El Alto (Bolivia) (AFP) – Entre música y disfraces, el departamento boliviano de La Paz volvió a celebrar este viernes el Día de La Paz y la Virgen del Carmen por primera vez desde el inicio de la pandemia.

El desfile se realizó en la ciudad de El Alto, vecina de la capital administrativa La Paz, con la presencia de la alcaldesa alteña Eva Copa.

Copa, de izquierda pero opositora al Movimiento al Socialismo del presidente Luis Arce, autorizó el festejo «para reactivar la economía» y «generar empleos para las bandas musicales, bordadores y otras ramas afines».

La decisión motivó las críticas del oficialismo y de la Central Obrera Regional de El Alto.

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Cada 16 de julio, la ciudad paceña conmemora el aniversario del Grito Libertario de 1809, cuando un grupo revolucionario encabezado por el caudillo Pedro Domingo Murillo declaró su oposición a la Corona española y formó un gobierno autónomo.

El Alto, por su parte, honra en esa fecha a la Virgen del Carmen, patrona de Bolivia.

El evento fue precedido por una misa y se enfocó en la fiesta religiosa, y participaron residentes de ambas ciudades.

«Después de toda esta pandemia (…) hoy por lo menos estamos viendo renacer la fiesta», dijo Mario Paredes, un comerciante alteño de 48 años.

Previo a la crisis sanitaria que estalló en marzo de 2020, unos 60 conjuntos de danzas nacionales desfilaban a lo largo del día.

Este año, sin embargo, ese número se redujo a 11, y se exigió a sus integrantes presentar certificado de vacunación contra el covid-19 y una prueba de antígeno negativa.

La Paz, en cambio, no permitió celebraciones más que un pequeño acto protocolar en la Plaza Murillo, encabezado por el presidente Arce.

Idolatrado por muchos, Murillo es repudiado por algunos sectores debido a su participación en el asesinato de Tupac Katari, un histórico revolucionario de la comunidad aimara que ha sido fuente de inspiración para varios movimientos de reivindicación de las identidades indígenas.

Mientras se recupera de la tercera ola de covid-19, que llevó a la saturación del sistema de salud, Bolivia continúa una lenta campaña de vacunación contra la enfermedad.

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