Madrid (España).- El Instituto Cervantes de Madrid rindió homenaje a la memoria poética y política de Roque Dalton tras recibir su legado in memoriam, e incorporar varios objetos personales a la simbólica Caja de las Letras.
El poeta salvadoreño, figura fundamental de la poesía revolucionaria latinoamericana, encontró un nuevo espacio de permanencia en la caja número 1148 del emblemático edificio, en una ceremonia que coincidió con el 50 aniversario de su asesinato.
El acto de entrega reunió a destacadas personalidades del ámbito cultural y diplomático, entre ellas Luis García Montero, director del Instituto Cervantes; Jorge Dalton, hijo del escritor; Sonia Álvarez Cibanal, embajadora de España en El Salvador; y Álvaro Ortega, director del Centro Cultural de España en el país centroamericano.
La jornada no solo fue un homenaje institucional, sino también un gesto profundamente íntimo y reparador para la familia del poeta.
«Hoy es un día alegre para mi familia y un acto de justicia con mi padre», expresó con emoción Jorge Dalton durante la ceremonia. Para él, este reconocimiento ofrece una oportunidad para reivindicar no solo la dimensión política de su padre, sino también «lo trascendental que era su poesía», en referencia a la obra Pobrecito poeta que era yo, donde el autor abordó su rol como creador en medio del conflicto.
Entre los objetos depositados en la Caja de las Letras se encuentran elementos profundamente simbólicos: una camisa, un lápiz, un cepillo de máquina de escribir, una carta dirigida a su madre y una copia de la libreta de teléfonos del poeta durante su estancia en La Habana.
La colección también incluye una caricatura, un dibujo y una dedicatoria firmada por el poeta cubano Nicolás Guillén en 1972, así como un recorte del diario cubano *Juventud Rebelde* que lo muestra junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola y Paco Ibáñez.
Asimismo, se entregó un ejemplar original de la Revista La Universidad de 1963, donde aparecen algunos de sus primeros textos, una fotografía del autor y una selección de sus poemas.
Este conjunto de piezas no solo reconstruye su trayectoria vital y creativa, sino que refuerza su figura como un intelectual comprometido cuya obra trascendió las fronteras literarias para instalarse en el imaginario político de América Latina.
Luis García Montero subrayó durante su intervención el carácter dual de Dalton, que conjugaba con pasión su vocación literaria con una entrega total a las causas sociales. Lo describió como un poeta que «incluso en la clandestinidad seguía preocupado por la literatura y el sentido de su obra».
Su vida estuvo marcada por el exilio, el encarcelamiento, la lucha armada y, finalmente, por una muerte trágica a manos de sus propios compañeros guerrilleros del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), quienes lo acusaron —sin fundamento— de colaborar con agencias de inteligencia extranjeras.
El director del Cervantes no esquivó la dimensión política de su asesinato y sostuvo que «pese a los esfuerzos de algunos líderes por justificar su muerte, ha quedado demostrado el carácter digno de Dalton como ejemplo de verdad humana y poética». Su fallecimiento, añadió, simboliza «una injusticia que ensucia la memoria de la lucha por la justicia social y la dignidad humana».
Esta incorporación a la Caja de las Letras forma parte del Festival de Poesía A los locos no nos quedan bien los nombres, que organiza anualmente el Centro Cultural de España en El Salvador en homenaje al autor.
La embajadora Sonia Álvarez Cibanal destacó el valor del acto como preservación de la memoria y señaló que “muchas veces el mito sobrepasa a la persona. Roque Dalton era padre, esposo, y vivió en un contexto geopolítico muy complicado, pero pese a todo, la poesía brilló”.
Roque Dalton, nacido en San Salvador en 1935, fue un poeta, periodista y ensayista que dedicó su vida a las causas revolucionarias en América Latina. Estudió Derecho en Chile y en su país natal, y desde joven abrazó los ideales del comunismo, lo que le valió persecuciones y encarcelamientos.
Formó parte de la Generación Comprometida y desarrolló su obra entre el activismo político, el exilio en México, Checoslovaquia y Cuba, y la lucha armada.
Su literatura se caracteriza por la incorporación del humor, la ironía y el sarcasmo como herramientas de resistencia. Obras como La ventana en el rostro, El turno del ofendido, Taberna y otros lugares, Un libro rojo para Lenin y Las historias prohibidas del Pulgarcito han dejado una huella indeleble en la literatura centroamericana y continental.
Dalton murió asesinado en 1975, apenas unos días antes de cumplir 40 años. Décadas más tarde, su figura ha sido reivindicada como emblema de la poesía insurgente, del pensamiento libre y de la palabra como arma ética.
El legado que ahora custodia la Caja de las Letras sirve como testimonio de una vida que no renunció nunca a sus ideales, ni al poder de la palabra frente a la violencia y la injusticia.