Irvine (California).- El equipo de ciberseguridad de la Universidad de California, Irvine, hizo historia al consagrarse campeón de la Competencia Nacional Universitaria de Ciberdefensa (NCCDC) 2025, el evento de mayor prestigio en ciberdefensa a nivel universitario en Estados Unidos.

Con esta victoria, UC Irvine no solo superó a instituciones con trayectoria como la Universidad de Virginia —tres veces campeona— y la Universidad Estatal de Dakota, sino que también se convirtió en el primer campus de la Universidad de California en llevarse la codiciada Copa Álamo.

El equipo vencedor, integrado por ocho estudiantes seleccionados del club Cyber@UCI, demostró una combinación sobresaliente de conocimiento técnico, resistencia estratégica y colaboración bajo presión.

La hazaña fue especialmente significativa, considerando que era apenas la tercera participación de UC Irvine en las finales del NCCDC. Anteriormente, el equipo había terminado en cuarto lugar en 2024 y en quinto en 2021, lo que evidencia una progresión sostenida hacia el éxito.

El torneo de ciberdefensa se estructuró como una simulación de red corporativa sometida a ataques reales por parte de un “equipo rojo” compuesto por hackers éticos profesionales.

El reto para los estudiantes era doble: no solo debían detectar, contener y mitigar intrusiones complejas, sino también mantener la continuidad de operaciones de una empresa ficticia, incluyendo servicios críticos y atención a clientes.

Estas condiciones buscaban replicar escenarios del mundo real y evaluar las habilidades de gestión de crisis de los participantes.

La edición 2025 introdujo un nuevo nivel de dificultad: los equipos debían realizar evaluaciones de riesgos previas para cada herramienta que planeaban utilizar, y toda modificación en los sistemas debía documentarse rigurosamente.

Según Steven Ngo, presidente de Cyber@UCI y miembro del equipo, estos cambios respondieron a la necesidad de desalentar prácticas que priorizaban la puntuación sobre la seguridad efectiva.

«Ya no era suficiente bloquear al adversario; también teníamos que garantizar que el entorno siguiera siendo funcional para los usuarios legítimos», explicó.

Alfred Chen, profesor de informática en UC Irvine y mentor académico del equipo, subrayó el valor del triunfo. “Nuestros estudiantes compitieron contra universidades con años de experiencia y excelentes historiales en este torneo. Verlos superar esos retos y alcanzar la cima es sumamente gratificante”, afirmó. Chen ha sido una figura clave en la formación técnica y emocional del equipo, apoyándolos tanto en la preparación técnica como en el enfoque estratégico.

El capitán del equipo, Akshay Rohatgi, destacó la dedicación detrás del éxito.

«Esta victoria representa meses de sacrificio. Renunciamos a vacaciones, fines de semana y tiempo libre para prepararnos. Cada sesión de práctica fue una oportunidad para aprender algo nuevo y mejorar como equipo».

Rohatgi también enfatizó el impacto profesional de este tipo de competencias.

«Muchos de nuestros excompañeros ahora trabajan en firmas líderes de ciberseguridad, y nosotros ya comenzamos a ver esas puertas abrirse también».

Además de Rohatgi y Ngo, el equipo estuvo conformado por Kristen Chung, Andy Gu, Dhruv Kandula, Jacob Lee, Eric Liu y Christopher Young, todos ellos estudiantes de distintas etapas de sus carreras en informática, ingeniería y matemáticas. Esta diversidad académica resultó ser una fortaleza, ya que permitió al grupo abordar los desafíos desde múltiples perspectivas técnicas.

El desempeño del equipo de UC Irvine también tiene implicaciones más amplias. Hasta ahora, UC Berkeley había sido la cara visible del sistema de la Universidad de California en el ámbito de la ciberdefensa, pero esta victoria señala un cambio de paradigma. 

UC Irvine emerge como un nuevo referente nacional en formación en ciberseguridad, mostrando que la innovación y la excelencia pueden surgir en cualquier campus comprometido con el desarrollo de talento.

Para los observadores del sector tecnológico, este logro reafirma la importancia de las competencias prácticas en la educación universitaria. Eventos como el NCCDC no solo prueban habilidades técnicas, sino que también fortalecen competencias blandas como liderazgo, comunicación y resolución de problemas, altamente valoradas por los empleadores.

Mientras UC Irvine celebra esta victoria histórica, el éxito del equipo Cyber@UCI también sirve como inspiración para otras universidades que buscan escalar en el mundo competitivo de la ciberseguridad. En un contexto global donde las amenazas digitales crecen exponencialmente, formar profesionales preparados y apasionados es más importante que nunca. Y si algo demostró UC Irvine este año, es que el futuro de la ciberdefensa está en buenas manos.