La Paz (AFP) – Al grito de «asesina» y «30 años de cárcel», manifestantes impidieron este viernes que la expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez (2019-2020), presa desde marzo de 2021 y en huelga de hambre desde el 9 de febrero, fuera trasladada a un hospital por orden de un juez.

«Si permitimos que un grupo de choque pueda más que la decisión de un juez, realmente no estamos siendo gobernados por un sistema de derecho», dijo su abogado Jorge Valda, a quien manifestantes lanzaron huevos.

Según la orden judicial, la exmandataria de 54 años debía ser «atendida de urgencia» en un hospital de La Paz por su «salud deteriorada».

Pero cientos de partidarios del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) rodearon la cárcel mientras cantaban «¡no va a salir!».

Ante la situación, la directora de la cárcel notificó al juzgado la «imposibilidad material» de trasladar a Áñez y el juez dispuso el ingreso de médicos al penal para atenderla «incluso en contra de su voluntad».

Los detractores de Áñez se enfrentaron con la policía cuando intentaban desarmar una carpa instalada por partidarios de la expresidenta derechista que reclamaban su liberación.

Finalmente, los uniformados cedieron y los manifestantes quemaron la carpa mientras arrojaban huevos a los partidarios de la exmandataria, que se retiraron.

Áñez se define como «presa política» e inició una huelga de hambre en la víspera de su enjuiciamiento por su supuesta participación en un golpe de Estado contra su predecesor, el izquierdista Evo Morales (2006-2019).

Se le imputa haber asumido la presidencia de forma inconstitucional en noviembre de 2019 tras la renuncia de Morales en medio de protestas multitudinarias por un supuesto fraude electoral denunciado por la Organización de Estados Americanos (OEA).

La hija de Áñez, Carolina Ribera, denunció que fue expulsada del penal con «agresiones físicas» mientras acompañaba a su madre y anunció que también entraría en huelga de hambre.

Para la exdiputada del MAS Lidia Patty, que presentó la denuncia por «golpe de Estado» y acompañó la protesta contra Áñez, la expresidenta está haciendo «un show mediático» para «escaparse».

El incidente ocurrió mientras una misión de Naciones Unidas invitada por el gobierno del izquierdista Luis Arce evalúa la independencia de la justicia boliviana.

Áñez fue finalista del premio Sájarov de defensa de los derechos humanos y de libertad de pensamiento, que entrega el parlamento europeo, pero finalmente este fue otorgado al opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni.

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