Washington (AFP) – El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, acusó este martes en Washington a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de «extorsión», «amenaza», de seguir una agenda proaborto y de «sesgo ideológico».

En su informe Anual 2021, la CIDH, un órgano de la Organización de los Estados Americanos (OEA), añadió este año a Guatemala al capítulo IV.B, con lo que pasa a engrosar su lista negra de países donde observa graves violaciones de los derechos humanos, en la que figuran asimismo Cuba, Venezuela y Nicaragua.

La CIDH argumenta su decisión por «el progresivo debilitamiento de la institucionalidad democrática» en el país, «las injerencias sistemáticas contra la independencia» del sistema judicial, las «irregularidades en el proceso de elección de magistrados» y «la criminalización y estigmatización» de los jueces.

Durante un Consejo Permanente, el órgano ejecutivo de la OEA, Giammattei afirmó que en su país se respetan los derechos humanos y «tampoco existe una infracción sistemática de la independencia del poder judicial y mucho menos actos de insubordinación de las instituciones del Estado a la autoridad civil».

En mayo Estados Unidos y la Unión Europea criticaron la designación por otros cuatro años de Consuelo Porras como fiscal general de Guatemala, señalada de corrupción. Washington afirma además que al menos seis fiscales anticorrupción en activo o retirados han sido detenidos y otros se han visto obligados a huir del país.

El presidente guatemalteco se queja de que el informe de la CIDH «se encuentra plagado de errores metodológicos que evidencian la falta de rigor jurídico y el sesgo ideológico» por tres motivos.

Primero -dice- cuestiona resoluciones judiciales y segundo, pone en entredicho «las investigaciones en curso contra distintos fiscales y jueces», lo cual califica de «activismo ideológico carente de objetividad».

Tercero: critica que Guatemala haya firmado el Consenso de Ginebra, una declaración que intenta limitar la garantía del derecho al aborto.

«¿Cómo puede la CIDH cuestionar un acto soberano de la política exterior?», se preguntó el presidente.

«Existe otro error metodológico que evidencia una agenda en favor al aborto que se excede de sus competencias porque la CIDH no debería ser activista en estos temas sino respetar la soberanía» de cada Estado, añadió.

Le acusó asimismo de vulnerar «el principio de subsidiariedad» y de tener la «equivocada idea (…) de que el cumplimiento de las recomendaciones es obligatorio».

Mañana, le puede pasar a cualquiera –

El presidente llamó a los países de la OEA a solidarizarse con su caso.

«Es preciso que trabajemos juntos para fortalecer el sistema interamericano de derechos humanos porque la ilegalidad y el irrespeto a la normativa que se comete hoy contra Guatemala mañana puede ocurrir contra cualquiera de los países que somos miembros de la organización», dijo, en un momento en el que varios Estados como México y Argentina piden reformas en la OEA.

«Hoy somos nosotros, mañana puede ser cualquiera de nosotros», añadió.

El presidente instó a la CIDH a «reconocer y respetar la autonomía de los Estados en la protección de los derechos humanos, a ajustar sus decisiones con objetividad y reconocimiento de los marcos jurídicos nacionales sin sesgos ideológicos o políticos».

Giammattei asegura que la CIDH le envió una nota diciéndole que lo iban a incluir en el capítulo 4B si no los invitaba a una visita, lo que calificó de «extorsión» y «amenaza».

Durante su discurso, el presidente también habló de la importancia de tomar medidas contra el cambio climático y de abordar «las causas multidimensionales» de la migración bajo una «responsabilidad compartida».

Justo antes de su intervención el secretario gemeral de la OEA, Luis Almagro, pidió un minuto de silencio por el medio centenar de migrantes muertos en el remolque de un camión en Texas, un estado fronterizo con México.

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