Bogotá (AFP) – Miles de personas volvieron a protestar este martes en Colombia contra el presidente Iván Duque, quien presentó al Congreso una versión revisada del plan fiscal detonante del reciente estallido social.

«Espero que por fin ese Congreso empiece a legislar en favor de los intereses de todo el pueblo colombiano y no solo de un grupo de particulares que se enriquece», dijo a la AFP el odontólogo Iván Chaparro, de 46 años, mientras marchaba con su pareja hacia el centro de Bogotá, donde se instaló la última legislatura de este parlamento.

El ministro de Interior, Daniel Palacios, dijo, en una declaración a medios al final de la tarde, que «la manifestación pacífica prevaleció sobre los hechos de violencia».

El gobierno registró 195 protestas en 95 municipios. Choques entre el escuadrón antidisturbios y manifestantes armados con escudos, machetes y caucheras dejaron una decena de civiles colombianos heridos en Medellín y Cali. Según la policía, 21 uniformados resultaron lesionados, uno de ellos en un ojo.

El Comité Nacional del Paro, que es el mayor colectivo de manifestantes pero no representa a todos los sectores inconformes, convocó a esta nueva movilización durante el Día de la Independencia de Colombia después de más de un mes de pausa.

Los manifestantes colombianos, que se tomaron las calles ondeando la bandera colombiana al revés y consignas variopintas, exigen una reforma policial y un Estado más solidario ante los estragos causados por la pandemia, que elevó la pobreza a 42% en este país de 50 millones de habitantes.

Integrado por estudiantes, sindicatos, indígenas y organizaciones sociales, el Comité había suspendido las movilizaciones el 15 de junio, pero volvió a las calles el martes con el objetivo de llevar sus reclamos al parlamento.

Las peticiones «las vamos a presentar al Congreso porque el gobierno no quiso negociar», dijo a W Radio Fabio Arias, dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores.

Despliegue policial y militar –

Unas 5.000 personas se dieron cita en distintos puntos de Bogotá y marcharon con cánticos, pancartas y bailes hacia la central Plaza de Bolívar, pero la fuerza pública cerró el paso a los edificios aledaños del Congreso y la sede presidencial.

«Estamos en la lucha por la reivindicación de nuestros derechos frente a la salud, la educación, la no violencia», dijo en la capital la profesora Noelia Castro, de 30 años.

La movilización transcurrió en un ambiente enrarecido por denuncias del gobierno sobre infiltración de grupos armados en las marchas, capturas de manifestantes y advertencias de las autoridades sobre un posible incremento de muertes y contagios por covid-19 cuando el país sale de la peor ola de la pandemia.

De acuerdo al ministerio de Defensa, más de 53.000 policías y 36.000 militares custodiaron las marchas, ante la presunta participación de la guerrilla del ELN y disidencias de las FARC.

Más de 60 personas han muerto y miles fueron heridas desde que estallaron las protestas el 28 de abril, según la Defensoría del Pueblo (ombudsman) y autoridades civiles.

Brutalidad policial –

Lo que comenzó en abril como una manifestación contra un fallido plan del gobierno para elevar impuestos a la clase media fue avivado por la represión de la policía, en la mira de la comunidad internacional.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que visitó el país en medio de las protestas, denunció la respuesta «desproporcionada» y «letal» de las fuerzas oficiales frente a las manifestaciones.

De su lado, la ONG Human Rights Watch acusa a la policía de estar implicada en al menos 25 homicidios durante las protestas.

Si bien ha admitido casos de violencia policial, el gobierno controvierte las cifras.

«Uno no puede ser indiferente a la injusticia, a que maten a los estudiantes por protestar (…) que se les agreda como si fueran terroristas», dijo en Bogotá la profesora Jeanneth Gómez, de 59 años.

Reforma bajo presión –

Duque enfrenta un inédito movimiento de protestas desde 2019, y desde entonces miles de personas se manifiestan en las calles periódicamente.

A un año de entregar el poder y con una impopularidad del 76%, el mandatario conservador inauguró este martes la legislatura que tendrá la difícil tarea de discutir una nueva reforma fiscal.

«Las voces en las calles las escuchamos y deben nutrir los debates, pero ustedes están convocados por la historia para ser los voceros de un país en plena transformación», expresó el mandatario al Congreso durante la ceremonia de instalación.

Esta vez el ejecutivo renunció a los puntos más polémicos y propuso recaudar 3.900 millones de dólares, una reducción sustancial frente a la iniciativa de 6.300 millones que detonó la ira popular y le costó el cargo al entonces ministro de Hacienda.

Más tarde, Duque presidió un desfile militar sin público por la pandemia en conmemoración de la fiesta nacional.

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