Temuco (Chile) (AFP) – Representantes de comunidades del pueblo mapuche se reunieron en la sureña ciudad de Temuco en busca de acuerdos que permitan saldar, a pesar de sus diferencias, la «deuda histórica» que consideran que el Estado de Chile tiene con ellos.

«Hay una deuda histórica con nuestro pueblo, con nuestros antepasados, pero esa deuda aún no está saldada y se va a demorar mucho tiempo en saldarla», reconoció la consejera de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), Francisca Huirilef.

Huirilef participó del Encuentro Nacional de Alcaldes y Concejales Mapuche, que se desarrolló entre jueves y viernes en Temuco, capital de la región de La Araucanía, donde se asientan la mayoría de las comunidades indígenas que reivindican la restitución de tierras que consideran suyas por derechos ancestrales.

La región, a 600 km al sur de Santiago, es escenario frecuente de ataques incendiarios y atentados, atribuidos a grupos radicales mapuches. Este viernes, encapuchados dispararon fusiles de guerra a vehículos en la ruta camino a la localidad de Ercilla, dejando a un conductor grave tras ser herido a bala.

Primeros habitantes de Chile y Argentina, los mapuche o «gente de la Tierra» reclaman que tras los múltiples procesos políticos después de la llegada de los españoles quedaron reducidos a vivir en cerca de un 5% de los que eran antiguos terrenos, hoy en manos en su mayoría de empresas forestales.

«Podemos avanzar pero con voluntad», agregó Huirilef, frente a la propuesta de diálogo lanzada por el gobierno del presidente izquierdista Gabriel Boric, quien asumió el 11 de marzo. Su propuesta se contrapone a la militarización de la región ordenada por su antecesor, el mandatario conservador Sebastián Piñera.

Buscamos «diálogo con acción», precisó la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, que participó en la reunión de los alcaldes.

Boric, de visita en el norte del país, afirmó por su parte que «no basta con las declaraciones de buenas intenciones. Acá lo que se requiere es un cambio profundo en la política que ha seguido adelante el Estado de Chile para abordar este conflicto. El dialogo es el camino, pero no es el resultado».

Su gobierno, agregó, va a «cambiar la política respecto a la compra de tierras, para poder dar una solución y una descompresión del conflicto en función de las legítimas demandas del pueblo mapuche. Pero quienes actúan por la vía de la violencia no van a avanzar. Ese no es nuestro camino».

Lucha por tierras –

Algunas comunidades optan por la solución institucional a través de las compras estatales.

«Hay casi 800 comunidades que están en la lista con aplicabilidad para que les compren tierras», dijo a la AFP la consejera nacional de la Conadi, Ana Llao.

Pero otras comunidades decidieron luchar en contra de las forestales a través del boicot y el sabotaje por medio de atentados incendiarios a sus maquinarias y el bloqueo a caminos.

Las forestales «han provocado mucho daño a nuestro territorio. (…) han puesto las situaciones económicas sobre nuestras vivencias como mapuche. Han sido los responsable y eso es lo que nosotros estamos tratando de volver a disputarles los espacios», afirmó Juan Pichún, lonko (líder) de la comunidad de Temulemu, y vocero de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), una organización que se ha atribuido varios ataques a maquinarias

En medio de esas disputas, a mediados de marzo la ministra del Interior y seguridad, Izkia Siches, fracasó en su intento de ingresar a una comunidad indígena, al ser recibida con tiros al aire, cuando visitó la zona.

Autodeterminación –

Algunas comunidades incluso van más allá al proponer la idea de que el pueblo mapuche debe ser reconocido como Nación y conseguir su autodeterminación, señaló el werken (portavoz) del territorio Lleulleu, José Huenchunao.

Su idea es que no se rijan por las normas ni leyes del Estado de Chile, que a su juicio «ha violentado (al pueblo mapuche) por unas estructuras que se le han impuesto».

«Entendemos que ningún pueblo o Nación que se considere pueblo o se considere Nación quiere estar sujeto o dominado por otras estructuras que sean ajenas a un pueblo o a una Nación. Yo entiendo que el pueblo mapuche tiene sus estructuras, sus autoridades y todo un sistema de ordenamiento», dijo Huenchunao.

Las diferencias internas sobre la forma de recuperar las tierras no empañan el objetivo común de este pueblo. La redacción de la nueva Constitución y el reconocimiento de Chile como un «Estado plurinacional» abren sus expectativas.

«¿Qué es lo que han hecho otros países que tienen conflicto territorial?», se preguntó el dirigente de la comunidad Mulato Huenulef, Hilario Huirilef. «Cuando hay conflicto territorial como lo que tenemos aquí nosotros hay que buscar un intermediario», que podría ser Naciones Unidas, apuntó.

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