», reconoció Boric la noche del domingo.

En la izquierda, el Partido Socialista postula a Paula Narváez, exministra del gobierno de Michelle Bachelet, mientras que el partido Demócrata Cristiano analiza la candidatura de la actual presidenta del Senado, Yasna Provoste.

Del otro lado, la elección de Sichel -abogado y exministro de Desarrollo Social del gobierno de Piñera- representa «salir del cerco ideológico tradicional de la derecha. Salir de una derecha conservadora, pensando en un derecha más bien liberal», según Espinoza.

«Sichel no es militante de partido político, pero sí tiene su historia. Ha tenido vínculos estrechos con el centro y ahora desde una plataforma de centro derecha fue muy hábil para correr el cerco ideológico y decir que no se trata de una división de izquierda y derecha sino más bien de lo nuevo contra lo viejo», agregó.

La extrema derecha postularía directo a la primera vuelta al exdiputado José Antonio Kast.

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