El Paso (Estados Unidos) (AFP) – Tras dos tiroteos ocurridos el fin de semana en Estados Unidos, el presidente Donald Trump llegó este miércoles a El Paso, Texas, después de visitar Dayton, Ohio, para consolar a las víctimas, en medio de protestas que denuncian su retórica antiinmigración y lo acusan de atizar la violencia.

El avión presidencial Air Force One, procedente de Dayton, en Ohio, donde un tiroteo dejó nueve muertos el domingo, aterrizó a las 14H30 hora local (20H30 GMT) en El Paso, donde murieron 22 personas el sábado, según un fotógrafo de la AFP.

En El Paso, donde ocho de las víctimas mortales son mexicanas, el periódico local El diario El Paso Times abrió este miércoles con una portada bilingüe a 5 columnas que decía: «Estamos sufriendo» en inglés, con el subtítulo en español «La frontera de luto: Paseños y juarenses comparten su pésame y su dolor».

«El presidente Trump no es bienvenido en El Paso y su narrativa sobre inmigrantes y centroamericanos no debería ser bienvenida en ningún lado», dijeron los convocantes en relación a los discursos del presidente en los que se refiere a los indocumentados como una «invasión».

Desde un escenario un presentador leyó los nombres de las 22 víctimas y los asistentes gritaron «¡Presente!» y una intérprete cantó la canción «Gracias a la vida» de Violeta Parra.

Más temprano en Dayton, Trump visitó junto a su esposa Melania a los pacientes y al personal médico del hospital Miami Valley, informó la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham.

Una protesta contra la visita del presidente estadounidense Donald Trump a Dayton, Ohio, el 7 de agosto de 2019
© AFP Megan JELINGER

En el lugar, decenas de personas lo esperaban con pancartas que decían «Haga algo» y manifestantes inflaron una efigie del bebé Trump en pañales con el mensaje «Deje de ser un bebé y enfréntese a la NRA», en referencia a la Asociación Nacional del Rifle, que defiende el porte de armas.

Otros manifestantes acudieron al lugar para apoyar a Trump, una muestra del dividido panorama que enfrenta Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.

– «Lengua tóxica» –

Antes de despegar rumbo a Dayton, Trump dijo que su «retórica» une a las personas.

«Mis críticos son políticos, están tratando se sacar réditos. Y en muchos casos están aspirando a la presidencia», dijo el presidente.

Pero los opositores de Trump le critican por inspirar el odio contra los inmigrantes del atacante de El Paso y de la crispada atmósfera del país por sus discursos en los que se refiere a los indocumentados como una «invasión».

El expresidente Joe Biden, favorito para hacerse con la nominación de los demócratas para competir contra Trump en 2020, acusó a Trump de «encender la llama del supremacismo blanco».

«Tenemos un presidente con una lengua tóxica que ha abrazado públicamente y sin disculparse el odio, el racismo y la división como estrategia política», dijo.

– «La persona menos racista» –

Trump defendió el martes que es «la persona menos racista» pero en sus discursos y tuits de campaña ha repetido la idea de que la frontera con México sufre una «invasión«. En mayo, el presidente se rió y bromeó cuando en un mitin, uno de sus partidarios gritó que deberían «disparar» a inmigrantes irregulares.

Trump también emprendió una ruda campaña contra congresistas demócratas pertenecientes a minorías.

El atacante de El Paso, un hombre blanco de 21 años que fue capturado vivo, publicó un manifiesto en el que aseguró que el ataque era «una respuesta a la invasión hispana de Texas«.

– Mayor control –

Trump y sus opositores están de acuerdo en calificar los dos incidentes como actos de «terrorismo».

Las masacres perpetradas por atacantes que actúan en solitario son habituales en Estados Unidos, donde las armas son fáciles de obtener legalmente.

Los defensores más acérrimos del derecho a portar armas mantienen desde hace mucho tiempo que las tragedias no son más que eventos aleatorios.

En un discurso el lunes, Trump consideró el «racismo, la intolerancia y la supremacía blanca» como «ideologías siniestras».

El miércoles Trump dijo a los periodistas que tanto él como los líderes del Congreso apoyan un cambio en la legislación para impedir que personas con problemas mentales porten armas, imponiendo mayores controles.

Pero se pronunció en contra de una prohibición de los fusiles de asalto, como las armas semiautomáticas que fueron utilizadas por los atacantes en las matanzas.

«Les puedo decir que no hay un apoyo político para eso en este momento», dijo antes de viajar a Dayton.