Lima (AFP) – El expresidente de Perú Alan García murió este miércoles en un hospital tras dispararse en la cabeza cuando la policía se disponía a detenerlo en su casa por el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht.
El dos veces presidente de 69 años fue trasladado a un hospital tras dispararse, dijo su abogado Erasmo Reyna en la puerta del Hospital de Emergencias Casimiro Ulloa, en Lima.
Tenía una herida en la cabeza y fue sometido a una operación durante la cual sufrió al menos tres paros cardíacos, según los médicos.
«Se lamenta informar del fallecimiento del expresidente Alan García a las 10H05 horas locales por hemorragia cerebral masiva por proyectil de arma de fuego y paro cardiorrespiratorio», indicó un comunicado del ministerio de Salud.
El secretario del expresidente, Ricardo Pinedo, confirmó que García tenía entre cuatro y cinco armas en su vivienda y que le fueron regaladas por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. «Yo mismo le tramité las licencias», precisó.
El exmandatario se suicidó con una de esas armas, según la policía.
Docenas de simpatizantes lloraron tras el anuncio en la puerta del hospital, vigilado por policías.
«El presidente García tomó una decisión de dignidad y de honor. Un acto de honor frente a una persecución fascista», señaló Mauricio Mulder, congresista del socialdemócrata APRA, el partido más antiguo de Perú, al que pertenecía el fallecido.
– Tres días de duelo, familia rechaza honores –
El gobierno decretó tres días de duelo nacional del 17 al 19 de abril por el deceso de García. Por ello, los locales públicos lucen la bandera a media asta.
En cuanto al velorio y sepelio, el congresista Jorge del Castillo informó que la familia de García pidió a las autoridades mantenerse al margen y rechazaron los honores de un funeral de Estado que le corresponde como expresidente.
«La familia ha tomado una decisión y la debemos respetar», señaló Del Castillo.
García es velado desde esta noche en el histórico local del APRA, conocido como «Casa del Pueblo», donde recibirá hasta el viernes el homenaje de sus seguidores, según el deseo de la familia y dirigencia partidaria.
«¡Alan no ha muerto, sigue con su pueblo!», «¡El APRA nunca muere!», coreaban centenares de militantes en el lugar mientras se abrazaban y lloraban a la espera de la llegada del ataúd desde el hospital donde murió.
– Reacciones –
El presidente peruano, Martín Vizcarra, señaló en Twitter: «Consternado por el fallecimiento del ex presidente Alan García. Envío mis condolencias a su familia y seres queridos».
«Con mucha tristeza recibo la noticia de la trágica partida del expresidente Alan García Pérez», tuiteó también Keiko Fujimori, líder de la oposición, en prisión por 36 meses por el caso Odebrecht.
El exmandatario Ollanta Humala, igualmente involucrado en el escándalo de corrupción de Odebrecht y que, junto a su esposa Nadine Heredia, estuvo nueve meses en prisión preventiva, escribió: «Mi familia y yo lamentamos el fallecimiento del expresidente Alan García Pérez. Respetemos el dolor de sus seres queridos».
Hacia las 06H30 locales (11H30 GMT), la policía acudió a la vivienda de García en el limeño distrito de Miraflores.
Los agentes anunciaron al expresidente (1985-1990 y 2006-2011) una orden de detención preliminar por la presunta comisión del delito de lavado de activos en un caso vinculado al escándalo LavaJato/Odebrecht que investiga una fiscalía especializada.
El ministro del Interior, Carlos Morán, detalló lo ocurrido cuando la policía judicial entró a detener a García.
«Ingresó a su habitación y cerró la puerta. A los pocos minutos se escuchó el disparo de un arma de fuego y (la policía) lo encontró sentado con una herida en la cabeza», refirió el ministro Morán durante una conferencia de prensa.
«De inmediato se le trasladó al hospital», agregó.
El suicidio de García sorprendió porque éste había defendido su inocencia ante los cargos que le atribuye la fiscalía, así como su disposición a colaborar con las investigaciones.
– El caso García –
Antes de emitirse la orden de detención, García había declarado el martes que no se asilaría ni escondería, en tácita alusión al frustrado asilo que pidió a Uruguay en diciembre. Tampoco podía salir del país por una orden judicial.
Se había ordenado detener a García para recoger nuevos elementos en la investigación ante un eventual riesgo de fuga, según la fiscalía.
A fines de 2018, tras abandonar la embajada uruguaya, García dijo que estaba a disposición de la fiscalía de lavado de activos que lo investiga por corrupción.
El exmandatario había permanecido entonces 16 días en la embajada uruguaya en Lima, donde solicitó asilo «ante la inminencia de una orden de detención». El pedido fue rechazado por Montevideo.
García estaba bajo la lupa de la justicia por supuestos sobornos pagados por Odebrecht para obtener un contrato de construcción para el metro de Lima durante su segundo mandato.
Semanas atrás, el expresidente declaró: «No existe ninguna delación, prueba o depósito que me vincule a ningún hecho delictivo y mucho menos con la empresa Odebrecht o la realización de alguna de sus obras».
Por el escándalo de Odebrecht en Perú también están investigados los exmandatarios Alejandro Toledo (2001-2006), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), éste último bajo detención preliminar hasta el 20 de abril.