Santiago (AFP) – Chile vuelve a enfrentarse a un posible retiro anticipado de fondos de pensiones, un mecanismo muy popular que ayudó a enfrentar la pandemia, pero ahora, con la inflación mensual más alta en 30 años en marzo, aleja el sueño de la vivienda propia de miles de personas.

Con el país sumido en una espiral inflacionaria inédita para los chilenos más jóvenes, congresistas de izquierda a derecha promovieron un nuevo retiro anticipado de los fondos privados de pensiones, después de los tres aprobados desde mediados de 2020.

Hasta 2021 estos retiros inyectaron casi 50.000 millones de dólares a la economía. Sumados a las ayudas estatales por 3.000 millones de dólares mensuales dispuestas por el gobierno de Sebastián Piñera (2014-2018), dispararon el consumo y presionaron al alza los precios.

En un intento por contener la inflación, que en marzo llegó al 1,9%, su variación mensual más alta en casi 30 años, el Banco Central subió las tasas de interés, para aumentar el costo de los créditos en un país con una alta tasa de la población endeudada en educación, salud y también en hipotecas que, por 20 años fueron relativamente de fácil acceso para la clase media con empleo formal.

«Ahora se hace imposible poder comprar un departamento», lamenta Joselyn Medina, una contadora de 32 años, que había ahorrado durante la pandemia pero ahora ve cómo los bancos fijan condiciones más restrictivas para los créditos.

No se puede comprar –

Si los precios siguen al alza, el Banco Central profundizaría su agresiva política de incremento de la tasa de interés, hoy en 7%, la más alta en 13 años. Como consecuencia, el interés de los créditos hipotecarios podría llegar a duplicarse, según los cálculos de las autoridades monetarias.

Joselyn Medina alquila desde hace tres años un departamento en el centro de Santiago. Había logrado ahorrar dinero durante la pandemia, ya que mantuvo su trabajo a distancia y accedió a dos de los tres retiros de pensiones autorizados.

Evaluó varios proyectos inmobiliarios, pero ya no puede comprar, según narra a la AFP. Antes, su sueldo le alcanzaba para obtener un crédito para adquirir un departamento de unos 75.000 dólares.

Con un nuevo retiro de pensiones que presione la inflación, el escenario para ella sería aún peor: «Sumando aumentos de tasas de interés, de la Unidad de Fomento (UF) y el acortamiento de los plazos de los créditos, un dividendo (ndlr: cuota) por un nuevo crédito podría aumentar más de un 60%», estimó el Ministerio de Hacienda.

La UF es la unidad financiera en la que se mide el precio de la vivienda, que se reajusta mensualmente según la inflación. Con esta herramienta Chile logró durante décadas compatibilizar precios de la vivienda e ingresos en el tiempo, con una inflación anual que bordeaba el 3%.

De aprobarse un nuevo retiro «se produciría un impacto de la tasa de interés en el mercado de capitales, (…) afectando principalmente a los créditos hipotecarios», explicó a la AFP Carolina Molinare, economista e investigadora de la Universidad Diego Portales.

Este escenario afecta «especialmente a los hogares de menores ingresos», agregó.

Solo inflación –

Con el incremento del 1,9% de marzo, la inflación en 12 meses alcanzó en Chile al 9,4%. De aprobarse un nuevo retiro de fondos, el gobierno estima que la inflación se dispararía a un 15%.

«¿Al final qué es lo que vamos a tener? Las personas ya no van a tener fondos y solo van a tener inflación. Esa es la preocupación que tenemos», advirtió el ministro de Hacienda, Mario Marcel, ante la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, que este martes vota la iniciativa, en el inicio de su tramitación legislativa.

En un intento de atajar el uso de este mecanismo nuevamente, el gobierno del izquierdista Gabriel Boric, con un mes en el poder y opuesto a esta medida, anunció este martes un proyecto «alternativo» que permite saldar deudas y usar parte de los recursos de los fondos de pensiones para la compra de una primera vivienda.

En medio de la peor fase de la pandemia y con carencia de ayudas estatales, a mediados de 2020 se aprobó un primer retiro de fondos de pensiones, que permitió acceder a recursos frescos a casi 9 millones de personas. Luego, se aprobaron un segundo y un tercer retiro. La idea de un cuarto acceso anticipado fracasó en el Congreso.

El escenario, sin embargo, es diferente ahora: la pandemia ha cedido, la economía está casi por completo abierta, la inflación mensual es la mayor en casi 30 años y se proyecta una drástica desaceleración económica.