Libro ofrece recorrido por los murales chicanos del Este de Los Ángeles
Libro ofrece recorrido por los murales chicanos del Este de Los Ángeles Un estudio reciente examina los murales de la comunidad chicana en el este de Los Ángeles y encuentra en ellos un registro artístico de sus aspiraciones, activismo e identidad cultural. EFE/ARCHIVO

Los Angeles (CA), 4 ene (EFE).- Un estudio reciente examina los murales de la comunidad chicana en el este de Los Ángeles y encuentra en ellos un registro artístico de sus aspiraciones, activismo e identidad cultural.

Publicado en gran formato de arte por la editorial de la Universidad de Nuevo México, «Give Me Life» ofrece un recorrido erudito por los murales chicanos de la ciudad revelando una historia ilustrada de opresión y orgullo comunal.

Con fotografías a color, mapas y guía bibliográfica, el libro de arte es también una fuente importante de investigación.

Holly Barnet-Sánchez y Tim Drescher, ambos conocidos historiadores de arte, contribuyen con este libro a redefinir el arte estadounidense de modo que incluya y reconozca la complejidad artística y el contenido social del muralismo chicano.

Aunque el estudio se limita a los murales del Este de Los Ángeles, su cuidadosa interpretación servirá para la apreciación de murales chicanos en otras ciudades estadounidenses.

Tomás Ybarra-Frausto provee en el prólogo una excelente introducción al movimiento chicano de la década del 70, cuando jóvenes mexicoamericanos se organizaron para protestar «la exclusión social, supresión histórica, pobreza, y la falta de oportunidades educativas y económicas» de sus comunidades.

De estas preocupaciones nació el arte muralista como «arte del pueblo» en oposición a la visión elitista del artista como un ente de intelecto superior asilado de su comunidad, explica.

Según Ybarra-Fraustro, los muralistas chicanos encontraron en «la casa, la calle y la comunidad» fuentes de inspiración al igual que iconografía, materiales, estilos y formatos para su arte.

Los autores destacan estos temas como centrales a la experiencia chicana, lo cual facilitó el carácter colectivo del arte muralista.

Estos murales, explican, fueron creados «por» o «con» su público, no «para» ellos como fue el caso de otras épocas en las que prosperó el muralismo como en el renacimiento europeo o el muralismo mexicano.

El libro toma su título, «Give Me Life» (Dame vida), del nombre de un mural del residencial Estrada Courts en el Este de Los Ángeles.

Este vecindario de viviendas a bajo costo cuenta con 92 murales de mediados de la década del 70 y puede verse como una galería urbana para el deleite y educación de sus residentes.

Como expresó el muralista Carlos Callejo, citado en el libro, muchas de las familias de clase obrera que residían en Estrada Courts no tenían la oportunidad de visitar museos y mucho menos de encontrar sus intereses representados allí.

Estos murales no solo llevaron el arte a la comunidad, pero también orgullo, ya que personas de fuera aun los visitan y aprecian, y porque fueron producidos por sus propios residentes.

Los murales de Estrada Court son analizados en detalle en cuatro capítulos, alternando en su interpretación miradas desde fuera y dentro de la comunidad.

Otra zona en la que abundan los murales de esta época es el residencial Ramona Gardens, también explorado en el libro.

Aunque menor en número que los de Estrada Court, estos 27 murales muestran características importantes del movimiento.

Los autores destacan como ejemplo la presencia de la figura femenina a diferencia del nacionalismo masculino que se aprecia en los murales de Estrada Court.

Figuras de soldaderas, Adelitas, obreras y la Virgen de Guadalupe recalcan la importancia tradicional de la mujer durante la era colonial y la revolución mexicana, abogando un papel similar durante la lucha del Movimiento.

La mayoría de los murales estudiados en el libro tienen hoy día cerca de 40 años y se han deteriorado por el paso del tiempo, la falta de mantenimiento, o esfuerzos de conservación pobremente diseñados.

El capítulo final aborda el tema de la conservación mediante la pregunta de si los murales deben restaurarse o dejar lugar a nuevos murales que reflejen preocupaciones actuales.

Los autores concluyen reiterando el valor artístico y social de los murales que aun hoy tienen el poder de inspirar a las comunidades a unirse en una acción colectiva de justicia social.

(GIVE ME LIFE: Iconography and Identity in East LA Murals. Holly Barnet-Sánchez y Tim Drescher. University of New Mexico Press, 440 páginas).