Correa - La detención de Assange es una 'venganza personal' de presidente de Ecuador
El expresidente (2007-2017) ecuatoriano Rafael Correa durante la entrevista con Agencia France-Presse (AFP) en Bruselas el 11 de abril de 2019, después de la detención del fundador de Wikileaks, Julian Assange, que estaba refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres © AFP Kenzo TRIBOUILLARD

Bruselas (AFP) – El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, cargó este jueves en una entrevista con la AFP contra su sucesor Lenín Moreno, a quien acusa de entregar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a «sus verdugos» por una «venganza personal».

Desde Bélgica, donde vive desde 2017 tras poner fin a un decenio al frente de Ecuador, Correa asegura estar en «shock» por la detención este jueves de Assange, a quien su gobierno le concedió el asilo en su embajada en Londres en 2012.

PREGUNTA: La policía británica detuvo este jueves a Julian Asssange, a quien usted había concedido el asilo. ¿Cuál es su reacción?

RESPUESTA: Aunque sí se esperaba, estamos en estado de shock porque no creímos que iban a atraverse a tanto. Moreno nunca quiso a Julian Assange desde que fue presidente. Cuando fue mi vicepresidente, nunca dijo nada, por su pacto con los Estados Unidos.

Esto atenta contra el derecho internacional, contra el derecho de asilo, el fundamental derecho del asilado de no ser entregado a quienes lo requieren, atenta contra la Constitución ecuatoriana, porque Julian Assange desde 2017 es ciudadano ecuatoriano.

Además, todo es por una venganza personal, porque lo que detona esto es que hace unas semanas, hace pocos días, WikiLeaks publicó algo que ya era conocimiento público, pero no a nivel mundial, que es el caso de corrupción ‘Ina Papers’ en el que está envuelta la familia presidencial.

Esto lo publica WikiLeaks hace algunos días y de ahí viene la iracundia de Moreno contra Assange y lo lleva a esta decisión sin precedentes, que no sólo ha expuesto la vida de Julian Assange sino que ha humillado al Ecuador.

P: Usted relaciona la decisión con el caso de corrupción, pero Ecuador ya había advertido a Assange de no inmiscuirse en la política interna de terceros países…

R: Eso también ocurrió conmigo. Lo que hicimos fue llamarle la atención, en un momento dado cortarle el internet cuando estaba opinando sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Pero no por eso lo vas a entregar a los leones.

Además, Moreno desde el inicio quiso entregar a Assange, tiene alma de traidor, ya no son opiniones, es público. En 2017, después de asumir la presidencia, Moreno se reunió con [el ex jefe de campaña de Donald Trump] Paul Manafort.

Según testigos presentes en esa reunión, fue Moreno el que le ofreció a Manafort entregarle a Assange si Estados Unidos le apoyaba financieramente. Como efectivamente ha ocurrido. Acaba de lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con una ayuda multimillonaria.

Luego con la visita del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, a mediados del año pasado, se acordaron tres cosas: aislar a Venezuela, para lo que se ha prestado Ecuador; dejar en impunidad a Chevron, también lo hizo; y entregar a Julian Assange, que lo acaba de hacer.

P: ¿Ha podido hablar con Assange? ¿Qué va a ocurrir ahora con él?

R: Yo no conozco a Julian Assange, nunca lo he visto. Sólo he hablado con él una vez, cuando me concedió una entrevista en inglés para Russia Today.

Ojalá me equivoque, pero es casi seguro que lo extraditan a Estados Unidos. Cuando le concedimos el asilo, no fue para justificar todo lo que hizo, quizás hizo cosas ilegales, pero no tenía garantías de un proceso justo en Estados Unidos.

P: A su juicio, ¿esta decisión forma parte también de la campaña contra usted, de la que acusa a Moreno?

R: Por supuesto, un agravante es que yo le dí el asilo. Todo lo que yo haga debe ser deshecho. Por ejemplo, Unasur, la refinería, las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional. Todo eso lo suprimió, porque yo lo había iniciado, y ahora el asilo a Julian Assange.

Ecuador ha quedado extremadamente mal frente a la comunidad internacional y yo pido disculpas. Esto pasará a los anales de la historia de la Humanidad como uno de los actos más rastreros, más bajos, que haya podido hacer un gobernante: entregar por venganza personal, por odio, a un asilado político, a sus verdugos.