México (AFP) – La fiscalía general mexicana anunció este lunes que investigará la circunstancias que condujeron a la liberación de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín «Chapo» Guzmán, tras haber sido detenido brevemente el jueves en Culiacán, estado de Sinaloa (noroeste), en medio de ataques del crimen organizado.

Alejandro Gertz, fiscal general, dijo en rueda de prensa que se investigará de manera «exhaustiva de personajes que hayan intervenido» en los hechos, incluyendo tanto a funcionarios como a delincuentes.

«No es nada más la conducta de un servidor público y de un delincuente, es un análisis de todos los hechos (…) para esclarecer cualquier hecho que pueda ser un delito y poderlo judicializar y castigar», añadió Gertz, quien prometió que «no va a haber excepciones».

El fiscal confirmó que Guzmán hijo es buscado por una orden de captura con fines de extradición, solicitada en septiembre pasado por Estados Unidos, que lo acusa de narcotráfico.

– Un operativo mal planeado –

El jueves pasado, en un operativo «mal planeado» según reconocieron las propias autoridades federales, la breve detención de Ovidio Guzmán generó una arremetida de violencia temporal. 

Hombres fuertemente armados del cartel, cuyo bastión es Sinaloa, desataron balaceras en distintos puntos de la ciudad, cerraron carreteras y amenazaron con represalias a civiles si el presunto delincuente no era liberado.

Ovidio y su hermano Alfredo, habrían asumido el liderazgo de una parte del cártel de Sinaloa tras la extradición de su padre a Estados Unidos, en enero de 2017.

El secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, reconoció que las autoridades pusieron fin al operativo contra el hijo del «Chapo» Guzmán para no poner en riesgo a civiles, ante «una fuerza mayor y todo el despliegue» del grupo criminal.

El propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, reconoció el viernes que respaldó la decisión de su gabinete de seguridad porque «no puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas».

– «Conciencia tranquila» –

Pero el fiscal, independiente del Ejecutivo, rechazó de antemano que López Obrador haya sido directamente responsable de la liberación del presunto delincuente.

«Creer que el presidente estaba en eso está verdaderamente fuera de lugar; esas no son sus funciones, él tiene la obligación de la defensa del Estado mexicano no de una acción específica de funcionarios y empleados y servidores públicos», aseguró Gertz.

López Obrador señaló este lunes en su conferencia matutina que tiene la «conciencia tranquila» tras las decisiones tomadas el jueves en Culiacán, y que está dispuesto a declarar en la investigación.

El presidente izquierdista, de 65 años, ha sido duramente criticado por expertos en seguridad y opositores, que consideran que el Estado mexicano fue humillado por criminales como nunca se había visto.

Dos encuestas publicadas este lunes por el diario Reforma y Radio Fórmula señalan que la mayoría de los consultados desaprueba la liberación de Guzmán.

Ovidio, de 28 años, es uno los 10 hijos reconocidos del Chapo Guzmán, quien purga en Estados Unidos una condena de cadena perpetua.

– Freno al tráfico de armas –

El sábado pasado, López Obrador sostuvo que su homólogo estadounidense, Donald Trump, le llamó para expresarle su solidaridad tras las balaceras en Culiacán.

En la conversación telefónica, ambos mandatarios acordaron también trabajar para frenar el tráfico de armas de Estados Unidos a México. Este lunes, Durazo se reunió con el embajador estadounidense en México, Christopher Landau, para tratar el tema.

«Habrá un antes y un después de la llamada del sábado entre los presidentes López Obrador y Trump en esta materia», escribió en Twitter este lunes el canciller Marcelo Ebrard tras la reunión, sin dar más detalles.