Según peritos que tratan de evitar el doble golpe de cáncer del seno y enfermedad del corazón, las mujeres mayores que sobreviven el cáncer tienen un riesgo mucho más alto de desarrollar cardiopatía.

El primer informe científico de la American Heart Association sobre enfermedad cardiovascular y cáncer del seno abarca daños al tejido del corazón, eventos coronarios y disminución de la función cardíaca que pueden estar vinculados al tratamiento de punta para el cáncer del seno.

No es solo que el tratamiento puede causar daños — los factores de riesgo de cáncer de la mama y enfermedad del corazón también coinciden e incluyen la edad, el consumo de tabaco, la dieta, la obesidad y un estilo de vida sedentario.

Conforme los peritos médicos encuentran cuidados de salud y tratamientos que se pueden usar para ambas enfermedades, emerge una especialidad médica nueva que se encuentra en proceso de evolución para pacientes.

El foco del tema es que muchas mujeres creen que el cáncer de mama representa un riesgo más alto que la enfermedad del corazón.

Se equivocan.

En general, en las mujeres, la enfermedad del corazón representa un riesgo más significativo que el riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, todos los años mueren en Estados Unidos aproximadamente 40,000 mujeres por cáncer de mama. Pero según estadísticas sobre enfermedad del corazón y ataque cerebral que se publicaron en enero en la revista científica Circulation, el número de mujeres que muere por cardiopatía representa 10 veces más.

“Cuando a uno le dan el diagnóstico, lo primero que le preocupa a uno es, ‘¿voy a vivir?” dijo Michelle LeBaron, una mujer de 58 años del norte de Utah. En 2004, LeBaron recibió un diagnóstico y un tratamiento para cáncer de mama inflamatorio de estadio IIIB.

Cuando uno lucha por su vida, no le calan los posibles efectos secundarios del tratamiento, comentó.

A los pacientes les puede ser difícil concentrarse en los efectos combinados cuando se encaran la radiación, la cirugía o la quimioterapia.

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El informe, que se publicó el jueves en Circulation, sugiere que se tomen las dos enfermedades cuando se da tratamiento para cáncer de mama, ya que la salud cardíaca de la persona puede impactar los resultados. Además, la salud cardiovascular puede afectar la selección del tratamiento del cáncer, ya que algunos tipos de la enfermedad pueden dañar el corazón.

La autora del informe, la cardióloga Laxmi Mehta, y sus colegas indicaron que el tratamiento del cáncer puede dar como resultado una gran variedad de daños al corazón, incluso disfunción sistólica del ventrículo izquierdo; insuficiencia cardíaca sintomática; hipertensión; arritmias; isquemia miocárdica: enfermedad valvular; enfermedad tromboembólica; hipertensión pulmonar; y pericarditis.

Dos de los medicamentos comunes que se usan en contra de los tumores de mama son doxorubicin y trastuzumab. Dos efectos secundarios son la insuficiencia cardíaca y la disfunción del ventrículo izquierdo.

A LeBaron le diagnosticaron miocardiopatía dilatada después de concluir su tratamiento para el cáncer, y en años posteriores se determinó que la potencia de su ventrículo izquierdo era de 25 % o menos. Le dijeron que el daño fue a raíz de sus tratamientos.

“Me refiero siempre a él como mi pequeño corazón partido”, dijo. “Me ha mantenido viva a pesar de que he tenido miocardiopatía y una válvula mitral que gotea- incluso fibrilación arterial. Para mí, es como ‘la pequeña locomotora que sí pudo’. Amo a mi corazoncito”.

Jessica Rhee, la directora médica de ensayos clínicos en el Centro de Cáncer de la Universidad de Hawaii, dice que ella desarrolla un plan de cuidados de salud para todos sus pacientes, que incluye con qué frecuencia deben ir al médico y qué exámenes se deben hacer.

“He visto de todo en los que se les ha dado de alta en el tratamiento de cáncer: de pacientes que tienden a no preocuparse por cada síntoma, a pacientes que notan cada síntoma y creen que les ha vuelto el cáncer”, dijo Rhee, quien no redactó el informe de la AHA.

Rhee ha sido testigo que, en los últimos 18 años, la terapia de radiación es más precisa, y en el futuro, eso puede dar como resultado que existan menos casos de enfermedad del corazón o enfermedad de válvula, a comparación con las dosis más altas de radiación que se desplegaban en los torsos y los pechos de los pacientes.

La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica tiene también guías de práctica clínica que pueden consultar los oncólogos sobre los medicamentos para la quimioterapia y la salud cardíaca, comentó Rhee.