Santiago (AFP) – El chileno Nicolás Zepeda no irá a prisión a la espera de ser extraditado a Francia para ser juzgado por el asesinato de la japonesa Narumi Kurosaki, desaparecida en la ciudad francesa de Besançon en 2016, resolvió este miércoles la justicia chilena.

En una audiencia a distancia solicitada por la Fiscalía chilena -que representa los intereses del Estado francés en este caso- para endurecer las medidas cautelares que pesan sobre Zepeda ante el «riesgo de fuga», el juez Jorge Dahm resolvió mantener el régimen de arraigo nacional (que le impide salir del país) y la obligación de presentarse una vez por semana ante la policía chilena.

De acuerdo al juez, Zepeda ha cumplido «oportunamente» con todas las obligaciones impuestas durante el extenso proceso de extradición y «no se divisa un peligro inminente de fuga», por lo que no se hace necesario aplicar sobre él la medida de prisión preventiva.

Sobre cuándo se efectuaría la extradición del chileno, el magistrado dijo que aún no se estableció un fecha concreta, debido a que ambos países mantienen cerradas las fronteras por la pandemia del nuevo coronavirus.

«No existe ninguna posibilidad en una fecha próxima de que se pueda proceder al traslado», dijo Dahm.

La Corte Suprema concedió el 18 de mayo la extradición a Francia de Zepeda, único sospechoso del «homicidio con premeditación» de Narumi Kurosaki, su exnovia, y acusado también de haber escondido su cuerpo de manera que nunca fuera encontrado.

Kurosaki, una estudiante japonesa de 21 años, desapareció en diciembre de 2016 en Besançon, ciudad del este de Francia.

Zepeda y Kurosaki mantuvieron una relación sentimental de casi un año, pero antes de la desaparición de la joven estaban distanciados y ella había iniciado un nuevo noviazgo con un estudiante francés. 

Según la investigación de la justicia de Francia, Zepeda viajó especialmente desde Chile para cometer el crimen.

Durante los alegatos de extradición, la justicia francesa mostró pruebas que dan cuenta de que en los días previos a la desaparición de Narumi, la madrugada del 5 de diciembre de 2016, Zepeda compró material inflamable y siguió varios días a la víctima.

La noche del supuesto crimen, el hombre la invitó a comer y luego fue con ella hasta la vivienda estudiantil en Besançon.

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