Buenos Aires (AFP) – Célebre por sus «Mujeres alteradas», la dibujante argentina Maitena se siente realizada de haber entrado con su fino y ácido humor a la vida de la gente en América Latina hace ya varias décadas. Y ahora la satisfacción es doble: sus historietas entraron al museo.

Bajo el título «Las mujeres de mi vida», el Centro Cultural Kirchner, de Buenos Aires, exhibe la primera retrospectiva de esta dibujante que comenzó su carrera antes de cumplir los 20 años porque tenía ya una familia que mantener.

«Siempre la historieta fue considerada un arte menor. Pero me parece que es una discusión que ya no le interesa a nadie. Creo que todo lo que te toca en alguna emoción es arte», sostuvo Maitena en una entrevista con la AFP.

Con 60 años y ya retirada de las exigencias de la publicación que llegó a insumirle jornadas de hasta 12 horas de trabajo, Maitena valora que ese esfuerzo permitió un diálogo sobre la mujer, especialmente en los países latinoamericanos, «de arraigado machismo».

«Lo más grande que pasó con mi trabajo fue estar en la vida de la gente y haber entrado a las casas. Mi trabajo sirvió para que muchas mujeres se plantearan cosas que sentían, pero a las que no le podían poner las palabras», refirió.

«El humor es una manera de decir las cosas sin ser agresivo y sin ser mala onda», explicó.

Mujeres insatisfechas con su cuerpo, atrapadas en su propio vestido, agobiadas por la relación en pareja, madres que amamantan, abuelas que disfrutan el mar… las viñetas de Maitena Burundarena son siempre sobre mujeres. Y en su exposición el público femenino es absolutamente dominante.

«La gran diferencia del humor que hacemos las mujeres es que nos reímos de nosotras mismas, no nos reímos del otro. El humor alivia dolores y sufrimiento. Poder reírte de aquello que te hacía sufrir de alguna manera te hace bien, te va salvando», afirmó.

Y a la vez, alerta sobre los excesos de la corrección política.

«El humor hiperfeminista de estos años a mí no me hace reír. Es un humor lleno de bajada de línea. No podés usar la palabra patriarcado en un chiste, no es el léxico, no es gracioso. Eso es marco teórico», dijo al pedir «reírnos un poco más, no del otro pero sí de la miseria humana».

¿Por qué las mujeres no? –

La muestra exhibe páginas menos conocidas de su obra, como sus primeras viñetas de la niña Flo que se pregunta por qué su padre quiere un hijo si ya tiene una nena, o las historietas eróticas que publicó en la revista Sex Humor con la mirada puesta en el deseo de la mujer.

«El trabajo que yo hice se basaba en la pregunta ¿y por qué las mujeres no?», indicó.

Recuerda que al principio solamente dibujaba y no se atrevía a escribir. «Las mujeres no estábamos habilitadas a tanto. Bastante que me sentí habilitada a dibujar erotismo, a mujeres que estaban calientes. Ya eso era un montón en una redacción donde todo el humor era machista, misógino, homofóbico, racista … y yo hacía mujeres calientes. Ya era bastante. Pero me costó darles voz».

Como fuente de inspiración, Maitena señala sin dudarlo a la francesa Claire Bretécher. «Tenía 19 años cuando me crucé una historieta de ella: ‘El cordón infernal’. Ahí me di cuenta de que lo que yo quería hacer era eso», indicó.

«Cómo le hubiera gustado a mamá» –

La exposición le hace evocar a su madre. «Ella siempre esperó que yo expusiera en una galería de arte. Trabajaba en 30 países, mis dibujos estaban en montones de revistas del mundo, y para mi mamá era poco. Entonces, cuando hice esta muestra, pensaba cómo le hubiera gustado ver que estaba en un lugar como este», dijo.

Después de años de actividad muy intensa en los que sacó hasta 14 páginas de historietas por mes, con unos 15 libros publicados y traducidos a varios idiomas, Maitena se toma las cosas ahora con más calma.

Madre de tres hijos, vive entre La Pedrera (Uruguay) y Buenos Aires, donde está su nieta de siete años.

«Estoy en un buen momento, la estoy pasando bien. No quisiera tener ni 20 ni 30 ni 40 años. Hice todo lo que me gustó en la vida, me pasaron montones de cosas. Es un momento en el que me gustaría estar más tranquila. Me gusta estar en la naturaleza, leer, escribir, estar con la gente que amo, ser abuela», describió.

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