Izquierda y centroderecha disputarán en balotaje la presidencia de Uruguay
Mientras Martínez (der), un ingeniero de 62 años, propone la continuidad de las políticas del Frente Amplio, Lacalle Pou (izq), un abogado de 46 años, plantea cambios en gasto público o política exterior © AFP Pablo PORCIUNCULA BRUNE, Eitan ABRAMOVICH

Montevideo (AFP) – El candidato presidencial del oficialista Frente Amplio (izquierda), Daniel Martínez, y el exsenador del Partido Nacional (centroderecha) Luis Lacalle Pou, disputarán la presidencia de Uruguay en un balotaje tras los comicios de este domingo, según resultados a boca de urna.

La proyección de la consultora Cifra otorga a Martínez un 37% de los sufragios, y a Lacalle Pou 29%. En tanto Factum da 39,9% al oficialista Frente Amplio y 29,1% al Partido Nacional.

Lacalle Pou anunció luego de conocidos los resultados «futuros acuerdos» y «entendimientos» con otros partidos de oposición para un gobierno «multicolor encabezado por el Partido Nacional».

De cara a la segunda vuelta del 24 de noviembre, el favorito opositor recibió la noche del domingo los cruciales apoyos del liberal Ernesto Talvi, del Partido Colorado, ubicado tercero en las elecciones con un 12 a 13% de los sufragios, del derechista excomandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos, de Cabildo Abierto, con 10 a 11% de los votos, del nóvel Partido de la Gente (centroderecha, 1%) y el socialdemócrata Partido Independiente (1%).

«Uruguay precisa un cambio y para que ese cambio se concrete llamamos a nuestros votantes a respaldar la candidatura del doctor Lacalle Pou para encabezar la coalición con la que vamos a transformar el país. Haremos campaña por su candidatura», expresó Talvi ante sus militantes.

«Cabildo Abierto anuncia ahora que va a apoyar para la segunda vuelta electoral al doctor Luis Lacalle Pou», dijo de su lado el militar retirado Manini Ríos.

Gracias a esos apoyos Lacalle Pou podrá construir una nueva base electoral de cara a noviembre ante un Frente Amplio que se dijo dispuesto a dar batalla para conservar el poder.

El Frente Amplio, que gobierna desde 2005, es «la fuerza (política) más importante de Uruguay», se congratuló Martínez y anunció que iniciará un camino «de diálogo» con vistas a ganar la segunda vuelta.

Martínez dijo que el Frente Amplio «apuesta a las certezas» y ofrece «estabilidad» y «no ajustes con un destino de incertidumbre», por lo que pidió a sus militantes «redoblar el trabajo».

Los primeros resultados suponen un duro golpe para el Frente Amplio que pierde su mayoría parlamentaria con la que gobernó durante tres períodos consecutivos a partir de 2005, y deberá pugnar en solitario por la Presidencia.

– Dos visiones de país –

Mientras Martínez, un ingeniero de 62 años, propone la continuidad de las políticas del Frente Amplio, Lacalle Pou, abogado de 46, plantea cambios en gasto público o política exterior.

Durante la campaña el candidato opositor ha sido un duro crítico del persistente déficit fiscal en Uruguay, que en los gobiernos del Frente Amplio ascendió a 4,8% del PIB, y ha propuesto una serie de medidas para ahorrar en el Estado pero sin subir impuestos, a contramano de la tesitura del actual gobierno.

El candidato oficialista, en tanto, no descarta ninguna herramienta para subsanar los problemas de caja de Uruguay, que financia su brecha financiera con deuda.

Mientras Lacalle Pou ha calificado de «vergüenza nacional» la política uruguaya de cercanía con Venezuela, Martínez declaró durante la campaña que continuaría «totalmente» con la postura actual del gobierno del Frente Amplio, que evita condenar al régimen de Nicolás Maduro en foros internacionales y tiene una relación muy cercana desde siempre con el chavismo.

En su discurso del domingo, Lacalle Pou volvió a cargar las tintas sobre las afinidades internacionales del Frente Amplio y prometió «un gobierno que no pierda el tiempo abrazándose a dictadores y violadores de los derechos humanos».

– La seguridad a las urnas – 

Además de votar presidente y Parlamento, los uruguayos rechazaron una reforma Constitucional que promovía la creación de una guardia nacional que pondría a 2.000 militares en las calles en tareas de seguridad.

Considerado en otra época un oasis de paz en una región turbulenta, Uruguay ha visto degradarse sus estadísticas de seguridad en los últimos años. El país registró un récord de homicidios en 2018 (414), con un alza de un 45% respecto a 2017.

«En Uruguay nunca hay grandes problemas políticos. Lo que tenemos es que perdieron la brújula (ndlr: por el Frente Amplio) en el tema educación y en el tema seguridad», dijo a la AFP Alberto Yaffe, comerciante de 63 años que votó al liberal Partido Colorado.

«Somos una isla en América del Sur y están tratando por todos los medios de que eso no siga ocurriendo. (…) Se han hecho cosas mal, estoy de acuerdo, pero queda mucho por hacer», opinó por su lado Beatriz Queiruga, jubilada de 62 años que votó al oficialismo.

La segunda vuelta electoral tendrá lugar el próximo 24 de noviembre.