Un Congreso derechizado entra en funciones en el Brasil de Bolsonaro
Diputados de derecha se burlan al mostrar en sus teléfonos celulares una imagen del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, durante la inauguración de la nueva legislatura en el Congreso Nacional en Brasilia, el 1 de febrero de 2019. © AFP Sergio LIMA

Brasilia (AFP) – Con la elección de un aliado del gobierno al frente de los diputados y una sesión tumultuosa para elegir al presidente del Senado, el nuevo Congreso de Brasil inició este vieres la legislatura en la que el presidente Jair Bolsonaro espera aprobar su agenda social conservadora y su programa económico ultraliberal.

Tras la toma de posesión de los nuevos diputados, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del partido Demócratas (DEM, derecha) fue reelegido con 334 votos de los 512 diputados presentes, una gran victoria para el gobierno y el éxito de su pauta legislativa.

«Precisamos comandar las reformas de forma pactada con los gobernadores, los alcaldes y los partidos políticos», afirmó Maia tras el resultado.

Bolsonaro, que permanece internado en Sao Paulo tras pasar por una cirugía abdominal, felicitó a Maia a través de Twitter: «Este cargo es de extrema responsabilidad para conducir la votación de los proyectos que los brasileños tanto anhelan», escribió.

La sesión para definir la presidencia de la Cámara Alta transcurrió, sin embargo, en medio de fuertes discusiones y fue suspendida hasta el sábado por falta de acuerdo sobre el rito de votación.

Renan Calheiros, uno de los caciques del poderoso Movimento Democrático Brasileiro (MDB, centro), el partido que hasta ahora ha movido los hilos del poder, se perfilaba como favorito, hasta que una maniobra de sus rivales para que la votación fuera nominal y no secreta -un cambio que puede comprometer la victoria de Calheiros-, irritó a sus aliados, que presionaron para interrumpir la sesión.

Tres veces presidente del Senado, Calheiros está acusado en dos procesos por corrupción e investigado en varias causas, lo que hace difícil que algunos de sus colegas quieran apoyarlo públicamente.

Los comicios presidenciales, después de años de crisis económica y política, denuncias de corrupción y auge de la criminalidad, permitieron una fuerte renovación del desprestigiado Poder Legislativo, redujeron a fuerzas inexpresivas el centro y la derecha tradicional y reforzaron a candidatos con un discurso afín al ultraderechista Bolsonaro, que asumió el 1 de enero.

De los 513 diputados electos, 243 ejercerán su primer mandato. En el Senado, los ocupantes de 46 de los 54 escaños que estuvieron en juego (dos tercios del total) también serán debutantes, según datos oficiales.

«La manera en que el gobierno de Bolsonaro lidie con el Congreso será determinante para su éxito o su eventual fracaso. Casi todo lo que tiene planeado el gobierno depende de la aprobación del Legislativo», dijo a la AFP Sylvio Costa, fundador de Congresso em Foco, un sitio especializado en el parlamento.

– La delicada reforma de las jubilaciones –

El gobierno podría avanzar sin mayores obstáculos con sus planes de flexibilizar las leyes que restringen el porte de armas y reducen la edad de imputabilidad penal.

Pero el mandatario y su ministro de Economía, Paulo Guedes, se jugarán gran parte de su credibilidad en la reforma de las jubilaciones, considerada por los inversores como una pieza esencial para equilibrar las cuentas públicas, pero criticada por amplios sectores políticos y sociales.

«Bolsonaro cuenta con un reconocimiento cada vez mayor de que se necesitan reformas en el terreno fiscal. Pero tiene un problema serio: nunca fue un político con habilidad para negociar. En la Cámara tiene mayoría, pero en el Senado lo tiene más difícil», dijo Costa.

– Bancadas transpartidarias –

Las dos mayores fuerzas de la Cámara, con 55 diputados cada una, son el Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro, que solo tenía seis escaños en la pasada legislatura, y el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda, que perdió seis curules), del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien desde abril purga una pena de 12 años de cárcel por corrupción.

Con 30 partidos, se trata del Legislativo más fragmentado desde el fin de la dictadura militar (1964-1985).

Para asegurar la gobernabilidad, Bolsonaro apuesta por las bancadas transpartidarias del agronegocio, de la seguridad y de las iglesias pentecostales, que le dieron un apoyo determinante en su elección.

Se calcula que el jefe de Estado contaría así con una base de 300 diputados, cercana a los tres quintos (308) requeridos para las enmiendas constitucionales.

Asimismo, por lo menos 33 de los 81 senadores estarían alineados con sus propuestas.

– Un hijo en problemas –

Los legisladores pueden sin embargo elevar el precio de su apoyo si se complica la situación del senador Flávio Bolsonaro, hijo mayor del mandatario, por los movimientos financieros atípicos detectados por el organismo antilavado en sus cuentas y en las de uno de sus exasesores, Fabrício Queiroz.

Un juez del Supremo Tribunal Federal (STF) determinó este viernes que el caso sea ventilado en primera instancia y no bajo secreto de sumario en la Corte Suprema, como había pedido el hijo del presidente.

Jair Bolsonaro, que prometió una guerra sin cuartel contra la corrupción, declaró inicialmente que si su hijo mayor «cometió un error y eso se comprueba (…) pagará el precio de esa acción».

Pero luego afirmó que considera a su hijo blanco de «acusaciones infundadas» con las que se pretende alcanzarlo a él.