Buenos Aires (AFP) – El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, recomendó emprender una renegociación «rápida y amigable» de la deuda argentina, que se eleva a 315.000 millones de dólares, sea cuál sea el gobierno que resulte de las elecciones del domingo 27.

«Gane quien gane Argentina tiene que encarar una negociación amigable para recuperar el crédito voluntario. No hay tiempo que perder», dijo Lacunza en una rueda de prensa este martes.

Argentina celebrará elecciones presidenciales en menos de dos semanas, con el peronista de centro-izquierda Alberto Fernández como favorito de las encuestas frente al presidente liberal Mauricio Macri, quien aspira a un nuevo periodo de cuatro años.

Argentina, que lleva adelante un programa de ajuste fiscal en acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), planteó hace dos meses un reperfilamiento de su deuda para postergar los vencimientos.

El FMI le otorgó en 2018 un crédito de 57.000 millones de dólares a tres años, de los cuales el país ha recibido hasta ahora 44.000 millones. Aún no se ha definido una fecha para el desembolso de un tramo por 5.400 millones de dólares que era esperado en septiembre.

Según Lacunza, la deuda argentina equivale a 68% de su Producto Interno Bruto, si se tiene como referencia los últimos cuatro trimestres. Sin embargo, agencias calificadoras de riesgo estiman que las acreencias se acercan a 100% del PIB.

«En la medida en que haya equilibrio fiscal primario, como lo hay a septiembre de 2019, seguramente las relaciones próximas de deuda van a ser mucho más moderadas, mucho más sustentables», añadió, al asegurar que se cumplirá con la meta de cerrar el año con un déficit fiscal de 0,5% del PIB.

Con un nivel de reservas internacionales de unos 48.000 millones de dólares, Lacunza sostuvo que «hay recursos para varios meses» e insistió en que «cualquier negociación con los acreedores debería ser voluntaria y rápida».

«Una negociación hostil sería más gravosa. Ningún país puede pasar año y medio pagando deuda sin refinanciamiento, ningún país lo hace», resaltó.

Lacunza y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, deben reunirse el viernes próximo en Washington con la nueva directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.

Argentina acudió al FMI en mayo de 2018, en medio de una corrida cambiaria que ha llevado a una depreciación de su moneda de 68% desde enero del año pasado.

Además, el país entró en recesión hace año y medio y sufre una de las inflaciones más altas del mundo, estimada en 55% para 2019.

Según las previsiones del FMI, el PIB de Argentina caerá 3,1% en 2019 y la recesión se prolongará hasta 2020 con una retracción de 1,3%.