Asistentes al acto de juramentación de voluntarios para repartir ayuda humanitaria, el 16 de febrero de 2019, en Caracas © AFP YURI CORTEZ

Caracas (AFP) – Yamila Vargas, enfermera desempleada y sobreviviente de cáncer, hizo una kilométrica fila bajo un sol abrasador: quería jurar como voluntaria para el reparto de ayuda humanitaria en Venezuela con el fin de paliar una inédita escasez de alimentos, medicinas e insumos hospitalarios.

El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por unos 50 países, encabezó la juramentación de miles de voluntarios de la Coalición Ayuda y Libertad, en la que espera sumar un millón de colaboradores, en abierto desafío al presidente Nicolás Maduro, que rechaza la ayuda como «limosna» y excusa de una invasión extranjera.

«Lamentablemente se nos quedó pequeño el espacio», se disculpó Guaidó al inicio de su discurso en el acto en un estacionamiento cercado, con capacidad para unas 2.000 personas, en el sector de Los Cortijos, en el noreste de Caracas, al que asistieron médicos, enfermeros, estudiantes y pobladores que apoyan el ingreso de la ayuda internacional.

A un costado de la tarima se leía en dos grandes pancartas: «Ayuda humanitaria» y «Soy voluntario».

Una multitud de otras 2.000 personas quedó afuera. Algunos escuchaban el evento desde la calle. Los voluntarios lucían bandanas verdes y amarillas que ondeaban al calor de los discursos.

Yamila se inscribió el 12 de febrero, luego de una masiva concentración opositora en favor de la ayuda humanitaria. Al día siguiente la sorprendió la llamada de Guaidó. «¿Yamila eres tú?», le preguntó el jefe del parlamento de mayoría opositora, quien llamó a varios voluntarios para agradecerles.

«Fue una locura en mi familia», contó a AFP Yamila, quien emocionada, llamó a varios de familiares y amigos para contarles.

Mientras aguardaba en una fila que se explayó por varias cuadras, Milagro Díaz, habitante de Macaracuay (oeste de Caracas), dijo sentirse emocionada de sumarse al voluntariado que este sábado sumaba unos 600.000 inscritos desde su lanzamiento el 12 de febrero.

«Después de tanta tristeza estamos súper felices y no lo creemos aún», dijo esperanzada.

– «El show lo tienen ellos» –

Francisco García, artista plástico de 43 años, abrazaba una imagen del médico venezolano José Gregorio Hernández mientras aguardaba ingresar al evento de juramentación. Apenas supo de la convocatoria se inscribió en el sitio www.voluntariosxvenezuela.com.

Su madre lucha contra un cáncer de pulmón y ha visto morir a varios conocidos por falta de medicinas, por eso se inscribió como voluntario. No cree en la tesis del gobierno de Maduro, que ve en la ayuda humanitaria un «show» para una intervención extranjera.

«El show lo tienen ellos con esas cajas de comida, ahora obligan a la gente a firmar en contra de Estados Unidos para entregárselas», cuestionó Francisco en alusión al CLAP, un programa de entrega de alimentos a precios subsidiados lanzado hace tres años por el gobierno.

Entre la hilera de sillas blancas dispuestas para los asistentes, Shirtley Barillas, monja de la congregación Esclavas de Cristo Rey, dijo que «nos inscribimos varias hermanas de la congregación para ayudar en este proceso de reconstrucción del país y aportar nuestro grano de arena desde la fe, desde la humanidad (…) es muy grave tener que caer en esta situación de deshumanización tan profunda».

– «Mi hijo está desnutrido» –

Mari Tovar, madre de tres niños, uno de ellos con desnutrición, se registró en la página para colaborar en lo que sea necesario.

Es beneficiaria de una iniciativa privada que ha instalado 88 comedores para 7.500 niños de zonas empobrecidas en once estados de Venezuela.

«Si se desayuna, no se almuerza, si se almuerza, no se cena», comentó Mari, quien aspira a que el país «salga a flote. «Quiero que mis hijos tengan sus medicamentos y su alimentación», remarcó al exponer sus razones para respaldar la ayuda humanitaria.

La primera fase de la ayuda -parte de la cual se encuentra en centros de acopio en la ciudad colombiana de Cúcuta- abarcaría a unas 300.000 personas.

Este sábado un avión militar estadounidense arribó a Cúcuta con más provisiones para Venezuela. El canciller venezolano Jorge Arreaza lo calificó de «una operación mediática de propaganda, para crear las condiciones para una intervención».

Sin embargo, Guaidó advierte que la ayuda inicial «no es suficiente» para resolver la crisis del sistema de salud marcada por un 85% de escasez de medicamentos y falta de un 90% de insumos hospitalarios, según gremios.

Daniela Liendo, estudiante de Medicina de la Universidad Central, la más importante del país, emocionó hasta las lágrimas al público al contar sus razones para sumarse al voluntariado: «No queremos que sigan muriendo más personas».