Madrid (España).- La Real Academia Española (RAE) ha marcado un hito en la historia del Diccionario de la lengua española (DLE) con su reciente actualización 23.7, una renovación significativa que incluye 4,381 novedades. 

Este año, la obra se ha enriquecido notablemente, agregando nuevos términos, acepciones y enmiendas a artículos ya existentes, además de algunas supresiones. 

La actualización, presentada por Santiago Muñoz Machado, director de la RAE y presidente de la ASALE, y Elena Zamora, responsable del Instituto de Lexicografía, ya está disponible en la página web dle.rae.es.

Entre las novedades más destacadas de esta actualización se encuentra la incorporación, por primera vez en sus casi tres siglos de existencia, de sinónimos y antónimos en el diccionario. 

Esta inclusión supone un avance significativo en la usabilidad y enriquecimiento del DLE, facilitando a los usuarios una herramienta más completa para la comprensión y el uso del español. 

Un total de 42.882 artículos del diccionario contienen ahora sinónimos o afines y 9.790 contienen antónimos u opuestos.

La actualización de 2023 del DLE no se limita a la adición de sinónimos y antónimos. También incorpora términos de ámbitos tan variados como la ciencia, las nuevas tecnologías, la gastronomía, el deporte o el derecho. 

Palabras como alien, chundachunda, georradar, oscarizar, supervillano, tecnociencia o videoarbitraje, junto con el acrónimo VAR, reflejan cómo el lenguaje evoluciona constantemente, adaptándose a las nuevas realidades sociales y tecnológicas. 

Igualmente, se han sumado extranjerismos como big data, cookie o banner, demostrando la influencia global en nuestro idioma.

El medioambiente y la sostenibilidad también han encontrado su lugar en esta actualización, con términos como biocapacidad, descarbonizar y corredor ecológico. 

Además, se han añadido voces relevantes en el ámbito de la sexualidad y el género, como no binario o disforia de género, y en el campo de la salud, términos como cardiocirculatorio, hormonación, implantología o presoterapia.

Interesantemente, el DLE no solo añade nuevos términos, sino que también enriquece palabras ya existentes con nuevas acepciones. 

Por ejemplo, el término porsiacaso, antes limitado a un uso regional en Argentina y Venezuela, adquiere un significado más amplio, y tóxico se expande más allá de su uso literal para describir influencias perniciosas.

En el ámbito gastronómico, palabras como viudo y pico adquieren nuevas acepciones, demostrando cómo la comida también influye en el lenguaje. 

Esta constante evolución refleja la dinámica y riqueza del español, y la labor de la RAE y las 23 academias de la lengua española en todo el mundo para mantener el DLE como una referencia panhispánica vital.

La actualización 23.7 del DLE evidencia cómo el español, en su diversidad lingüística, se enriquece con cada variante y adaptación. 

Algunos términos que se marcaban como americanismos ahora se consideran parte del español general, como acalambrar o mordida, reflejando la integración y la expansión global de nuestro idioma.

La RAE, con su compromiso hacia la actualización y evolución constante del DLE, asegura que el diccionario se mantenga como un recurso esencial para comprender y apreciar la riqueza del español.

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