Buenos Aires (AFP) – Con una variedad de actos, exposiciones y marchas, una Argentina en plena crisis recordó este martes a Eva Duarte, universalmente conocida como Evita, esposa del tres veces presidente Juan Perón y mítica protectora de los «descamisados», en el 70 aniversario de su muerte.

Frente a la sede del ministerio de Desarrollo Social, cuya fachada está decorada con un perfil gigante de Evita, fallecida de cáncer a los 33 años, se concentraron los sindicatos.

Allí, el 22 de agosto de 1951 una manifestación de dos millones de personas le pidió secundar la fórmula presidencial con Perón, que buscaba la reelección.

Pero nueve días más tarde, ya enferma, declinó su candidatura en un célebre mensaje conocido como «el renunciamiento histórico», que inició una larga despedida hasta su muerte el 26 de julio de 1952.

Su imagen en el edificio fue reproducida en Twitter por la vicepresidenta peronista Cristina Kirchner con la leyenda «Eva Perón, una pasión argentina».

También el presidente Alberto Fernández la evocó en un acto. Eva Perón «se animó a decir una frase que quedó grabada en nuestras almas, que muchos no perdonan: Donde hay una necesidad hay un derecho», señaló.

Fernández enfrenta un momento crítico, con una inflación que se proyecta por encima de 80% este año, escasez de reservas internacionales y disputas dentro de la coalición de gobierno Frente de Todos, incluso con su vice.

Para Alma Gambi, una estudiante de 14 años sin militancia política, Eva Perón «fue una persona importante por la ayuda que brindó al pueblo trabajador y a las mujeres. Una inspiración».

Amor y repudio –

Amada por los más humildes y repudiada por las élites, Evita se convirtió en un emblema del peronismo y figura de culto.

Marta Barros, de 83 años, recuerda que tenía 12 cuando su familia recibió ayuda de la Fundación Evita.

«Fueron los primeros juguetes, los primeros pan dulce, los primeros delantales y aquellas sandalias de cuerina», dijo esta mujer a la AFP, en el cementerio de La Recoleta donde, tras un insólito periplo de 20 años, descansa el cuerpo de Evita embalsamado.

Fuera de Argentina también ha sido ampliamente reconocida. La estrella del pop Madonna la interpretó en el musical de Alan Parker «No llores por mí Argentina» (1996) y el Nobel de literatura V. S. Naipaul le dedicó un ensayo «The return of Eva Peron». En coincidencia con el aniversario, este martes se estrena la serie televisiva «Santa Evita», bajo la dirección de Rodrigo García y basada en el libro homónimo de Tomás Eloy Martínez.

El cuerpo –

Su impronta política generó intrigas y un dramático recorrido de sus restos, que incluyó el macabro secuestro del cuerpo embalsamado, tras el golpe de 1955, que además proscribió por dos décadas el peronismo.

El cadáver fue llevado a Italia y estuvo oculto durante años en un cementerio de Milán, bajo una lápida falsa. En 1970, la guerrilla peronista Montoneros secuestró al exdictador Pedro Aramburu y exigió que fuese devuelto el cuerpo de Evita. Perón lo recibió en su exilio de España y Aramburu fue ejecutado tras un «juicio revolucionario».

Repatriados sus restos en 1974, Eva Perón quedó depositada en la cripta de los Duarte, una de las tumbas más visitadas del cementerio de La Recoleta, donde este martes decenas de personas colmaron su tumba con flores celestes y blancas, los colores de la bandera argentina.

«Evita es la abanderada de los humildes, quien miró por la gente más necesitada, quien nos dio derechos a las mujeres», dijo Luz Alvez a la AFP, una de las devotas de Eva que acudió al cementerio.

Emilse Portela, del movimiento Peronismo Militante, resaltó que «las mujeres pudimos votar gracias a ella», al recordar que Eva Perón fue, junto a las dirigentes políticas socialistas, artífice de la ley del voto femenino en 1951.

«Mil y una Evitas» –

Como parte de los homenajes, el Partido Justicialista lanzó una campaña en redes sociales bajo el nombre «Las mil y una Evitas, una mujer que cambió la historia» que propone recorrer su vida en datos e imágenes.

Nacida el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, un pueblo a 200 km de Buenos Aires, llegó a la capital a los 15 años para ser actriz de teatro y cine hasta que en 1944 conoció a Perón y su vida se transformó.

Fue la segunda esposa del presidente Juan Perón (1946-1951, 1951-1955 y 1973-1974) y murió en el apogeo del peronismo, la principal fuerza política argentina del siglo XX.

Al sonar las 8:25 de la noche, la hora de su muerte, una marcha de antorchas la recordará en céntrica avenida 9 de julio, frente al ministerio de Desarrollo Social.

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