Buenos Aires (AFP) – Bailarines de todo el mundo competirán desde el miércoles en un inédito mundial de tango virtual que organiza la alcaldía de Buenos Aires cuando Argentina enfrenta su peor momento en la pandemia de la covid-19.

En medio de las restricciones sanitarias, el mundial que engalana de 2×4 a Buenos Aires cada agosto se limitará a actividades virtuales y a un singular concurso que el día 30 definirá a los ganadores a partir de videos y por suma de «clicks».

Sin milongas ni escenarios

Las milongas, espacios tradicionales donde se baila tango todo el año, están moribundas después de cinco meses cerradas. En Buenos Aires la actividad artística y las reuniones sociales permanecen vedadas.

«Apostamos a un Festival de Tango que se adapta a la situación que nos atraviesa por la pandemia. Diferente, virtual, pero con la misma fuerza que los de años anteriores», explicó el ministro de Cultura de la Ciudad, Enrique Avogadro.

En la edición 2019 compitieron 500 parejas y más de 500.000 personas participaron de espectáculos, clases, recitales y milongas en «el encuentro tanguero más importante del mundo», como lo define la alcaldía.

El mundial 2020, que homenajeará el rol de la mujer en el tango, transcurrirá en una ciudad a media marcha, golpeada por la crisis económica y enlutada por la pandemia, de la que es epicentro y que deja más de 340.000 contagios y 7.000 muertos en todo el país.

¿Dos para bailar tango?

Para adaptarse a bailarines bajo confinamiento, la organización del mundial habilitó la participación individual, pese a estar reñida con la lógica del abrazo, el alma de la danza rioplatense.

Así, solos «o en parejas de convivientes» y con tapabocas, según recomienda el reglamento, competirán en las categorías habituales: «pista», la modalidad popular, o «escenario», la más acrobática.

La participación será a través de videos que un jurado preseleccionará para su exhibición en las rondas finales a través de redes sociales.

«Es controversial. No es lo mismo grabar un video que se puede editar que hacerlo sobre el escenario frente al jurado», explicó a la AFP Virgina Vasconi, bailarina, coreógrafa y habitual jurado.

Tampoco apoya que compitan bailarines solitarios. «El tango es de a dos, no puede haber un ‘campeón solo’, después va a la milonga y resulta que no sabe abrazar a nadie».

En Buenos Aires con salones de ensayo cerrados, coreógrafos y alumnos sin poder reunirse y limitaciones domésticas, los bailarines están en desventaja frente a los de otros países con menos restricciones.

«Así, no tiene ningún crédito ser campeón versión virtual», afirmó Vasconi.

Controversia

El Mundial de Tango y el Festival que lo acompaña es además una oportunidad de trabajo para la comunidad artística del tango, declarado patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Pero la modalidad virtual excluyó a cientos de artistas que reclaman ayuda.

«Es un momento crítico donde la industria cultural del tango se cae a pique, no hay trabajo», explicó Julio Bazán, presidente de la Asociación de Organizadores de Milongas.

Su espacio, junto a otra treintena de organizaciones nucleadas en la Asamblea Federal de Trabajadores del Tango rechaza la versión virtual por considerarla improvisada.

«Es ridículo, deberían repartir ese presupuesto entre los trabajadores que hacen que el tango siga vivo en las 191 milongas porteñas a las que asisten un millón de personas por año y atraen turismo», opinó.

La controversia generó bajas en la programación artística. La orquesta femenina La Rantifusa, fue una de las que desistió.

«La propuesta era hacer videos de cuarentena y pagarnos un monto muy pequeño, después lo subieron pero estaba lejos de lo que un festival internacional debe pagar a sus artistas», explicó la cantante y guitarrista Natalia Martínez.

El problema excede el evento. «El trabajo del artista está precarizado, este festival es un parche adonde hay una herida gigante que necesita políticas concretas», afirmó.

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