Cleveland (Ohio).- Si bien un refrigerio nocturno ocasional está bien, existen riesgos si se convierte en un hábito.
«Comer antes de acostarte puede causar reflujo ácido. Además, si consumes la mayoría de tus calorías al final del día, los estudios sugieren que podrías tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 porque tu cuerpo no puede quemarlas», explicó Beth Czerwony, dietista de la Clínica Cleveland.
Si siempre tienes hambre antes de acostarte, Czerwony advirtió que podrías no estar comiendo lo suficiente durante el día.
Recalca que no es recomendable saltarse ninguna comida y recomienda incluir una fuente de proteína en cada una para ayudarte a sentirte saciado por más tiempo.
En general, también debes asegurarte de tener hambre antes de comer, especialmente por la noche. Czerwony comentó que podrías estar simplemente aburrido y recomienda no acostumbrarse a picar sin pensar mientras ves la televisión.
Si a veces te apetece algo dulce por la noche, es importante recordar que existen opciones más saludables para saciar tus antojos.
«Si necesitas algo dulce, quizás puedas mezclar frutos rojos y un par de cucharadas de granola con yogur griego», dijo Czerwony. «También puedes añadir un poco de mantequilla de cacahuete a una manzana o almendras espolvoreadas con cacao».
En un día normal, Czerwony dijo que lo mejor es intentar dejar de comer unas tres horas antes de acostarte.