La dedicación y el atletismo que se observan durante los Juegos Olímpicos de Invierno impresionan, y también nos entretienen y nos recuerdan que esas hazañas son imposibles para mortales como nosotros.

Pero algunos de los atletas veteranos de los juegos olímpicos dicen que la pasión por el deporte empezó a una edad temprana y con el apoyo de sus familias — y que el hábito de ejercicio de por vida puede empezar de la misma manera. De hecho, parece que más estadounidenses ya han empezado el proceso. Según estadísticas gremiales, la participación en deportes de invierno aumentó por un cinco por ciento el año pasado.

“En mi caso era una actividad familiar, disfrutar al aire libre con mis hermanos, mi papás y amigos”, dijo Andy Newell, el esquiador a campo traviesa que compite en las olimpíadas por cuarta vez. El hombre de 34 años de Shaftsbury, Vermont empezó usar esquís en cuanto pudo caminar y eventualmente, cuando estaba en secundaria, fue a una academia para esquiar.

Kikkan Randall, la esquiadora más condecorada en el equipo de esquí a campo traviesa, continúa el legado de ejercicio que empezaron sus papás cuando era niña. Su hijo Breck, quien cumplirá 2 años en abril, ya sabe usar esquís.

“Mis padres eran fabulosos. Me expusieron a actividades físicas, a los deportes y a las actividades al aire libre”, dijo Randall, quien tiene 35 años y se crio en Anchorage, Alaska. Compite por quinta vez en los juegos olímpicos.

Randall y Newell han recibido reconocimiento por alentar a nuevos esquiadores estrella cada temporada, por ayudar aumentar el equipo estadounidense de esquí a campo traviesa y aumentar las posibilidades de ganar una medalla en Pyeongchang, Corea del Sur, donde se celebró el viernes la ceremonia de apertura. Una medalla para el equipo estadounidense en esquí a campo traviesa sería la primera en más de 40 años, desde que Bill Koch ganó una en los juegos de Innsbruck en 1976.

La esquiadora de freestyle Shannon Bahrke Happe recuerda esos días llenos de emoción, de medallas olímpicas y de empujar su cuerpo hasta el límite. Trajo a casa la medalla de plata y la de bronce en 2002 y 2010.

“Todo lo que hacíamos tenía un propósito, y ese propósito era tener la fuerza, de esquiar lo más rápido posible y con la mejor forma, la mejor agilidad y la mejor rapidez en los saltos”, dijo Happe, quien se jubiló en 2010. “Cada cosa que hacía en el gimnasio estaba directamente relacionado con lo que hacía en la colina, para lograr mi meta, mi sueño”.

Hoy, las metas de ejercicio de Happe son totalmente distintas. Tiene una empresa de motivación corporativa y es la campeona de esquí del Deer Valley Resort en Utah. Además, acaba de terminar un libro para niños, “Mommy, Why Is Your Hair Pink?”, que trata sobre su cabello rosado y tiene el objetivo de inspirar a los niños a buscar su valentía personal.

“El ejercicio cambio totalmente”, dijo Happe, quien tiene 5 meses de embarazo y tiene una niña de 4 años, Zoe. “En lugar de tener todo el tiempo del día para hacer lo que quería y divertirme, tenía una hora al día y tenía que contar”.

Encontró un gimnasio con servicios de guardería e incluso una clase a la que su hija puede asistir. “Se trata de enseñarle a mi hija que no solo hablamos sobre el tema”, comentó. “Es divertido y se puede hacer con amigos. Se trata de un estilo de vida”.

Newell, quien ha colaborado con escuelas para combatir la obesidad infantil y alentar a las familias a que lleven vidas más saludables, dijo que el esquí a campo traviesa puede ser una opción divertida y asequible.

“La gente ve las competencias de esquí a campo traviesa y nos ven cruzar la línea de meta y ven que nos desplomamos en el suelo y ven que nos falta el aire porque nuestros músculos están ardiendo”, dijo. “No creo que la gente deba sentirse desalentada por esos tipos de imágenes o incluso por la idea que tengan de lo que es el esquí a campo traviesa”.

“Si puede caminar, puede practicar el esquí a campo traviesa”, dijo Newell. “Y si puede correr, puede practicar el esquí a campo traviesa con aún más rapidez. Y se trata simplemente de disfrutar la naturaleza al aire libre y de que uno puede enfrentarse a cualquier terreno que tenga enfrente”.

Randall, quien dice que éstas serán sus últimas olimpíadas, dijo que le emociona explorar nuevos retos.

“Me encanta estar activa físicamente todos los días. Me encanta retarme, ver que tan fuerte y en qué tan buen estado puedo llegar a estar”, comentó. “Creo que, definitivamente, eso me ha llevado a ser una atleta olímpica y ser exitosa, pero también es la esencia de quien soy”.

Randall también colabora en liderar una organización sin fines de lucro dedicada alentar a las niñas a ser deportistas y es una representante de salud del corazón de la iniciativa Go Red Por Tu Corazón en Anchorage, Alaska. Se dedica a crear conciencia sobre la causa principal de muertes en mujeres y ayudarlas a tomar medidas para ser más saludable.

Encontrar motivación interna es la clave para tener éxito en llevar una vida con un buen estado de salud, ya sea como deportista olímpico o no, dijo Allison Reinhardt, una directora de bienestar de Capital District YMCA, al norte de Albany, Nueva York.

“Porque una vez encuentra la talla de tu vestido, ¿entonces qué?” dijo Reinhardt, quien participa en la iniciativa Better U de la American Heart Association, un curso de 12 semanas para mejorar la salud cardíaca.

“Cuando puedes tomar ese sentido intrínseco que dice, ‘quiero hacer ejercicio porque me ayuda a dormir mejor y porque me ayuda a manejar mejor el resto de mi vida, o reduce estrés o puedo mantener el mismo ritmo que mis hijos o nietos,’…cuando uno puede valerse de eso, eso es un indicador importante del éxito y de hacer que estar en forma y tener buena salud sea un hábito de por vida”.

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