Fiscalía mexicana revela dos líneas de investigación sobre el bar atacado
Funeral de Erick Hernandez, DJ del bar Caballo Blanco, en el cementerio de Coatzacoalcos, Veracruz, México, oel 29 de agosto de 2019 © AFP PEDRO PARDO

México (AFP) – La fiscalía del mexicano estado de Veracruz (este)investiga si el incendio provocado por un comando en un bar donde fallecieron 28 personas fue producto de un ajuste de cuentas entre cárteles de drogas o una venganza de extorsionadores, dijo el jueves el fiscal de esa región.

«Se trata de establecer si hubo ahí un intento de cobro de piso (extorsión perpetrada por el crimen organizado)» o fue producto de «la pugna entre los grupos delincuenciales (operando en esa región) que básicamente son dos: el cártel de Los Zetas y el cártel Jalisco Nueva Generación», declaró a Milenio TV el fiscal de Veracruz, Jorge Winckler.

Los cárteles mexicanos piden  dinero a empresarios bajo amenazas de muerte o ataques a sus negocios, lo que ha provocado que muchos cierren sus comercios.

Coatazacoalcos, Veracruz, donde está el bar «Caballo Blanco» que fue atacado el martes, ha sufrido el cierre de decenas de comercios por esa causa, denunciaron en reiteradas ocasiones empresarios que debieron dejar la localidad que tiene costas en el Golfo de México y es una de las rutas para el tráfico de drogas a Estados Unidos.

El miércoles el secretario de Seguridad de Veracruz, Hugo Gutiérrez, aseguró, basado en testimonios, que «esta tragedia la ocasionó el grupo (Jalisco) Nueva Generación».

Hombres armados irrumpieron el martes en el bar y abrieron fuego contra los asistentes para después provocar un incendio con bombas molotov, según algunos testigos. Otros dicen que rociaron gasolina para luego prender fuego.

Este jueves, decenas de familiares velaban y sepultaban a sus seres queridos en medio de desesperados llantos.

«Era un muchacho muy amoroso, muy hogareño. Él desde chiquito lo vieran con su grabadora mezclando música, bailando, cantando. Mi hijo era un niño que desde que nació venía con eso de la música», comentó a la AFP Silvia Enriquez, madre de Erick, uno de los jóvenes que murieron en el ataque.

«Esta inseguridad se está viviendo día a día. Estamos viendo cómo Coatzacoalcos -de 235.000 habitantes- se está quedando solo y nos tocó a nosotros vivirlo en carne propia», dijo sentada sobre una piedra, con la voz quebrada.

El atentado es el más reciente que golpea a Veracruz, una de las zonas más violentas del país que también es escenario de secuestros de migrantes.

México ha sido golpeado por una ola de violencia desde que declaró la guerra contra las drogas y desplegó al ejército para luchar contra sus poderosos carteles en 2006. Desde entonces, más de 250.000 personas han sido asesinadas, incluido un récord de 33.753 el año pasado.