Sao Paulo (AFP) – Palmeiras esquivó de nuevo las críticas contra su juego de aguante y el favoritismo de sus rivales para ganar su tercera Copa Libertadores. Pero los festejos se nublaron por las dudas sobre la continuidad de su comandante, el portugués Abel Ferreira.

Por segunda temporada consecutiva los paulistas rompieron pronósticos y vencieron a los llamados a ganar el principal torneo de clubes de América. El sábado ante Flamengo, en Montevideo, lo hicieron, otra vez, a base de un fútbol que muchos consideran conservador y más concentrado en contener al rival que en mortificarlo.

Pese a los debates alrededor del estilo futbolístico, el ‘Verdão’ se convirtió en el primer club en ganar dos veces seguidas la Libertadores desde que el Boca Juniors del argentino Carlos Bianchi lo hizo en 2000 y 2001. Y ahora es el equipo brasileño más veces campeón de la competición, un honor que comparte con Gremio, Santos y Sao Paulo, todos con tres coronas.

«Antes del partido ellos [Flamengo] fueron elegidos campeones, como todo el mundo decía. Pero Palmeiras estaba otra vez en la final. Es una institución muy grande. Las personas que hablan antes del juego necesitan respetar un poquito al Palmeiras», dijo Deyverson, autor del gol de la victoria (2-1) en la prórroga.

El camino hacia el bicampeonato no fue tranquilo ni fácil para los palmeirenses. Tuvieron que despachar en cuartos a Sao Paulo, uno de sus clásicos rivales, y en semifinales al poderoso Atlético Mineiro, que junto al Flamengo tiene una de las mejores nóminas del continente.

En el título de la edición 2020 rompieron las apuestas al eliminar en ‘semis’ al deslumbrante River Plate del «Muñeco» Gallardo, al que golearon 3-0 en Argentina.

«En el fútbol destruir es fácil, construir es lo difícil», cuestionó Renato Portaluppi, orientador del ‘Fla’, en referencia a los estilos de juego del Palmeiras y el Flamengo.

La importancia de Abel –

Aunque su fútbol no convenció a muchos ni en la conquista pasada ni en la actual, Palmeiras tiene un nuevo trofeo en su vitrina y completa cinco grandes títulos en un lustro (Brasileirao 2016 y 2018, Copa do Brasil-2020, Libertadores 2020 y 2021), apenas uno menos que el ‘Mengão’, el más ganador en ese periodo en Brasil.

«El trabajo de Abel está siendo fantástico. A veces él puede ser un poco grosero en las entrevistas y tener un mal comportamiento en el área técnica, pero es innegable el conocimiento que tiene de los jugadores y que logra sacar lo mejor de cada uno de ellos», escribió Walter Casagrande, mundialista brasileño en México-1986, en el portal Globo Esporte.

«No es suerte que Breno Lopes y Deyverson hicieran los goles de los títulos. Abel es el entrenador que mejor trabaja la parte psicológica en el fútbol brasileño», agregó, sobre esas dos figuras inesperadas en las finales contra Santos y Flamengo.

Ferreira y su equipo de trabajo han sabido exprimir una nómina con menores individualidades que las del ‘Fla’ y el Mineiro, pero sus rotaciones y planteamientos tácticos, comparados en Brasil con los del portugués José Mourinho, son elogiados con frecuencia por sus dirigidos.

«Abel es muy inteligente, sabe leer muy bien los momentos del juego. Entiende cómo juega el adversario y qué estilo encaja mejor» para vencerlo, dijo a la AFP el mediocampista Raphael Veiga, autor del primer gol en Montevideo, antes de la final.

¿El desquite? –

Sin embargo, el futuro de Abel nubló las celebraciones. El luso, de 42 años, primer técnico europeo bicampeón de la Libertadores, puso en duda su continuidad en Sao Paulo, adonde aterrizó en noviembre de 2020 sin títulos como DT profesional.

«Voy a parar, reflexionar, sobre todo para decidir lo que es mejor para el Palmeiras (…) estoy en mi límite mental», señaló, al justificar su cansancio en el apretado calendario brasileño.

El entrenador agradeció la «voluntad» del club, que está en pleno cambio dirigencial, para garantizarle el cargo, pero desde ya su porvenir se avizora una novela.

Sin chances de ganar el Brasileirao, en el que marchan terceros, el mayor reto esmeralda será el Mundial de Clubes, que se disputará a comienzos del próximo año en Emiratos Árabes Unidos.

En la pasada competición, celebrada en Catar en febrero, el ‘Verdão’ quedó cuarto, la peor posición de un equipo sudamericano en ese certamen. Esta vez el Chelsea inglés es el favorito a vencer en un torneo que Sudamérica no gana desde 2012 (Corinthians). ¿Abel y sus ‘matagigantes’ sorprenderán de nuevo?

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