Chihuahua (México).- Tras las labores de limpieza y conservación llevadas a cabo por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se logró documentar con mayor claridad la riqueza gráfica de la Cueva de las Monas, uno de los sitios arqueológicos más valiosos del norte de México.

Ubicada a 60 kilómetros de la ciudad de Chihuahua, en el extremo noreste de la Sierra de Majalca, esta cueva rupestre presenta pinturas superpuestas de origen prehispánico y colonial que han cobrado nueva vida tras una minuciosa intervención técnica.

El trabajo se enmarca dentro de la cuarta temporada de campo realizada por el Centro INAH Chihuahua, en estrecha coordinación con los gobiernos estatal y municipal. Este esfuerzo conjunto permitió no solo la conservación del sitio, sino también avances importantes en la interpretación de sus motivos gráficos.

Las nuevas figuras descubiertas enriquecen el registro existente y ofrecen nuevas pistas sobre las prácticas simbólicas y religiosas de los antiguos habitantes de la región, así como sobre la influencia misional española durante los siglos XVII y XVIII.

Durante una visita oficial encabezada por el director del Centro INAH Chihuahua, Jorge Carrera Robles, y el secretario de Turismo estatal, Felipe Edibray Gómez Gallegos, se presentaron los resultados más recientes del proyecto.

Rescatan arte rupestre en Chihuahua tras limpieza en Cueva de las Monas
Sitio arqueológico de Cueva de las Monas. Chihuahua. Foto: Mauricio Marat. INAH.

También asistieron representantes federales y municipales, incluyendo a la directora de Operación de Sitios del INAH, Vania Carrillo Bosch, y un equipo especializado en conservación y estudios arqueológicos.

Carrera Robles explicó que las labores de limpieza y consolidación permitieron revelar representaciones gráficas que, hasta hace poco, eran apenas perceptibles debido a la acumulación de suciedad y daños humanos.

«Con paciencia, experiencia y el uso adecuado de materiales, hoy podemos observar representaciones mucho más claras que las identificadas hace cuatro años», destacó el antropólogo.

Entre los principales retos enfrentados por el equipo técnico estuvo la remoción de grafitis hechos con aerosol, carbón y lápiz, así como la eliminación de hollín producto de fogatas. Estas intervenciones humanas habían alterado significativamente las superficies rocosas que sirven de soporte a las pinturas.

Para restaurarlas, los especialistas emplearon técnicas manuales precisas y productos químicos diseñados para fortalecer la piedra sin afectar los pigmentos originales.

 Chihuahua tras limpieza en Cueva de las Monas
Especialistas del INAH se dieron nuevamente cita en el lugar para continuar con labores de limpieza y preservación de las manifestaciones gráfico-rupestres. Foto: Mariana Mendoza S.

Uno de estos compuestos, aplicado durante la limpieza, permite consolidar la piedra con características similares a la arenisca y evitar su exfoliación. Invisible a simple vista, este producto contribuye a conservar el soporte rocoso en condiciones estables y seguras a largo plazo, algo esencial para evitar la pérdida del arte rupestre.

Aunque actualmente la Cueva de las Monas no cuenta con un sistema formal de control de acceso, el gobierno municipal de Chihuahua ha designado a un custodio permanente para proteger el sitio.

Esta medida, según Carrera Robles, es un paso significativo en la dirección correcta y ha sido bien recibida por la comunidad local.

La tarea de sensibilizar a la población sobre el valor cultural y patrimonial del sitio es otra de las apuestas sólidas del INAH. En este sentido, el director del centro aseguró que se ha notado un cambio positivo en la actitud de la sociedad, cada vez más consciente de la importancia de preservar su herencia histórica.

La Cueva de las Monas representa un caso ejemplar de cómo la arqueología, la conservación y la colaboración interinstitucional pueden rescatar y proteger el legado cultural mexicano.

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Especialistas del INAH se dieron nuevamente cita en el lugar para continuar con labores de limpieza y preservación de las manifestaciones gráfico-rupestres. Foto: Mariana Mendoza S.

El compromiso de las autoridades en sus tres niveles de gobierno reafirma el valor estratégico que representa este tipo de patrimonio, no solo como fuente de conocimiento histórico, sino también como un activo turístico y educativo para futuras generaciones.

«Seguiremos trabajando de manera conjunta los tres órdenes de gobierno, para consolidar y proteger este importante sitio arqueológico», dijo Carrera Robles.