San Diego (California).- El segundo día de la Copa Oro de la Concacaf 2025, celebrado el 15 de junio, ofreció un festín futbolístico con tres encuentros vibrantes en los grupos A y D.
Costa Rica, Estados Unidos y Arabia Saudita fueron los protagonistas destacados de una jornada repleta de goles, emociones al límite y momentos históricos que ya comienzan a perfilar el rumbo del torneo más importante del fútbol de selecciones en la región de CONCACAF.
En San Diego, el Snapdragon Stadium fue testigo de un auténtico partidazo entre Costa Rica y Surinam, que terminó 4-3 a favor de los ticos. El equipo dirigido por Claudio Vivas arrancó con fuerza y se adelantó 2-0, pero la reacción surinamesa no tardó en llegar.
Con un espíritu combativo, Surinam no solo igualó el marcador, sino que logró ponerse por delante 3-2 gracias a un penal convertido por Shaquille Pinas en el minuto 65. Sin embargo, la experiencia costarricense terminó pesando. Manfred Ugalde, uno de los jóvenes talentos más prometedores del país, asumió la responsabilidad desde los once pasos en los instantes finales y selló una victoria tan sufrida como valiosa para Costa Rica.
El resultado no solo les da tres puntos clave, sino que deja claro que, pese a sus aspiraciones, todavía deben ajustar su defensa si quieren avanzar con firmeza en un grupo que también incluye a Guatemala y Martinica.
Más tarde ese mismo día, también en el Snapdragon Stadium, Arabia Saudita escribió su propio capítulo dorado al vencer 1-0 a Haití. La escuadra asiática, invitada por CONCACAF para competir por primera vez en el torneo, logró su primera victoria y gol en la historia de la Copa Oro gracias a un penal ejecutado con precisión por Saleh Al-Shehri en el minuto 21.
El partido fue mucho más cerrado que el anterior, caracterizado por la disciplina táctica del equipo dirigido por Hervé Renard. Haití, que buscaba repetir su hazaña de 2019 cuando llegó a semifinales, no logró romper el muro saudí, complicando sus opciones en un grupo donde también deberá medirse ante los poderosos Estados Unidos.
Arabia Saudita, por su parte, dejó una grata impresión con su juego ordenado y su capacidad de adaptación ante rivales desconocidos para ellos.
En San José, California, el PayPal Park fue escenario del triunfo más contundente del día. La selección de Estados Unidos, anfitriona del torneo y una de las favoritas al título, arrolló a Trinidad y Tobago con un 5-0 que refleja su ambición y superioridad técnica.
Bajo el mando de Mauricio Pochettino, el equipo norteamericano combinó el talento de jugadores consagrados como Christian Pulisic y Weston McKennie con una nueva generación de futbolistas que buscará brillar de cara al Mundial 2026, también en casa.
El dominio estadounidense fue absoluto desde el inicio, aprovechando los espacios dejados por la defensa caribeña y exhibiendo con orgullo su potencia ofensiva. Para Trinidad y Tobago, el resultado fue un golpe duro, pero también una oportunidad para reajustar su estrategia antes de enfrentar a rivales más parejos como Haití y Arabia Saudita.
Estas tres historias —la remontada y drama de Costa Rica, la histórica victoria de Arabia Saudita y la contundente muestra de poder de Estados Unidos— resumen el espíritu competitivo que envuelve esta 18.ª edición de la Copa Oro. Con 16 equipos divididos en cuatro grupos y partidos celebrados en Estados Unidos y Canadá, el torneo promete más capítulos apasionantes de aquí hasta su final el 6 de julio.
La participación de Arabia Saudita, al igual que ocurrió en ediciones anteriores con Japón y Qatar, es parte de la apuesta de CONCACAF por internacionalizar su torneo insignia y ofrecer enfrentamientos atractivos que fortalezcan el nivel competitivo.
Para equipos como Haití, Surinam o Trinidad y Tobago, los próximos partidos serán decisivos si quieren mantenerse con vida en el certamen. En contraste, Costa Rica y Estados Unidos han dado un paso firme, aunque con retos por resolver: los ticos en defensa y los estadounidenses en mantener la constancia que les exige su favoritismo.
En lo que va del torneo, la paridad en algunos grupos y las sorpresas como la de Arabia Saudita indican que la lucha por avanzar a los cuartos de final estará más abierta de lo esperado.
A medida que se desarrollen las próximas jornadas, los equipos deberán demostrar no solo talento, sino capacidad de respuesta ante la presión, algo que Costa Rica supo hacer en el último suspiro, y que Arabia Saudita y Estados Unidos manejaron con solvencia desde el primer minuto.