San Salvador (AFP) – El Salvador se convirtió el martes en el primer país del mundo en declarar el bitcóin moneda de curso legal, un polémico plan del popular presidente Nayib Bukele que arrancó con la caída del sistema por la fuerte demanda y generó fuertes oscilaciones en el precio de la criptomoneda.

El polémico plan de Bukele, que genera oposición entre la mayoría de la población, prevé que los salvadoreños usen el bitcóin a la par del dólar, la moneda oficial hace dos décadas, para pagar por cualquier bien o servicio.

Una aplicación en el teléfono celular, la «Chivo wallet», funciona como una billetera electrónica para comprar o vender con bitcóins, y 200 cajeros automáticos fueron instalados en todo el país para convertir bitcóins en efectivo.

«Un poquito de paciencia» –

Pero el sistema falló en la mañana durante varias horas, y las personas se agolparon en torno a un cajero en el centro histórico de San Salvador.

«Por unos momentos no funcionará @chivowallet, la hemos desconectado mientras aumentamos la capacidad de los servidores de captación de imágenes», escribió Bukele en Twitter, y pidió «un poquito de paciencia».

En el Mercado Central, los vendedores pregonaban la fruta y verdura en dólares. «¿Bitcóin? No», dijo una comerciante cuando un cliente le preguntó si lo aceptaba.

Tras cotizarse a media jornada sobre los 52.000 dólares en el mercado asiático, el precio del bitcóin sufrió un duro revés y se desplomó a 43.000 en los mercados europeos, aunque luego se recuperó hacia los 47.000.

En su mejor momento, en abril, un bitcóin llegó a valer 63.000 dólares, aunque en junio el valor cayó a la mitad.

Horas después, Bukele avisó que la «Chivo wallet«, que viene con el equivalente a 30 dólares de regalo en bitcóins, ya estaba disponible para dos de las tres plataformas de descarga.

«No medimos las cosas por un día, medimos las cosas con el tiempo. Es un viaje, no un destino (…) es un poco como una montaña rusa, los precios suben y bajan pero, con el tiempo, han ido subiendo continuamente», comentó el multimillonario en criptomonedas Brock Pierce, de visita en el país para la ocasión.

Fan declarado del plan de Bukele, Pierce financió la noche del martes un espectáculo con 150 drones, que diseñaron diversos símbolos en el cielo, entre ellos el del Bitcóin, en la playa El Sunzal, al suroeste de la capital.

Manifestación –

Cientos de personas manifestaron contra el bitcóin en el entorno de la Asamblea Legislativa de San Salvador y quemaron neumáticos mientras eran vigilados por la policía antimotines.

«No la queremos porque esa moneda nos va a venir a afectar en grande. Uno en el campo vende fruta, ¿y cómo vamos a hacer para maniobrar el dinero?», dijo la campesina Rosa Martha Pérez, de 68 años, durante la protesta.

«Le tengo desconfianza al bitcóin por tres razones: Una, es un dinero muy volátil. En segundo lugar, que se presta para lavado de dinero y tercero que podemos llegar a ser un narcoestado», consideró Luis Mejillón, de 28 años.

El gobierno asegura que la medida contribuirá a la bancarización de la población y evitará la pérdida de unos 400 millones de dólares de comisiones por las remesas que los salvadoreños envían desde el extranjero a través de entidades financieras.

Los envíos de la diáspora de unos dos millones de salvadoreños representan el 22% del PIB salvadoreño.

El gobierno de Bukele, con amplia mayoría en el Parlamento, dispuso 203 millones de dólares del presupuesto para su plan, que respalda la convertibilidad automática de bitcóin a dólar.

Su gestión ha comprado hasta el momento 550 bitcóins, equivalentes a unos 26 millones de dólares a precios actuales.

Volatilidad –

Para las autoridades el bitcóin estimulará la economía que, desde su dolarización en 2001, ha estado estancada con una media de crecimiento entre el 2 y 4%, y que en 2020 se contrajo un 7,9% en medio de la pandemia.

Pero economistas y organismos como el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) son escépticos sobre la adopción del bitcóin como moneda legal debido a su alta volatilidad.

«Es una apuesta enorme para el sistema de pagos del país dado que hacer transacciones en la divisa cuando el precio futuro es tan incierto es riesgoso», estimó Susannah Streeter, analista de mercados e inversiones de la compañía de servicios financieros Hargreaves Lansdown en Londres.

«Existe la preocupación de que tornándose un refugio bitcóin, el país que ya ha enfrentado problemas serios de corrupción atraiga el tipo incorrecto de inversiones de grupos criminales que buscan el anonimato», añadió.

Una reciente encuesta de la Universidad Centroamericana (UCA) reveló que siete de cada 10 salvadoreños están «en desacuerdo o muy en desacuerdo» con el uso del bitcóin y prefieren el dólar. Sin embargo la popularidad del gobernante supera el 80%, según la misma universidad.

Bukele, un millennial de 40 años, ha capitalizado el descontento contra los partidos tradicionales Arena (derecha) y FMLN (exguerrilla, izquierda), varios de cuyos miembros están procesados por corrupción.

La semana pasada, una sala de la Corte Suprema nombrada por el Congreso afín a Bukele dio luz verde para que el mandatario pueda postular a una reelección. Su gobierno actual comenzó en 2019 y culmina en 2024.

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